El líder del PSOE se viene arriba: «Estamos fuertes»

Se ha venido arriba. El secretario general del PSOE no puede ser más parecido a la militancia de su partido, que pasa sin transición de la depresión a la euforia. Un Alfredo Pérez Rubalcaba, no eufórico pero sí relajado y optimista, se plantó ayer en la Carrera de San Jerónimo con su mejor sonrisa. Departió como no suele con los periodistas, intercambió impresiones con dirigentes del PP sobre la reforma constitucional y confesó ver «fuerte» al PSOE. «No a mí, sino al partido», aclaró para frenar el ímpetu de quienes interpretan cada una de sus palabras en clave de primarias. ¿Primarias? Sí, la palabra maldita que tanto «molesta» al secretario general del PSOE y con la que ayer hizo unas risas para no responder a las mismas preguntas de los mismos periodistas sobre los mismos asuntos, estos son la sucesión, los candidatos o los calendarios. Nada de eso y mucho de la «fortaleza» de un PSOE que dijo haber cerrado «muy bien» unos meses «difíciles». Rubalcaba incluye en su haber el final de la crisis con el PSC a cuenta del derecho a decidir, el éxito de la Conferencia Política de hace un mes y el congreso del PSOE de Andalucía, aunque en esto él haya tenido poco que ver, sino más bien José Antonio Griñán. Da igual, él percibe que «cada vez la gente nos escucha más».

Flanqueado por Juan Moscoso –que se postula y postula– y una Soraya Rodríguez –nominada para «castigo de la prensa» en los premios de la Asociación de Periodistas Parlamentarios de este año–, el secretario general del PSOE vaticina ya la victoria de sus siglas en las europeas. Pírrica, sí, pero victoria al fin y al cabo porque los socialistas ganarán «por poco» a los populares, dijo. Se explayó con este asunto tanto que dijo que ya prepara una lista «pontente» y no «de descartes» para el próximo mayo. Lo que él llamó una candidatura de «hombres y mujeres» de primer nivel, que transmitan interés por Europa y no transmita la habitual estampa de un cementerio de elefantes. El problema es que hay «overbooking», muchos aspirantes para puestos de salida. Que si Elena Valenciano –aunque ella lo niega– que si los ex ministros Caldera y Blanco –que lo han pedido–, que si López Garrido, que si López Aguilar, que si Ramón Jáuregui, que si el madrileño José Cepeda... Interminable.

Nombres aparte, Rubalcaba cree que en las europeas habrá menos abstención que en 2009 y que los ciudadanos aunque están «más contra Europa», saben que España se juega mucho en la UE. Eso sí, admite, que el bipartidismo en nuestro país «ya nunca será lo que fue».

Si dicharachero estuvo sobre Europa y las posibilidades del PSOE en los próximos comicios europeos, mucho más afiló el verbo contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que había atribuido los cambios en Agencia Tributaria a que allí había un nido de socialistas. Pues Rubalcaba lo llama «caza de brujas» en la inspección fiscal, amenaza con «montar un lío» y no descarta pedir la creación de una comisión de investigación en el Parlamento. Dice que no es para menos.