Iglesia Católica

Envían a responsables de la Iglesia bombas en juguetes sexuales

Los autores pertenecen a grupos anarquistas que atacan a la banca

La Razón
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La Policía está investigando los ataques que en las últimas semanas han sufrido instalaciones de la Iglesia Católica y miembros de la misma a cargo de grupos anarquistas.

El perpetrado contra la Catedral de la Almudena, en Madrid, que se atribuye a elementos venidos del extranjero, podría haber causado numerosas víctimas ya que, al igual que los hechos explotar el lunes en la ciudad norteamericana de Boston, estaban cargados de explosivo, clavos y otros elementos con el fin de hacer el mayor daño posible a las personas que resultaran alcanzadas por la onda expansiva.

Identificación

Entre las pesquisas en marcha, figura el de la identificación de dos grupos, que, en realidad, son uno solo, que se hacen llamar «Club de artesanos del café para sus nuevos usos» y «Grupo anticlerical para el fomento del uso del juguete sexual», que añaden a sus siglas las de la FAI (Federación Anarquista Ibérica)/ FRI. El primero, según la reivindicación que han publicado en una página de internet, hizo estallar una cafetera-bomba en una sucursal bancaria, cuyo montaje es muy similar al de las ollas que explotaron en Boston, aunque el sistema de activación en este caso es mediante varias mechas y cerillas. Los datos no se publican por lógicas razones de seguridad.

El segundo, remitió sendos paquetes explosivos, alojados dentro de juguetes sexuales. Al obispo de Pamplona, que no llegó a hacer explosión, y al director de un colegio de los Legionarios de Cristo en Madrid. Este segundo artefacto estalló y causó heridas a una funcionaria de correos.

En su reivindicación, los anarquistas aseguran que «la próxima vez no fallaremos, nos estamos acercando».

En medios antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, se ha llamado la atención sobre la creciente peligrosidad de estos nuevos grupos criminales, especialmente activos en Grecia e Italia pero que tienen como finalidad, desde hace años, la creación de una especie de «internacional negra» para extender las amenazas a toda Europa.

Manipulación

Se nutren, habitualmente, de los movimientos antisistema y antisociales en los que, debido a la grave crisis económica por la que atraviesan los países de occidente, encuentran el caldo de cultivo ideal en los jóvenes en paro, que han abandonado los estudios. Son muy fáciles de manipular para que se enfrenten a los otros sectores de la sociedad, a los que culpan de lo que les ocurre.

En el caso de la Iglesia, la manipulación es también muy sencilla, ya que la representan como un elemento más del poder, cuando precisamente la crisis ha demostrado que es esta Institución, a través de Cáritas y otras entidades de ella dependientes, de las que más están haciendo, sino la que más, en favor de los necesitados.

Los integrantes de estos grupos, que guardan grandes medidas de seguridad y que viven obsesionados por la posible presencia de «infiltrados» y las vigilancias policiales, son extremadamente violentos y aprovechan cualquier tipo de manifestación de protesta masiva para mezclarse entre los asistentes a la concentración. Su objetivo es tratar de que aumente el nivel de violencia y tensión, con la utilización de métodos de guerrilla urbana contra las Fuerzas de Seguridad. Para ello, no dudan en utilizar todo tipo de objetos y artefactos incendiarios. Suelen ir encapuchados para no ser identificados.