Tomás Gómez

La herencia de Sánchez

Sánchez no quiere visibilidad de Cataluña para centrar el debate contra Feijóo y Vox

El presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, en el pleno de investidura en el Congreso de los Diputados.© Alberto R. Roldán / Diario La Razón.15 11 2023
Pedro Sánchez durante el debate de investiduraAlberto R. RoldánFotógrafos

A la vista del nuevo Gobierno, la legislatura va a venir marcada por la confrontación. La presencia de ministros muy agresivos, como Óscar Puente, y la consolidación de un minigabinete totalmente político, forma la guardia pretoriana frente a lo que se avecina. La batalla con el PP es necesaria tanto para Feijóo como para Sánchez. El gallego machacará sobre las debilidades del líder socialista, para que el desgaste sea aún mayor. Moncloa necesita, a su vez, la política de bloques para lograr la movilización del electorado de izquierdas, hoy muy descontento con los acuerdos con los independentistas.

La tensión subirá a máximos porque en la legislatura se avisan dos problemas añadidos: el pulso que echarán los separatistas a cada movimiento del Ejecutivo y la ruptura de Sumar con Podemos, en la que Sánchez ha tenido un papel principal.

La ausencia de peso del PSC en el Consejo de Ministros va en esa dirección. Sánchez no quiere visibilidad de Cataluña para centrar el debate contra Feijóo y Vox. Illa forma un tándem con Ferraz en el que sus objetivos son la Presidencia de la Generalitat y consolidar la Alcaldía de Barcelona. En esa ecuación, Iceta es demasiado estridente. Puigdemont se siente fuerte porque ha pasado de tener el botón verde de la investidura a apropiarse del botón rojo de la convocatoria de elecciones. No se fía de Sánchez, por lo que no va a esperar a cobrar lo que se le ha comprometido. Amortizada la amnistía, la consulta está en el centro de la diana.

El otro quebradero de cabeza viene de la mano de los cinco diputados de Podemos. Rotas las relaciones con Yolanda Díaz, la estrategia ha sido no abandonar el grupo parlamentario de Sumar para desgastarlo desde dentro, un caballo de Troya.

Conflicto territorial, enfrentamiento entre los dos bloques y unos socios que solo buscan botín después de debilitar al Estado, esa será la herencia de Sánchez.