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Rajoy: «Ninguna reforma constitucional tendrá parámetros independentistas»
Los jardines de Marivent fueron el escenario escogido por Mariano Rajoy para hablar de la reforma constitucional. Tras su habitual despacho de verano con Felipe VI, el presidente del Gobierno abrió la puerta a realizar cambios en la Constitución para la próxima legislatura, ya que la prioridad en la que termina «era evitar el rescate, empezar a crecer y generar empleo». En la próxima legislatura, admitió, «habrá que hacer otras cosas». Y en este punto señaló que no se niega a hablar de una reforma, aunque sí le gustaría que «se consiguiese el mayor consenso posible porque no es cuestión de un partido, sino del mayor número de partidos posibles». Aunque Rajoy afirmó que no le gusta adelantar acontecimientos, sí dijo que tras las elecciones generales hay algunas cosas de las que se puede hablar como el Título VIII de la Constitución, referido a las Comunidades Autónomas.
De hecho, apuntó a que las claves de una posible reforma están incluidas en el dictamen del Consejo de Estado de 2006 que, presidido por Francisco Rubio Llorente, fue aprobado por unanimidad. En su opinión, se podría hablar y debatir teniendo como base ese informe.
En aquel texto se proponía delimitar en la Constitución las competencias de las comunidades, que a su juicio son superiores a los de los Estados federales, según Europa Press. En dicho informe, que había sido pedido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el Consejo de Estado cree que el Gobierno debería aprovechar la reforma de la Constitución para delimitar las competencias del Estado «frente a los riesgos que genera la apertura del sistema». El texto indicaba que el modelo territorial español de comunidades autónomas, que les permite tanto impulsar la reforma de sus estatutos para conseguir más competencias, como impedir que se le reduzcan, les otorga una «potestad de autoorganización», que va más allá de la «que las Constituciones federales reconocen a los Estados miembros para la reforma de sus propias Constituciones». Pero, Rajoy insistió, que los cambios serán «en la próxima Legislatura, no en esta». Respecto a Cataluña, y tras confesar que era un tema que no había tratado con el Rey durante su reunión, sí que apuntó que «una cosa es lo que los independentistas catalanes digan y otra cosa es la reforma de Constitución Española. Es decir, no se van a quedar contentos los independentistas catalanes con la reforma de la constitución que se pueda hacer en las Cortes porque lo que ellos quieren es liquidar la soberanía nacional y es evidente que ni mi partido, ni espero que otros muchos partidos, estén dispuestos a liquidar la unidad nacional y la soberanía». «Por tanto, ninguna reforma de la Constitución se va a plantear con esos parámetros», concluyó.
El presidente no quiso adelantar acontecimientos de lo que harán el 28 de septiembre, el día después de las elecciones autonómicas catalanas, si ganasen las listas que proponen la independencia ya que «me parece notable que no teniendo los dos tercios del parlamento, que es lo que dice el Estatuto de Autonomía de Cataluña que se necesitan para poder modificarlo, no se puede iniciar ningún proceso a ninguna parte con un solo voto más». El aviso a Mas fue rotundo: «Lo que es España se decide entre todos los españoles. Hay que tenerle respeto al conjunto de los ciudadanos para no generar división y entorpecer la recuperación». Además, añadió que pensaba involucrarse plenamente en la campaña electoral catalana «iré allí y haré mucha campaña. Hay que salir a votar porque estas elecciones son muy importantes».
Otro de los temas que Rajoy trató con Felipe VI fue la inmigración que afecta no sólo a España sino a toda Europa. A buen seguro continuaron tratando algunos de estos temas en la cena que mantuvieron anoche en Marivent, tras la que el presidente puso rumbo a Pontevedra para continuar hoy con sus vacaciones.
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