Ciudadanos
El PP pasa al ataque para quitar a Rivera la bandera de la regeneración
La decisión de la Fiscalía sobre el máster de Casado alivia la tensión territorial ante las autonómicas
La decisión de la Fiscalía sobre el máster de Casado alivia la tensión territorial ante las autonómicas.
La decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de oponerse a que se investigue el máster de Pablo Casado puede ser determinante en la estrategia política del Partido Popular para los próximos meses. Primero, el PP necesita que una vez entregado el informe de la Fiscalía, el Supremo se decida por seguir la recomendación del Ministerio Público y no admita a trámite la exposición razonada de la magistrada Rodríguez-Medel, del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid. De momento, la posición de la Fiscalía ha sido recibida en Génova como un golpe de oxígeno. «La Fiscalía nos da la razón. Y a partir de ahí, a algunos se les ha acabado vivir del cuento», sentenciaban ayer en la cúpula popular.
El principal objetivo de la nueva dirección del PP es acotar el terreno a Ciudadanos (Cs), frenando la huida de voto y recuperando voto perdido en las últimas elecciones. Ahí está su gran obsesión y ahí pesaban como una losa las sombras sobre sus estudios en la Universidad Rey Juan Carlos. En el equipo de asesores en el que se apoya el líder del PP tienen claro que la clave para dar la batalla contra Cs radica en su capacidad de limpiar las siglas del partido y alejarlo de cualquier sombra de corrupción. Con el Congreso de julio y el relevo de Mariano Rajoy, el nuevo PP se sentía libre de manos para desentenderse de los casos que están todavía pendientes de juicio, entre ellos el de los «papeles de Bárcenas», porque ninguno de los que están hoy al mando real del PP han tenido relación alguna con ellos ni tampoco responsabilidad en la gestión de los mismos. Pero el ruido sobre el máster y su evolución en el Tribunal Supremo era un torpedo en la línea de flotación de esta estrategia. Según el PP, la Fiscalía «les ha despejado el camino».
Durante el proceso del Congreso de julio, y dentro de su campaña para ganarse apoyos frente a la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Casado dio explicaciones sobre su máster a algunos de los dirigentes que fueron clave en decantar de su lado el voto de los compromisarios. Lo hizo con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y también con la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal. El hoy líder nacional les trasladó su plena confianza en que la causa no prosperaría en el Supremo, incluso en el caso de que el Alto Tribunal se decidiese por abrir una investigación. Tan seguro estaba de que sería archivada, que Casado también les informó de su decisión de resistir si hubiera petición suplicatorio porque estaba seguro de que en los hechos no había delito.
Pese a esa imagen de confianza absoluta, dentro del PP había temor a que este asunto les afectase electoralmente, sobre todo en Andalucía donde se espera una convocatoria para noviembre. Ayer respiraron aliviados en Génova, pero también los líderes autonómicos y municipales.
La decisión de la Fiscalía les alivia en ese sentido, pero, sobre todo, en el PP aseguran que permite que Casado pueda entrar en el cuerpo a cuerpo con Rivera en cualquier tema relacionado con la regeneración. Para hablar de la tesis del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de «Gürtel», «o de lo que quieran», sentenciaban ayer por la tarde en la sede de Génova.
De hecho, con este «as» en la manga Casado va a pasar al ataque contra Sánchez y «contra Rivera». Es evidente que si la moción de censura ya descolocó a Ciudadanos hasta el punto de obligarle a cambiar toda su estrategia, lo del máster, si es finalmente archivado en el TS como parece, también tendrá sus consecuencias en la formación naranja, porque su más directo competidor por el voto del centro derecha se liberaría de hipotecas que le debilitan en su discurso. Con Rajoy, Rivera podía presentarse como el líder «aseado y limpio que asumía principios de derechas o de izquierdas según sus intereses», analizaban ayer en la dirección popular. «Ahora nosotros tenemos un candidato tan aseado y tan limpio, y firme en la defensa de los principios de siempre de nuestro partido».
El secretario general, Teodoro García Egea, sentenció ayer: «Las dudas sobre Casado se despejan, no como Sánchez con su tesis». El PP empieza a sentir que la cuerda que presionaba a Casado sobre su máster comienza a aflojarse y García Egea se felicitó de que la verdad se abra camino poco a poco. «Los argumentos de los detractores se han desmontado por la vía de los hechos», concluyó.
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