Política

Dos años de la victoria del PP

«El objetivo es una Justicia más rapida que dé respuestas eficaces a los ciudadanos»

La Razón
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Su decisión más difícil

La decisión más difícil en estos casi dos años de legislatura ha sido la de tener que trasladar a los hombres y mujeres que forman parte de la Administración de Justicia una serie de ajustes que no eran agradables, pero que venían impuestos por la extrema gravedad del momento económico. Pese a su dureza, eran imprescindibles para encaminar a España hacia la recuperación. Pero saberlo no lo volvía más sencillo. El trabajo y el esfuerzo que realizan a diario desde los funcionarios de Justicia hasta los jueces y magistrados es para mí un auténtico motivo de orgullo, y eso hacía difícil tener que aplicar alguna medida tan dura como la supresión de la paga extra. Ahora, el esfuerzo de esos profesionales, junto al de muchos otros servidores del Estado, está permitiendo a España recuperarse antes.

Lo mejor que ha hecho

–Estoy convencido de que las reformas que hemos impulsado en estos meses van a contribuir a que superemos un modelo judicial agotado. Servirán para reducir la litigiosidad y disminuir las esperas, de manera que la Justicia pueda dar respuesta a los ciudadanos en un tiempo razonable. Si me pide que me quede con solo una medida de todas las que hemos aprobado, elegiría la nueva Ley de Justicia Gratuita. Gracias a ella hemos aumentado el número de beneficiarios e incluido a nuevos colectivos que también se podrán acoger a la misma con independencia de su nivel de ingresos, como es el caso de las víctimas de violencia de género, las de terrorismo, las víctimas de la trata de seres humanos, menores y discapacitados psíquicos que hayan sido víctimas de abusos, o víctimas de accidentes con secuelas permanentes que reclamen indemnizaciones por daños.

De lo que se arrepiente

Quizá de no haber dado un ritmo todavía más intenso a las reformas. Es verdad que hemos avanzado mucho, y que en estos casi dos años hemos mantenido una actividad muy intensa, remitiendo al Consejo de Ministros y tramitando en el Parlamento muchos anteproyectos y proyectos de ley. Pero a uno siempre le gustaría que esa tarea fuera aún más ágil, por dos razones. La primera es que la reforma de la Justicia que estamos acometiendo forma parte de las reformas estructurales que afectan al conjunto de la Administración, y son imprescindibles para superar la crisis cuanto antes y construir un nuevo crecimiento más sostenible. La otra razón es que muchas reformas normativas forman parte de un todo, de un nuevo modelo, y para que éste sea eficaz es necesario haber aprobado ese conjunto de leyes. En cualquier caso, se trata de reformas técnicamente muy complejas, que hay que preparar con mucho cuidado, que requieren consultar a muchos sectores, y eso hace que sea difícil ir más deprisa.

Sus retos

–Completar el nuevo modelo de Administración de Justicia cuyas bases hemos sentado ya. Hay dos normas clave para eso, que son la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. De la primera saldrá lo que va a ser la organización de nuestra Administración de Justicia en el siglo XXI, y la segunda también supone una importantísima puesta al día, en este caso del procedimiento penal, porque el actual data de finales del XIX. Cuando esas dos leyes estén aprobadas por el Parlamento y hayan entrado en vigor la agilización del sistema de Justicia empezará a ser un hecho, y se verá también favorecida por las nuevas vías de resolución de conflictos que hemos impulsado ya, como la mediación o la jurisdicción voluntaria, que van a descargar de asuntos los juzgados al tiempo que ofrecen al ciudadano soluciones rápidas y eficaces.

Un consejo del presidente

–El Presidente siempre espera que trabajemos pensando en aquello que sea mejor para todos los españoles. Y con ese objetivo en mente es con el que trato de dirigir el Ministerio, con objeto de conseguir una Justicia más rápida que dé respuestas eficaces a los problemas que le plantea la sociedad actual.

Una anécdota

–La responsabilidad que supone la cartera de Justicia ha venido de la mano de otra experiencia nueva en mi carrera, que es la de representar a los ciudadanos en el Congreso. Para mí resulta muy emocionante recordar que allí sirvió a los españoles mi padre, José María Ruiz Gallardón, en una etapa de nuestra historia apasionante y muy difícil, en la que España hizo grandes cosas gracias al esfuerzo y la generosidad de aquella generación. No es ningún secreto que para mí es un honor seguir sus pasos.