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En libertad los 8 activistas detenidos por subirse al tejado del Congreso
MADRID- El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez acordó ayer dejar en libertad, tras tomarles declaración, a los ocho activistas de Greenpeace detenidos horas antes después de que tres de ellos se encaramaran al tejado del Congreso para intentar colgar una pancarta en contra de la nueva Ley de Costas. Todos ellos deberán comparecer una vez al mes en el juzgado más cercano a su domicilio. El magistrado remitirá además, un oficio al presidente del Congreso, Jesús Posada, para saber si el altercado alteró el normal funcionamiento de la Cámara, en cuyo caso podría imputarles un delito contra las instituciones del Estado.
La polémica está servida y el debate sobre quién asume la responsabilidad, también. La Cámara Baja admite que fue un «fallo de seguridad» pero ahora habrá que dilucidar si el error fue de los policías que habitualmente custodian el interior del recinto parlamentario o de los de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que depende de Interior, y vigila el perímetro que rodea el Congreso. Ya hay una investigación abierta.
Tres de los activistas consiguieron sortear la acción de la Policía y saltar la valla que actualmente rodea el perímetro del edificio por obras. Aprovecharon el andamiaje para llegar hasta el tejado. Uno de ellos llegó a descolgarse con una cuerda por la fachada de la entrada principal. Los ocho activistas fueron detenidos y puestos a disposición de la Audiencia Nacional, después de que la Policía les atribuyera la comisión de un delito contra las altas instituciones del Estado que, según el artículo 493 del Código Penal, puede llegar a ser castigado con hasta cinco años de cárcel.
«Esto no me gusta nada. Es un fallo de seguridad», reconoció Jesús Posada en declaraciones a los periodistas, al tiempo que señaló que la protesta de Greenpeace tenía «un carácter completamente distinto» a otro tipo de acciones, en referencia, aunque sin citarlos, a los escraches o convocatorias como «Rodea el Congreso». En similares términos se expresó el portavoz del PP, Alfonso Alonso, quien quiso dejar claro que el episodio protagonizado por Greenpeace había sido «una anécdota» y que, en todo caso, los miembros de las organizaciones ecologista son «pacíficos».
La protesta de Greenpeace se produce cuando el Congreso lleva casi un año rodeado de vallas de seguridad, y pese a que ayer mismo había hasta cuatro furgonetas policiales de la UIPcustodiando la fachada de la Cámara Baja.
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