El alcalde del pueblo más viejo

Puede ser que nunca hayan oído hablar de Brasoñera. O mejor aún, puede que desconozcan cuál es el pueblo más antiguo de España. El Congreso de los Diputados dio este reconocimiento en 2007 al municipio que obtuvo su carta puebla en el año 824, la primera concedida en España. Este pequeño pueblo que se encuentra en plena montaña palentina está formado por cinco pedanías en las que hay censadas 270 personas, y en él gobierna desde hace tres legislaturas el socialista Jesús María Mediavilla, candidato a la reelección como regidor. Se siente seguro de poder revalidar su puesto en la alcaldía y apuesta por, si vuelve a tener el apoyo de sus vecinos, «terminar de situar a Brasoñera en el lugar institucional que le corresponde». La intrahistoria del pueblo más antiguo está, según este alcalde, protagonizada por el conde Munio Núñez, el artífice del que hoy es el primer fuero de España. En torno a esta fecha, después de que los musulmanes desplazaran a los visigodos de la península, este concedió a este término una serie de derechos de ciudadanía y de propiedad de los territorios a título colectivo y no personal. «Este es el germen de lo que hoy conocemos como ayuntamientos», reconoce su alcalde en conversación con este diario, mientras nos hace una radiografía del pequeño municipio compuesto por casas cuidadas de piedra que se asientan entre imponentes bosques. Según explica el regidor, Brasoñera vivía «invernada» hasta la época de los 90, cuando las visitas hacen resurgir la actividad turística. «Hoy en día somos referentes turísticos», presume. Mediavilla es natural de Brasoñera y revela que a pesar de que todos los vecinos habían oído hablar de que «éramos el pueblo más antiguo» no había referencias fehacientes. «Hace años empezamos a investigar en colaboración con la universidad y establecimos el contacto con instituciones». De hecho, cuenta, desde el año 2007, la sede de la federación española de municipios y provincias, «está presidida por una reproducción del fuero de Brasoñera». En cuanto a las dificultades para gobernar en un pueblo tan pequeño reconoce que las ayudas que reciben del Estado «son menores de las que el pueblo necesita», aunque, en contra de otros pueblos de la España vaciada, Mediavilla recalca que es «un municipio que va creciendo poco a poco» gracias, en buena parte, «a las vías de comunicación, autovías e infraestructuras». Y resalta que, a pesar de la antigüedad de Brasoñera «estamos muy vivos», por las continuas actividades que implantan desde el Ayuntamiento. ¿Y el populismo es un riesgo en un pueblo tan antiguo? Mediavilla cree que aunque es una opción presente, y no son descartables, opina que «en estas latitudes tan pequeñas» estas ideologías «están más controladas».