Valencia
Génova aceptará un debate si hay acuerdo entre los dos candidatos
Feijóo apoyará a quien tenga más respaldo de los compromisarios gallegos.
Feijóo apoyará a quien tenga más respaldo de los compromisarios gallegos.
La Comisión Organizadora del Congreso (COC) del PP del 20 y 21 de julio autorizará la celebración de un debate entre los dos candidatos a la sucesión de Mariano Rajoy que pasaron la primera vuelta de los afiliados si hay acuerdo entre ellos. Aunque no sea partidaria, no le quedará más remedio, y la presión que está ejerciendo el ex portavoz del PP, Pablo Casado, ha estrechado al máximo el margen para que no se produzca esa confrontación dialéctica con la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que se impuso en la votación de las bases, pero por una estrecha diferencia de 1.500 votos. Casado quiere el debate, y así se lo ha trasladado formalmente a la COC, y Sáenz de Santamaría respondió con unas declaraciones que se interpretaron como un «sí», aunque fuentes de su candidatura precisaron después que «debate sí, pero antes hay que hablar de lista de integración». Es decir, que quiere previamente hablar con Casado y, en concreto, de su planteamiento de que haya una candidatura única al Congreso que respete a la lista más votada por los afiliados, que fue la suya.
Esta postura de la ex vicepresidenta está más próxima al criterio de Génova, contraria en principio a que hubiera este cuerpo a cuerpo con el argumento de que la confrontación entre dos miembros del partido «es una locura» que puede agrietar aún más al PP.
El COC se reúne esta mañana y fuentes de Génova apuntaban ayer que «si los dos candidatos aceptan el debate, se hará». El COC rechazó el debate a seis porque alegó que con tantos precandidatos la discusión iba a convertirse en una jaula de grillos y «en sólo ruido de enfrentamiento». Pero ahora que ya sólo quedan dos, además de que Casado lo pida, también hay dirigentes territoriales de mucho peso que se manifiestan a favor de que se celebre esta confrontación de proyectos y liderazgos «en libertad y con transparencia». En Génova, sin embargo, siguen considerando que «es un error». El COC tendría que fijar la fecha, las normas y el marco en el que se celebra el debate. El Congreso está previsto para el 20 y 21 de julio, pero los próximos nueve o diez días serán decisivos en cómo se resuelve el cónclave porque servirán para que se clarifiquen cómo reparten sus apoyos los compromisarios con derecho a voto. Hoy deben conocerse los resultados finales de la votación de las bases, y a partir de esa radiografía los dos candidatos elegidos empezarán a medir sobre hechos concretos sus fuerzas, y a dirigirse, además, a quienes tendrán en su mano el pulso por la sucesión de Rajoy.
En ese sentido, aunque en las últimas horas se han difundido confusas reinterpretaciones de la posición del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, la realidad es que el «barón» gallego está, y se mantendrá en esa decisión, a favor de que se respeten las reglas fijadas por los Estatutos. Aunque pueda abrirse un debate sobre si están bien o mal establecidas, sin embargo cree que los procedimientos internos deben cumplirse en cualquier caso.
El jueves pasado hubo dos urnas, y los militantes eligieron sobre dos cuestiones, su candidato preferido, y los compromisarios que les representarán en el Congreso, y Feijóo mantiene que no respetar las reglas es tanto como anular el Congreso y convertir a quienes están allí en actores de una función sin sentido. Quien estaba señalado como el «sucesor natural» de Rajoy puede ser decisivo en cómo se resuelve la batalla por el liderazgo del partido, y de ahí el interés de las dos candidaturas por conseguir que se pronuncie de su parte.
En el proceso de la primera vuelta optó por mantenerse neutral, y su inesperada decisión de dar un paso al lado hizo que en Galicia se rebajase el interés por participar en la votación de las bases. Allí se impuso María Dolores de Cospedal, con 1.559 votos, seguida de Casado, con 1.161. De momento, Feijóo se ha colocado del lado de quienes entienden que deben respetarse los Estatutos y la doble vuelta en el Congreso, sin perjuicio de que una vez medidos los apoyos de los compromisarios, antes, durante o después del Congreso se forje una lista de unidad que atienda al reparto final de fuerzas entre quienes tienen la palabra en la segunda vuelta. Asimismo, aunque hasta ahora se haya mantenido neutral, es previsible que una vez que haya tanteado la posición de los compromisarios gallegos, pueda colocarse del lado mayoritario. A su juicio, hay que respetar absolutamente la opinión de los más de 3.000 compromisarios que participarán en la asamblea nacional.
Hay seis comunidades que concentran la mayoría de los compromisarios, alrededor del 68 por ciento. Andalucía, Valencia, Galicia, Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha. Sáenz de Santamaría se impuso por 1.546 votos sobre Casado, y ganó en Andalucía, Valencia, el País Vasco, La Rioja, Melilla, Cantabria, Canarias y Castilla y León. Mientras que Casado lo hizo en Madrid, Aragón, Cataluña, Extremadura, Baleares, Murcia y Navarra.
La votación de las bases ha hecho que internamente se imponga la sensación de que hay «partido» y de que «las cosas están en el aire» después de que Casado consiguiera un resultado inesperado. Otra cosa es que haya un importante sector del «aparato» orgánico que entienda que pese a lo ajustado de la votación, por el bien del partido hace falta una lista de integración previa al Congreso que evite que los compromisarios tengan que dividirse entre dos candidaturas.
Una de las principales incógnitas es cómo se van a comportar los compromisarios de aquellos feudos en los que se impuso la ex secretaria general María Dolores de Cospedal. Su derrota lleva a pensar que su futuro puede pasar por la decisión de abandonar la política una vez se celebre el Congreso. Y en el aire también queda el futuro de aquellos «pesos pesados» de la etapa de Rajoy que se señalaron por ponerse de su lado como el ex ministro Rafael Catalá, y las ex ministras Dolors Monserrat e Isabel Tejerina.
Pero hasta que tenga lugar el Congreso, en el Partido Popular están muy pendientes de qué puede pasar en aquellos territorios en los que la ex secretaria general se impuso, aunque no haya voto en bloque de los compromisarios. Se alzó con la victoria en Castilla-La Mancha, Asturias y Ceuta, y quedó en segundo puesto en Madrid, Andalucía, Extremadura y Cataluña. En total, consiguió el 25,5 por ciento de los apoyos de todos los afiliados.
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