Andalucía

Díaz deja a Sánchez de candidato para asaltar la Secretaría General

La presidenta retrasa su desembarco para ser encumbrada por aclamación tras un nuevo fracaso electoral. Al líder del PSOE le permite mantener as negociaciones de gobierno y seguir como candidato si hay elecciones

La andaluza evitó ayer desvelar sus planes
La andaluza evitó ayer desvelar sus planeslarazon

Ferraz y los barones acuerdan aplazar el congreso ►La presidenta espera un mal resultado del secretario general si hay elecciones ►El líder del PSOE podrá mantener sus negociaciones para llegar a La Moncloa

Pacto de no agresión. Al menos por el momento. La lucha por el liderazgo del PSOE que se viene disputando de manera soterrada entre Pedro Sánchez y Susana Díaz se ha templado al recogimiento y la reflexión de la Semana Santa. La «batalla final» –como algunos denominan ya a la apoteosis del enfrentamiento entre ambos dirigentes– tendrá que esperar, por lo menos hasta que se despeje la incógnita de la gobernabilidad nacional. La tesis de que «los tiempos del PSOE son los tiempos de España» se ha acabado por imponer a un enrevesado calendario orgánico que chocaba de pleno con el institucional y con la estrategia de unos y de otros.

Después de semanas de discretos y continuos contactos con las federaciones, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, realizó ayer una última llamada, la que le ponía en contacto con la mano derecha de Susana Díaz en Andalucía, su homólogo Juan Cornejo, para proponer lo que era un clamor en los territorios: posponer el 39º Congreso del partido, previsto para los días 20, 21 y 22 de mayo, hasta que se dirima la formación del Gobierno de España. Fueron los líderes territoriales de más peso –y próximos a Andalucía–, quienes en los últimos días habían alentado el debate sobre un aplazamiento respecto a la fecha que ellos mismos lograron imponer a Ferraz en un tenso Comité Federal en enero. Será este mismo órgano el que apruebe el próximo sábado 2 de abril el cambio de calendario. La dilación en los tiempos será «sine die», según fuentes de la dirección consultadas por LA RAZÓN, que no quieren enredarse en un nuevo conflicto de fechas. Cuándo y cómo se fije la celebración del congreso promete convertirse de nuevo en un punto de fricción entre detractores y afines al secretario general, por lo que desde Ferraz se apunta a que se promoverá un compromiso ambiguo que haga referencia al momento en que se alcance «la formación de Gobierno en España». «Si lo fijásemos para julio sería tanto como admitir que las negociaciones para la investidura que está manteniendo Pedro son un paripé», señalan fuentes del partido, que dan por hecho que de repetirse las elecciones el Congreso no se celebraría hasta después de verano.

Este amplio margen de tiempo supone un balón de oxígeno para ambos líderes. Pedro Sánchez aplaza el choque total después de días de rumores y presiones sobre la inminencia del salto a la arena nacional de la presidenta de Andalucía. El desembarco de Susana Díaz amenazaba con torpedear sus negociaciones de investidura y sus opciones de repetir como candidato sin oposición a unas nuevas elecciones en caso de que fracasaran los contactos que se afana en mantener –con escaso resultado– y que mañana le llevarán a retomar el diálogo con Pablo Iglesias. Sin embargo, si tenemos en cuenta que desde el entorno del secretario general se había alentado durante las últimas semanas que el órdago de la andaluza era un farol y que un fortalecido Sánchez no tendría rival en unas primarias, que ganaría sin discusión, su decisión de aplazar el enfrentamiento denota cierto derrotismo y puede entenderse como un paso atrás.

Lo cierto es que en Ferraz nunca han visto con malos ojos el aplazamiento del Congreso, no en vano la dirección lo fijó inicialmente para finales de junio –los días 17, 18 y 19–, ya que un amplio margen de tiempo le permitiría al líder socialista seguir fortaleciendo su liderazgo, un liderazgo que no está lo suficientemente consolidado y que quedará al pairo si arrecian los vientos del sur. La estrategia de Ferraz es seguir reforzándose en clave interna durante los próximos meses, garantizar la candidatura de Sánchez a unos nuevos comicios y, entre tanto, frenar cualquier conato de rebelión, dado que la concurrencia a unas nuevas elecciones no es la mejor garantía de supervivencia para un Pedro Sánchez que difícilmente logrará superar los 90 diputados actuales.

Precisamente es ese escenario postelectoral el que espera Susana Díaz para dar el salto. El sector andaluz, que trabaja con la nueva llamada a las urnas como la tesis más probable, prefiere que el congreso se celebre después del 26 de junio y, para ello, ha presionado en los últimos días con un goteo constante de informaciones, augurando la llegada de la presidenta a Madrid. Sin embargo, a Díaz no le interesa batirse el cobre en mayo, no es mujer de primarias y busca que tras la segunda derrota en las urnas de Sánchez, el partido la encumbre por aclamación. De haber dado la batalla y haberla ganado ahora, la presidenta andaluza se hubiera visto abocada a abandonar la seguridad de la Junta por la incertidumbre de una nueva cita electoral. Obligada a despojarse del presidencialismo para adoptar un perfil de candidata que no le reportaría ningún beneficio. Con el cónclave retrasado a verano, Díaz se erigirá como la única vía de salvación para unas siglas denostadas a golpe de debacles electorales y personificada –por dos veces– en la figura del líder socialista. Entonces sí, ante un Sánchez derrotado, sería su momento. Podría compatibilizar el liderazgo del partido con su papel en Andalucía. Ella tiene convicción de presentarse, pero es consciente de que hacerlo ahora supondría «desahuciar al partido antes de las generales». Además, su candidatura a la Secretaría General podría haber sido fácilmente desarticulada por un pacto «in extremis» del PSOE con Podemos, que llevase al líder socialista hasta La Moncloa. Y desde allí, ya no habría margen de maniobra. Su tren habría pasado.

- 30 de marzo

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias retoman el diálogo en el que es su segundo encuentro desde que el Rey mandatara al socialista formar gobierno. A priori, las posiciones de ambos partidos siguen bloqueadas por lo que no se esperan avances importantes.

- 2 de abril

El PSOE reúne este sábado a su Comité Federal. El máximo órgano entre congresos es el único capacitado para posponer la fecha del cónclave socialista previsto para los días 20, 21 y 22 de mayo. Se espera que sea una cita de puro trámite, dado que Ferraz ha consensuado durante los últimos días el aplazamiento con los territorios.

- 2 de mayo

Sánchez apurará sus opciones para conseguir ser presidente y salvar el debate del liderazgo desde La Moncloa. Si no lo consigue, se convocarán elecciones.

- 8 de mayo

El PSOE celebrará primarias para elegir a su candidato. No se espera que Sánchez tenga oposición.

- 26 de junio

Un mal resultado del PSOE, que pase por su imposibilidad para formar gobierno, supondrá el detonante para el salto de Susana Díaz a Madrid.

- Julio-septiembre

Según el resultado y el margen de maniobra para el PSOE, el partido celebrará su congreso, en el que –presumiblemente– Díaz dará la batalla por el liderazgo.