PSOE
Díaz apuesta a caballo perdedor
La presidenta de Andalucía espera el fracaso de las negociaciones de Sánchez con Podemos para permitir una legislatura «corta» del PP y asumir el liderazgo del PSOE en la oposición
Susana Díaz no esperaba el movimiento de Pedro Sánchez de convertir el Comité Federal en un órgano de mero trámite al servicio del poder de decisión de los militantes, en lo que a las alianzas postelectorales se refiere. Pero tampoco le preocupa. La presidenta de la Junta de Andalucía defendió ayer públicamente y en privado la conveniencia de la celebración de la consulta, aunque esta suponga ceder a las bases el control de los pactos. La lideresa andaluza mantiene la tesis de que el camino hasta la citada consulta será arduo y es en ese escenario en el que quiere jugar sus cartas. Ella apuesta a caballo perdedor, pues el éxito de su jugada radica en el fracaso de la deriva del líder socialista hacia el entendimiento con Podemos. Díaz accede a la fórmula que exploró el SPD -socialistas alemanes- para rubricar su pacto con Merkel, pero con condiciones. La presidenta andaluza exigirá que el proceso cuente con toda la transparencia posible. «Mucha transparencia, que se sepa qué se negocia y con quién se negocia», «que los militantes sepan contenido, letra y música», dijo Díaz para evitar que el traslado de la responsabilidad a las bases sirva de coartada para alcanzar alianzas imposibles. «No me vale el vamos a mirar a izquierda y derecha. Yo no admitiría el voto de los independentistas que ponen en cuestión la unidad de España», señaló a puerta cerrada.
«Con la verdad por delante». Así quiere que se asuman los próximos movimientos del partido, ante el clima de desconfianza que impera entre la dirección federal y los territorios. Tras la endiablada aritmética parlamentaria que alumbraron los comicios del 20-D, en Andalucía se impuso un mantra claro: vetar cualquier posibilidad de pacto con Podemos e ir alentando la posibilidad de que el PSOE ocupara el lugar que le habían marcado los ciudadanos en la oposición, para «rearmarse» hasta que pasara el «sarampión» de los de Iglesias. «El mandato que nos han dado los ciudadanos no es gobernar», destacó ayer en el Comité Federal. Sin embargo, permitir gobernar al PP supone un alto precio para los socialistas, que han basado toda su campaña en un ataque frontal a los populares y en escenificar las diferencias que los separan, para rebatir el discurso de Podemos de que «son lo mismo».
Esta semana los vientos del sur han soplado diferente y personas del entorno de Díaz han comenzado a abonar la tesis de permitir un gobierno corto del PP. De momento en el partido no se va a dar un volantazo en la hoja de ruta. Así lo recoge la resolución aprobada por el Comité Federal del 28 de diciembre, en el que se expresó negro sobre blanco la oposición frontal de los socialistas a facilitar una investidura de Mariano Rajoy o del PP, unos postulados que, según alertan fuentes del partido a este diario, podrían irse rebajando a medida que Sánchez se choque contra el muro de una investidura imposible con Podemos . En ese caso, son muchos los que dan por hecho que la presidenta andaluza abrazará entonces las posiciones de Felipe González y pedirá dejar el camino libre a los populares. Este escenario es, además, proclive para las aspiraciones nacionales de Susana Díaz, pues podría compatibilizar durante esta «legislatura corta» su papel como presidenta de la Junta y su labor como secretaria general, dejando atados sus asuntos en Andalucía antes de asumir el salto al escenario nacional. En ningún caso, Díaz cruzaría Despeñaperros para batirse el cobre en unas nuevas elecciones en las que no tiene la seguridad de salir victoriosa. Y Susana Díaz siempre apuesta sobre seguro.
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