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El PP echa cuentas: 30 millones por los consejos de Arriola

Génova no sustituirá la figura del «gurú» de Aznar y Rajoy. No tiene constancia de denuncia por la ruptura de las relaciones laborales con el sociólogo.

Casado viajó ayer a Gran Canaria para reunirse con empresarios y pymes de las islas.
Casado viajó ayer a Gran Canaria para reunirse con empresarios y pymes de las islas.larazon

Génova no sustituirá la figura del «gurú» de Aznar y Rajoy. No tiene constancia de denuncia por la ruptura de las relaciones laborales con el sociólogo.

El sociólogo Pedro Arriola ha sido una institución dentro del Partido Popular durante casi 40 años. Un referente discutido internamente, pero inamovible, mandase José María Aznar o Mariano Rajoy. Sobrevivió a todo y a todos, hasta que llegó Pablo Casado a la dirección del PP, en su papel de gurú demoscópico, consejero áulico y asesor en los grandes discursos y actuaciones parlamentarias. Incluso resistió frente a la traumática ruptura con el pasado que tuvo que representar Rajoy para imponerse políticamente frente a sus derrotas electorales y ante el desgaste acumulado por el «caso Bárcenas», la Gürtel y todos los demás escándalos de corrupción que tuvo que gestionar sobre todo desde 2008 en adelante.

El nuevo PP ha echado cuentas y «los consejos de Arriola» han costado a las arcas del partido «unos 30 millones de euros». Una fortuna por reinterpretar encuestas o corregir en la etapa de Rajoy cualquier intento de salirse del carril de la moderación, de ese «centrismo» y «perfil político bajo» en el que se fue cociendo el fenómeno Vox y la caída en votos que ha llevado al PP de los 10.830.693 votos que recibió en 2011 a los 4.356.023 que consiguió en las últimas elecciones generales del pasado mes de abril.

Es verdad que para estas últimas elecciones, incluso antes, Arriola ya había dejado hace tiempo de vivir de vender sus consejos demoscópicos al líder popular. Con la llegada del nuevo equipo, una de las primeras decisiones fue prescindir de estos «onerosos servicios».

La última reunión con él, según el PP, tuvo lugar hace meses, y el acuerdo fue hacer «un planteamiento amistoso» para interrumpir las singulares relaciones laborales que consiguió blindar durante tantos años. Al PP no le consta que Arriola haya formalizado ninguna denuncia en su contra, conforme han apuntado algunas informaciones. Génova asegura que no tiene constancia de «denuncia alguna». De hecho, el planteamiento de que pueda haber un desacuerdo económico escandaliza dentro del PP. «Arriola nos ha salido a casi un millón de euros al año. No creo que tenga motivo de queja. Esto, más el añadido de su mujer». Se refieren a Celia Villalobos, ex ministra de Sanidad y a la que Aznar y Rajoy mantuvieron siempre en posiciones bien remuneradas, por ejemplo mediante la vía de darle preferencia en el reparto de los cargos en el Grupo Parlamentario en el Congreso.

Cuentan que en la última etapa de Rajoy, el entonces presidente del Gobierno empezó a encargar papeles «a otra gente del equipo» de quien entonces era su director de Gabinete, Jorge Moragas. Entre otros, citan el nombre de Andrés Medina.

En teoría, la justificación de ese alrededor de un «millón de euros» anuales estaba en sus labores de asesoramiento directo al presidente. Hacerle discursos, aconsejarle, presentarle estudios de intención de voto para fijar estrategias, todo muy vinculado con «el jefe», con Rajoy. «Otra cosa es si acertaba o no, eso ya es valorable», explican quienes trabajaron con él.

Dentro del PP se instaló el mantra de que Arriola vendía «obviedades» bien envueltas en gráficos y pizarras. Pero más allá de ironías, dentro del partido sí echan sobre sus espaldas buena parte de la responsabilidad de la acción o inacción política que impulsó el nacimiento y el crecimiento de Vox.

La explicación de Vox que dan dentro del PP es que es una reacción al «arriolismo», a su apuesta por el perfil bajo, por «no molestar» a nadie, por «esconder» la defensa de los principios del PP para no movilizar, según su tesis, a la izquierda, y «edulcorar» la marca del PP hasta hacerla «irreconocible». «A Ciudadanos se fueron muchos por culpa de la corrupción; a Vox, por culpa de Arriola», sentencian.

Arriola siempre se ha movido en la sombra, bien protegido en Palacio. El nuevo PP ha prescindido de él y «de su coste», pero no le ha sustituido. Pablo Casado no ha reemplazado al «gurú» por otra figura de ese perfil ni con el sueldo que, según las cuentas populares, cobró del partido «por sus consejos». Fuera ya de ese estatus, desde su entorno van predicando contra Génova y la estrategia del PP. Dicen que el partido se ha desplomado por abandonar «su centro». Por la derechización de Casado y de su equipo. Desde Génova contestan que el PP empezó su caída por su obsesión por «un centro líquido» que le llevó a olvidar la defensa de sus esencias. «En sus aciertos y desaciertos, Arriola forma parte de la historia del PP».