El Gobierno quiere sustituir a «Maleni» en el BEI tras las europeas

A medida que se cierra el cerco sobre la ex ministra y ex consejera de Economía y Hacienda andaluza Magdalena Álvarez, su «goloso» puesto en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) está cada vez más en el aire. La decisión de la Audiencia Provincial de Sevilla de rechazar su recurso contra el auto en el que la juez Alaya la imputó nuevamente en la causa abre un nuevo horizonte mucho más inestable para ella.

Las circunstancias se han dado la vuelta, ya que el primer auto de imputación fue anulado por la propia Audiencia por falta de motivación. Ahora, sin embargo, el mismo tribunal confirma la imputación porque entiende que existen contra ella «severas sospechas de participación» en el fraude, y esto afecta al guión del Gobierno en relación a este asunto. De la prudencia inicial a barajarse ya, sin oficializarse ninguna decisión, promover su sustitución en el BEI después de que pasen las elecciones europeas. De acuerdo, por supuesto, con la dirección de la institución europea, que en su día se remitió a la aplicación de su código interno de conducta, dentro del respeto a la presunción de inocencia de la política socialista. En su momento, cuando la ex ministra presentó el recurso contra la decisión de Alaya, el banco público europeo optó por no adoptar ninguna decisión sobre su continuidad o no en la vicepresidencia hasta que se resolviese ese recurso. Ayer, el BEI aseguró que «se toma muy en serio las acusaciones en relación con el uso indebido de fondos». «El BEI está analizando la información recibida esta tarde. No podemos hacer más comentarios en este momento», concluye la breve declaración.

El Gobierno ha seguido muy encima del tema porque no quiere que España pierda el puesto que ahora ocupa la ex ministra socialista hasta que venza el mandato vigente.

El Ejecutivo de Zapatero propuso el nombramiento de Magdalena Álvarez en julio de 2010, en sustitución del portugués Carlos da Silva Costa. Por un mandato de seis años. España se rota con Portugal en ese sillón, y el Gobierno ya ha hecho gestiones para asegurarse de que en el caso de que tuviera que ejecutarse el relevo, de acuerdo con la dirección del BEI, pudiera colocar a otro español en su lugar hasta que terminase su turno. Las «manchas» que oscurecen la gestión política de la ex ministra, tanto a nivel nacional como regional, no han impedido que disfrute gracias a Zapatero de un retiro de la primera línea política española más que privilegiado. Después de un año como diputada europea, le llegó el «premio gordo» cuando Da Silva Costa fue nombrado gobernador del Banco de Portugal.