Diplomacia
Bélgica no convocará a la embajadora española como pide el presidente de Flandes
Josep Borrell anunció ayer la retirada del estatus diplomático al delegado flamenco en Madrid
El ministro de Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, ha confirmado que no convocará a la embajadora española, como le había solicitado el ministro-presidente de Flandes, Geert Bourgeois
El primer ministro belga, Charles Michel, dijo hoy que no hay conflicto diplomático entre su Gobierno y España, después de que el Ejecutivo retirara el estatus diplomático al delegado de Flandes en Madrid y subrayó la "autonomía"de la región para gestionar sus relaciones.
"No hay conflicto diplomático entre el Gobierno federal belga y España", afirmó Michel a su llegada a la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) en Bruselas, a la que acude también el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez.
Michel no hizo referencia a que vaya a haber respuesta por parte del Gobierno federal y dejó el asunto en manos del gabinete flamenco, dado que "en Bélgica -detalló- hay cierta autonomía para las regiones en el plano internacional y la responsabilidad es primero de Flandes, de gestionar su relación con España".
"Y es responsabilidad de España, con conformidad a los tratados internacionales, de qué manera gestiona sus relaciones diplomáticas, también con entidades federales", afirmó el primer ministro, que gobierna en coalición con el partido nacionalista flamenco, la N-VA.
Preguntado por la decisión de España, contestó que no quería "hacer comentarios ni de la reacción de uno ni de la del otro".
"Aquí hay una responsabilidad entre el Gobierno flamenco por un lado, y respeto su autonomía y sus responsabilidades, y también hay una responsabilidad del Gobierno de España conforme a los tratados internacionales", agregó.
En este sentido, el ministro de Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, ha confirmado hoy que no convocará a la embajadora española, como le había solicitado el ministro-presidente de Flandes, Geert Bourgeois, tras la decisión del Gobierno de retirar el estatus diplomático al delegado de la región flamenca en España.
Un portavoz de Reynders ha confirmado a la agencia Belga que Reynders "no tiene intención"de convocar a la embajadora española, Beatriz Larrotcha, como le había pedido Bourgeois.
Fuentes del Ministerio de Exteriores han dicho además a Efe que se trata de un "incidente"entre "España y Flandes", y han pedido "no mezclar todo", en referencia a que la formación independentista flamenca N-VA, gobernante en Flandes, es el partido mayoritario en la coalición del Ejecutivo federal.
El portavoz ministerial ha dicho que Reynders ha tenido conocimiento de las recientes declaraciones de Bourgeois pero que "no es el papel de un ministro de Asuntos Exteriores comentar las declaraciones de un presidente de una entidad federada".
Según ha dicho, el ministerio "sigue disponible para entregar mensajes de la región flamenca a España".
"Si el Gobierno flamenco desea pasar mensajes a España a través de la embajada de Bélgica (en Madrid), Asuntos Exteriores lo hará", ha apuntado.
España anunció ayer martes que retiraría sus credenciales al delegado flamenco como represalia por las reiteradas declaraciones sobre Cataluña y el proceso independentista del presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, una reacción que Bourgeois ha considerado "muy hostil".
La decisión del ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se produjo después de que el presidente del Parlamento flamenco criticara a España durante la inauguración el pasado miércoles de una exposición sobre el proceso secesionista catalán en la sede del Parlamento de Flandes a la que asistió el expresidente catalán Carles Puigdemont.
Semanas antes, Peumans había enviado una carta -que hizo pública la N-VA- a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, en prisión preventiva, en la que criticaba la calidad de la democracia española, declaraciones que después reafirmó.
Pese a las quejas del Ejecutivo español, Peumans se ha reiterado en sus afirmaciones en distintas declaraciones a la prensa.
Hasta ahora la postura oficial de Bélgica ha sido la de tomar distancia y dejar claro que la política exterior la fija el Gobierno federal y no el presidente del Parlamento de Flandes.
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