El «aquelarre» etarra

ETA estudia un comunicado para «marcar» a la izquierda abertzale

Expertos antiterroristas señalan que la brecha entre los pistoleros y su brazo político crece día a día. Los «otegis» creen que la banda dilata el «proceso»

La Razón
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Expertos antiterroristas señalan que la brecha entre los pistoleros y su brazo político crece día a día. Los «otegis» creen que la banda dilata el «proceso»

Lo ocurrido durante la última semana con los presos de ETA, primero con su comunicado del 28 de diciembre y, el sábado, con el acto celebrado en Durango, pone de manifiesto el «profundo desencuentro» que existe en la actualidad entre ETA y su brazo político legalizado (Bildu, Amaiur y Sortu), según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN. Por mucho que el asunto se haya tratado de vender, principalmente desde la antigua Batasuna, como una prueba de la unidad que reina en el mundo de la banda y su entramado, la realidad es bien distinta, hasta el punto de que unos no participan en las rueda de prensa de los otros, y viceversa. En la convocatoria de Sortu llamó la atención que pusieran un cartel delante de cada orador, para que se supiera a qué organización pertenecían, incluidos el sindicato LAB y las juventudes Ernai (se supone que para que alguien no se equivocara y dijera que representaban a los presos).

«No pueden estar juntos, y no sólo por razones tácticas para evitar su ilegalización. La brecha, lejos de cerrarse, se agranda cada día», según las citadas fuentes.

En esta situación, no puede descartarse que ETA opte por hacer público un comunicado, tal y como adelantó LA RAZÓN a raíz del conflicto interno, pero, al cierre de esta edición, los mencionados expertos aseguraron desconocer si la banda iba a hacer pública alguna nueva proclama, aunque, tratándose de terroristas, no se puede descartar ninguna hipótesis.

Si se repasan las imágenes de las ruedas de prensa que, por separado, celebraron los dos sectores enfrentados, se observa que los comparecientes no parecían, precisamente, contentos y, bien por una impostura, para que los siguen la cárcel no se enfaden más de lo que están, o porque, realmente, no andaban para bromas, los rostros eran de una gran seriedad.

Si se analiza el editorial publicado ayer por «Gara», del portavoz de la izquierda abertzale, se observa un intento de acercamiento a los presos, a los que se llega a calificar «víctimas, sí víctimas, de una de las violaciones de Derechos Humanos más grave que puede cometer un Estado, la privación ilegal de libertad». El periódico se abstiene de decir que estaban todos los que son (los excarcelados por la «doctrina Parot») y se refería a un relevante grupo de ex miembros del Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas (EPPK).

Llama la atención que el rotativo señale que «lo primero que hay que valorar del comunicado leído por Itziar Martínez y Antxon López "Kubati"es su deseo explícito y cumplido de no herir sensibilidades, más allá de aquellas que se rigen por el odio, por mucho que en algunos casos pueda ser humanamente comprensible, o desde postulados punitivos ajenos a un Estado de Derecho democrático». Pero, al final, al editorialista le sale lo que tiene dentro, y el problema que para la izquierda abertzale suponen los reclusos. Según «Gara», «realmente los ex presos no dijeron nada nuevo, por así decirlo (...) el valor añadido es que lo digan ellos y ellas, evidentemente, por su autoridad».

De que el problema interno es importante da fe el siguiente párrafo: «Para la izquierda abertzale esto ha supuesto un proceso más complejo, en el que diferentes cuestiones se han dilatado o enredado». Si ellos lo reconocen, no hay nada más que comentar.

Es cierto, según las fuentes consultadas, que la izquierda abertzale, como es habitual, ha culpado al Gobierno de la situación de los presos (porque lo que ha quedado claro es que sólo aceptarían una legislación penitenciaria modificada de acuerdo con sus pretensiones), pero la citada frase sobre dilaciones y enredos no deja de ser un intento de mandar el balón al tejado de ETA. En otros tiempos, la banda contestaría en cuestión de días con un comunicado a las afirmaciones de «Gara», por mucha «pelotería» que lancen hacia los presos, pero en la actualidad sopesarán la conveniencia de sacar a la luz pública las vergüenzas internas. Hace algunos meses, ETA no dudó y le propinó una bronca pública a la izquierda abertzale por su inoperancia y falta de capacidad de movilización, pero las cosas han cambiado y, ahora que se han hecho con el poder dentro de todo el entramado, los jefes de la organización criminal saben que pueden tener mucho que perder y poco que ganar. Otra cosa es que publique un comunicado de «carril» en el que explique que la «victoria» que la izquierda abertzale se quiere apuntar tiene otro dueño.