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Génova espera «algún paso» de Cospedal que les quite presión

Demandan todas las explicaciones o que valore no perjudicar a un equipo que «rompió con la corrupción».

María Dolores de Cospedal mantuvo ayer silencio ante las últimas filtraciones
María Dolores de Cospedal mantuvo ayer silencio ante las últimas filtracioneslarazon

Demandan todas las explicaciones o que valore no perjudicar a un equipo que «rompió con la corrupción».

- Génova está a la espera de que la ex secretaria general María Dolores de Cospedal «dé algún paso» que alivie la presión sobre la nueva dirección por la filtración de la grabación de sus conversaciones con el ex comisario José Villarejo, en prisión preventiva desde noviembre por la Operación Tándem. Pablo Casado había sido advertido de que había cintas que podían colocar ante un espejo la reacción de su partido contra la relación de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con Villarejo. Y «a día de hoy» Génova alega que no conoce «ningún delito», pero que espera recibir todas las explicaciones necesarias para saber qué terreno pisa sin tener que estar pendiente de lo que pueda salir en los próximos días, o bien que sea Cospedal la que valore qué debe hacer para no perjudicar a un equipo que «se ha distinguido siempre por su posición firme frente a los casos de corrupción» que han afectado al partido.

Dentro del PP la impresión extendida entre los cargos territoriales, que son quienes primero se la juegan electoralmente, es que la situación es insostenible si se alarga en el tiempo. Génova tiene que medir más el discurso, y explícitamente no piden de manera oficial a Cospedal que renuncie a su escaño y se aparte del todo de la política, pero sí dejan la puerta abierta a todos los escenarios. Depende de lo que pueda seguir conociéndose, de si hay indicios de posibles delitos o de que haya actuado para taparlos. La situación es muy difícil de manejar para el PP de Casado, es un problema, pero está en manos de Cospedal. Hoy el «número uno» hará una alusión pública a la crisis.

Por un lado, el partido necesita liberarse por completo de la sombra de la corrupción del pasado, de Gürtel, Bárcenas y de todo lo que huela a los casos que tanto daño han hecho a las siglas del partido. Pero Cospedal ofreció un apoyo decisivo a Casado en la batalla final por el liderazgo nacional. Su control de la organización, por haber estado en la Secretaría General desde 2008, fue el que inclinó la partida del lado del actual «número uno» dentro de la alianza anti-Soraya (Sáenz de Santamaría) que condicionó el cónclave sucesorio de julio. Y hasta ahora Cospedal se ha cobrado ese apoyo con una importante cuota de poder en la nueva dirección. Además de que en el PP se daba por hecho que sería la candidata para las elecciones europeas. El choque no controlado con Cospedal puede afectar a la estabilidad del equipo de Casado, donde puestos tan relevantes como la portavocía en el Congreso, ocupada por Dolors Montserrat, se atribuyen a la cuota reclamada por Cospedal en el cónclave del PP de julio.

La dirección nacional se mueve entre el desconcierto y la necesidad urgente de recolocarse frente a un «golpe» que les sitúa en una posición muy incómoda porque es una amenaza para su principal fortaleza, la de marcar un antes y un después en relación a la corrupción que afectó a la generación de Mariano Rajoy.

El nuevo equipo ya se señaló en la etapa de Rajoy por desmarcarse de la línea oficial en la contundencia de su respuesta a los casos de corrupción y ésta es, de momento, la seña de identidad más poderosa de Pablo Casado y de su «núcleo duro» frente al pasado. En un contexto político, además, que es muy delicado ya que la nueva dirección tiene en construcción su mensaje y su estrategia con un partido en tensión por la presión electoral.

En el PP se malician incluso que la relación de Cospedal con Villarejo conecte con la pelea de la ex secretaria con la ex vicepresidenta. La primera, con Villarejo; la segunda, con el director del CNI, Félix Sanz Roldán. Las dos enfrentadas, tanto como Villarejo con Sanz Roldán. O que Cospedal pueda llegar a alegar en su defensa que actúo por encargo de Mariano Rajoy. La gestión de esta crisis puede afectar a la estabilidad y unidad interna.