Corrupción en Cataluña
El restaurante de los pinchazos contrató servicios de Método 3
La Camarga pidió «equipo y cámaras» a la agencia de detectives durante un mes. Interior abre una investigación para aclarar quién está detrás de las grabaciones al PP
En el restaurante La Camarga aseguran estar muy preocupados por su buen nombre, ya que en los últimos días su establecimiento está en boca de muchos en Barcelona, y no precisamente por las emociones que provocan sus guisos, sino por el espionaje que se ha producido en sus estancias.
En el restaurante La Camarga aseguran estar muy preocupados por su buen nombre, ya que en los últimos días su establecimiento está en boca de muchos en Barcelona, y no precisamente por las emociones que provocan sus guisos, sino por el espionaje que se ha producido en sus estancias. En uno de los reservados de La Camarga, situado en la calle Aribau de Barcelona, se colocaron micrófonos ocultos para grabar en julio de 2010 una conversación entre Alicia Sánchez-Camacho y María Victoria Álvarez, la ex pareja de Jordi Pujol Ferrusola (primogénito del ex presidente catalán). El restaurante, frecuentado por políticos y empresarios, no tardó en salir al paso del asunto y aseguró con toda rotundidad que no son cómplices de actividades detectivescas. Pero lo cierto es que al menos una factura demuestra que La Camarga contrató los servicios de la agencia Método 3, especialista en espionaje a la que se atribuye el pinchazo de la comida entre Alicia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez.
La factura, fechada el 11 de abril de 2011, detalla la contratación de «equipo y cámaras durante un mes» (1.950 euros), así como «honorarios técnicos (1.200 euros), «informe para denuncia y aportar a juicio» (800 euros) y «visionado» (650 euros). El monto asciende a 4.600 euros, pero por indicación del director general de Método 3, Francisco Marco, se realizó una rebaja de 690 euros.
Sin embargo, en La Camarga insisten en que su restaurante está limpio de micrófonos. Así lo subrayó ayer el director del local, David Vidal, en declaraciones a Efe. Vidal explicó que ha contratado una empresa de seguridad para realizar un «barrido» en las últimas horas y no ha hallado ningún dispositivo electrónico para registrar conversaciones. «Somos restauradores, nos dedicamos a atender a nuestros clientes y todo esto nos está haciendo mucho daño», añadió.
El ministro interviene
Mientras La Camarga trata de preservar su buen nombre, el ministro del Interior, Jorge Fernández, evitó minimizar el asunto del espionaje a Alicia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez, cuyo encargo se ha atribuido al PSC, aunque los socialistas lo niegan y únicamente admiten haber contratado servicios de Método 3. Según el ministro, hay «mucha información», lo que significa que el espionaje podría haberse extendido a otros partidos políticos, y el asunto se va a investigar «muy a fondo».
La mayoría de las formaciones políticas en Cataluña exigió a la Generalitat que actúe con contundencia contra las escuchas. «Ya es hora de que el Govern salga públicamente y se pronuncie claramente en contra del espionaje», pidió el portavoz de los populares catalanes, Enric Millo. En este sentido, la presidenta del PP en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, reprochó a los partidos políticos que no reaccionaran antes, cuando se supo que había sido espiada. «Cuando la víctima era sólo el PP nos atacaban y usaban el espionaje como arma política de manera miserable y hoy, que parece que podrían afectarles también a ellos, sí lo censuran», sentenció visiblemente indignada. Y añadió: «Lamento la falta de ética, de principios y de convicciones del resto de fuerzas políticas catalanes ante una caso grave y claro de espionaje político».
Pero los socialistas se limitaron a reiterar que el partido nunca ha hecho escuchas ilegales, mientras que ICV mostró su «perplejidad» ante la posibilidad de que las escuchas se realizaran de forma generalizada. Asimismo, C's emplazó a la Fiscalía a llevar cabo cuantas diligencias sean necesarias para esclarecer estos hechos ilegales porque «son conductas propias de una película de mafiosos pero en este caso la realidad supera la ficción».
También hubo reacción por parte del Gobierno catalán. Así, el consejero de Presidencia y portavoz del Govern, Francesc Homs, se declaró «alucinado» por las presuntas prácticas de espionaje, y aseguró que al Ejecutivo catalán no le consta que sea una práctica habitual y sistematizada. Homs aseguró que el Govern «quiere pensar que son situaciones aisladas», y descartó que el Ejecutivo catalán se replantee la estrategia de seguridad de su sede, el Palau de la Generalitat.
En rueda de prensa, el portavoz explicó que la Generalitat opera con unos criterios de seguridad estándares que son responsabilidad de los Mossos d'Esquadra y aseguró que no se plantean cambios: «No haremos cosas diferentes de las que venimos haciendo». «Me resisto a creer que Cataluña esté inmersa en una película de James Bond. Tengo la convicción de que no hay una situación de espionaje al uso entre los políticos y las instituciones», sentenció Homs.
Por su parte, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, juzgó «repugnante» cualquier caso de espionaje político, tanto «si se hace en Barcelona como si se hace en Madrid».