Política

Elecciones generales

Fichajes estrella para el 28-A: ¿rédito electoral o estrategia política?

Refuerzan los mensajes de los partidos, pero no tienen efecto directo en las urnas

El candidato socialista a la alcaldía madrileña, Pepu Hernández, junto a Pedro Sánchez en su acto de presentación / Foto: Alberto R. Roldán
El candidato socialista a la alcaldía madrileña, Pepu Hernández, junto a Pedro Sánchez en su acto de presentación / Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Refuerzan los mensajes de los partidos, pero no tienen efecto directo en las urnas.

Los partidos continúan haciendo movimientos en sus listas al Congreso y al Senado para el 28-A. Persiguiendo la renovación y la simpatía de los votantes para traducirla en escaños, la mayoría han incorporado una práctica habitual en política: la de los fichajes estrella, con la que dan visibilidad de apertura pública a los entresijos orgánicos de sus estructuras. Tratan de reenganchar a ese espectro de la sociedad desilusionado, según advierten expertos sociólogos y dan frescura a sus proyectos para romper con la imagen del político que lleva toda la vida en el sillón».

Empresarios, magistrados, periodistas, ex militares, deportistas... la lista suma una cantidad de celebridades ahora también políticas ¿A qué se debe el fenómeno? «Se busca conectar con la ciudadanía, son fichajes con un relato personal o profesional que lanzan un mensaje concretos y son mediáticos», reflexiona Eduardo González Vega, profesor de la UCJC y consultor en su Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político. Para esa aproximación a la vida cotidiana de las personas, estos perfiles «ilusionantes» pueden ser una ventaja que ayude a reflotar a los partidos más desgastados puesto que «son personas que no han entrado en la lógica de los partidos, con menos deudas», explica el profesor en Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, Lluis Orriols.

Pero a día de hoy no es tangible el rédito electoral que estas «caras nuevas» pueden arrojar a los partidos. Existen múltiples ejemplos que reflejan que no siempre llevar a una celebridad a una candidatura es garantía de éxito, como el del juez Baltasar Garzón, el abogado de Estado, Manuel Pizarro, el deportista Abel Antón o el ex JEMAD, Julio Rodríguez, que no recogieron el efecto deseado. «No hay evidencia clara e inequívoca de que fichar a celebridades te ayude sustancialmente a ganar votos» asegura Orriols. ¿Entonces por qué los partidos se arriesgan con nombres sonoros? Los partidos analizan estratégicamente los fichajes según las necesidades de la gente e intentan «proponer soluciones que se comunican a través de mensajes», es decir que los fichajes estrella, con reputación y de reconocida trayectoria «pueden aportar valor técnico en un ámbito concreto», explica González Vega, que subraya que con estas personalidades «se busca reforzar el mensaje con un relato ya contrastado». Esto sucedería con el caso del deportista y candidato socialista a la alcaldía madrileña, Pepu Hernández «con quien el PSOE quiere comunicar liderazgo y trabajo en equipo». Existe el riesgo de que la falta de contacto con la esfera política pueda lastrar su carrera. Hay casos como el de la deportista Ruth Beitia o el del empresario Josep Bou, que cometieron faltas comunicativas en sus primeros días que tuvieron que aclarar.

Es importante «estar «rodeados de equipos preparados», advierten. Esta cuestión, se une al hecho de que estos fichajes puedan ser calificados de banales, pero los expertos lo rebaten. «Aportan reputación a la marca del partido», dice Orriolls que ejemplifica con el caso del abogado del Estado Edmundo Bal, que opta por Cs y con el que el partido «quiere dotarse de una imagen de fuerza tecnocrática, o el caso de Vox y los militares: «Quieren dar imagen de partido de orden comprometido con la ley y la unidad de España», zanja.