Política

Ibiza

Empiezan a congregarse manifestantes junto a los juzgados

Los primeros manifestantes han empezado a llegar a las inmediaciones de los juzgados de Palma, en los que hoy está citada a declarar la infanta Cristina en calidad de imputada por el caso Noós.

Cerca una veintena de simpatizantes republicanos, varios de ellos con las banderas republicana y comunista, merodean frente al edificio de los tribunales bajo la vigilancia de los efectivos policiales que están desplegados por la zona.

Además de partidarios de la Asamblea Republicana de Mallorca, que ha convocado la concentración con motivo de la comparecencia de la infanta Cristina en las próximas horas, también se manifiesta un reducido grupo de activistas de Ibiza contrarios a las prospecciones petroleras que se proyectan en aguas próximas a Baleares.

La calma reina en las calles próximas a los juzgados, con la mayor parte de los comercios aún cerrados y escaso movimiento de personas y de vehículos.

Cerca de 200 agentes los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han sido movilizados para mantener el orden y velar por la seguridad de la infanta, a quien el juez instructor del caso, José Castro, aguarda hacia las 10 de la mañana.

A las 06:45 horas, cuando aún no había amanecido, han llegado hasta los juzgados una decena de furgones de la Policía Nacional con efectivos, y poco antes han abierto la verja de la puerta trasera del edificio de los tribunales por la que se prevé que acceda la infanta Cristina.

Con la misión de ordenar el tráfico, al menos otros 30 agentes de la Policía Local se han situado en puntos de las proximidades del edificio de cuatro plantas que alberga los tribunales, ubicado en una de las principales arterias de Palma.

El dispositivo policial ha establecido un cordón de seguridad de unos 200 metros, también estrictos controles en toda la manzana de edificios y en las calles del perímetro, además de sellar cada una de las alcantarillas.

Un enjambre de periodistas aguarda la llegada de la hija del Rey en el patio posterior del edificio y en el exterior, donde ya ayer se registró durante gran parte del día un continuo trasiego de fotógrafos, operadores de cámara y curiosos.