J.M.Zuloaga

David Pla, el segundón que llegó a la cúpula de ETA

El etarra encabezó las manifestaciones contra la reunión de los líderes del G7

El ex etarra David Plá
El ex etarra David Plálarazon

David Pla, el último gran jefe de la banda terrorista ETA, acudió ayer a la “contracumbre” del G7.

David Pla Martín, que ayer acudió a la contra manifestación al G-7, comenzó su siniestra andadura dentro del separatismo vasco de carácter violento en las juventudes de Jarrai, al igual que otros muchos pistoleros. Su capacidad para amenazar a los contrarios era proverbial. Su periplo dentro de ETA se asemeja al de otros terroristas ya que, tras huir a Francia, se integró en un «comando de liberados» que fue desarticulado cuando pretendían asesinar al alcalde de Zaragoza. Tras ser puesto en libertad y después de algunos escarceos políticos volvió a territorio galo, donde inició una «meteórica carrera» dentro de la banda, no por méritos propios sino porque los cabecillas que le antecedieron fueron detenidos, uno tras otro, por las Fuerzas de Seguridad españolas y francesas. Va de pensador, de jefe de «aparato político», pero no pasa de ser un segundón al que las circunstancias convirtieron en «número 1» de la banda, junto con Irache Sorzábal. Todo ello no le resta peligrosidad, ya que en ese puesto era el encargado de marcar la «línea de acción» de los «comandos» de ETA y de la organización terrorista en su conjunto. Su última «aparición» había sido durante los pasados Sanfermines. En el brindis de los presos, se leyó una carta suya, un mensaje a distancia de un individuo que, precisamente, la falta de valor la disimula con una medida «prudencia». Nació en Pamplona en 1975 y fue uno de los tres portavoces de ETA que leyeron el comunicado de octubre de 2011 por el que la banda anunciaba el fin de actividades; con anterioridad, siempre encapuchado por aquello de la prudencia, participó en la lectura de diversos comunicados de ETA, como el de enero de ese año en el que se anunciaba un alto el fuego «permanente, general y verificable». La trayectoria de Pla incluye la participación en procesos electorales en el seno de Herri Batasuna, como candidato al Ayuntamiento de Pamplona en las elecciones municipales de 1995, sin lograr ser concejal.

Fue en 2000 cuando fue detenido por formar parte del «comando Aragón», que tenía entre sus objetivos al alcalde de Zaragoza, José Atarés. Fue condenado a seis años de prisión por integración en banda armada. Puesto en libertad en 2006, fue de nuevo detenido en abril de 2010 en Francia, como consecuencia de diversas actuaciones policiales en España contra la estructura de apoyo a los presos etarras y al denominado «colectivo de abogados de ETA» (Halboka).


Las autoridades francesas optaron por ponerle en libertad al considerar que no existían suficientes evidencias contra él. Fue a partir de ese momento cuando Pla «asciende» en ETA y se le designa para que, junto a José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera» e Irache Sorzábal, forme parte de la representación de la banda en las conversaciones con el Gobierno socialista que tuvieron lugar en Noruega. Aunque «Ternera» contaba con experiencia en este tipo de asuntos, los otros dos eran «noveles» a los que se había encomendado una responsabilidad demasiado alta sin estar preparados. Resultado: las conversaciones fracasaron y las autoridades noruegas expulsaron en 2013 a los tres de su territorio. Estaban en el país nórdico desde 2011, tras el anuncio de cese definitivo. Cómo lograron salir de Noruega y volver a Francia es un misterio, pero lo cierto es que en septiembre de 2015, fue detenido junto a Irache Sorzábal en Saint Étienne de Baigorry. Aquella operación fue bautizada como Pardines en honor de la primera víctima de la banda, el guardia civil con ese apellido.