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Iceta desafía a la gestora: «El PSC sólo depende de sus votantes»

Defiende la coexistencia de las formaciones pese a no respetar «el protocolo» del PSOE

El líder del PSC, Miquel Iceta, durante la primera jornada del congreso de los socialistas catalanes
El líder del PSC, Miquel Iceta, durante la primera jornada del congreso de los socialistas catalaneslarazon

Defiende la coexistencia de las formaciones pese a no respetar «el protocolo» del PSOE

El congreso del PSC dio ayer comienzo en una situación atípica. Al borde de la irrelevancia política en Cataluña, los socialistas catalanes están enfrentados con la gestora que controla el PSOE e intentan virar a la izquierda antes de que Podemos les coma más terreno electoral. En este contexto, el líder del PSC, Miquel Iceta, echó más leña al fuego para advertir al PSOE que «las gestoras son para tiempos breves». En el caso catalán, tras la dimisión de Pere Navarro, bastaron tres semanas. Por lo que les urgió a convocar el congreso lo antes posible. Nunca antes habían estado tan distantes las posturas de las dos formaciones socialistas ni tan cercanas a la ruptura. Por ello, aunque confió en que ambas formaciones sabrán «superar la discrepancia» porque el PSC «no quiere separarse ni un solo milímetro de sus hermanos».

En cualquier caso, tras la ruptura de voto del PSC en el Congreso, Iceta lamentó «no haber sido capaz de convencer» al PSOE de votar en contra y de entender la posición de los socialistas catalanes. «Confío en que sabremos superar esta discrepancia, porque queremos seguir construyendo con el PSOE un proyecto compartido», apuntó.

Tradicionalmente, los congresos del PSC servían para tender fuentes con el PSOE. No era extraño contar con la presencia de alguno de los dirigentes en Barcelona. Esta vez, sin embargo, la tradición se ha roto en un nuevo ejemplo de las tiranteces que existen entre las dos formaciones. Aun así, alguno de los barones territoriales ha decidido arropar al secretario general de los socialistas catalanes. Es el caso de la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y de su homólogo valenciano, Ximo Puig. El caso de Armengol, al fin y al cabo, no es tan extraño porque los diputados baleares también rompieron la disciplina de voto en la sesión de investidura de Mariano Rajoy. La propia Armengol echó un capote a Iceta al asegurar ayer que no imagina un PSOE sin la presencia del PSC.

Hace apenas cinco años, Pere Navarro era escogido secretario general del PSC e inuguraba, sin saberlo, la etapa más dura que el socialismo catalán ha conocido en democracia. El desgaste del tripartito y la aparición de Podemos relegaron al hasta entonces partido de gobierno en Cataluña a una discretísima posición en el Parlament. El proceso independentista tampoco se lo puso fácil y por el camino, ya con Miquel Iceta a los mandos, el PSC tuvo que deshacerse de todos los integrantes díscolos. Sin embargo, cuando las aguas parecían volver a su cauce, la investidura de Mariano Rajoy ha dejado tocadas, quizás de muerte, las relaciones con el PSOE. En este contexto, los socialistas catalanes se reunieron ayer en un nuevo congreso con multitud de interrogantes en el horizonte, sin el apoyo explícito de la gestora que lleva las riendas de PSOE y con el objetivo de virar a la izquierda para evitar la sangría de votos hacia Podemos.

Relegados a la irrelevancia en el ayuntamiento que controlaron durante casi 30 años, Barcelona, el PSC sobrevive con una influencia escasa en el Parlament y aún menor en el Congreso. De hecho, a nivel nacional mantienen un durísimo enfrentamiento con la gestora del PSOE que podría dejarlos fuera de la dirección del partido. Pese a que en las líneas maestras del congreso, que se prolongará hasta mañana, no incluyen la revisión del protocolo de relaciones entre el PSOE y el PSC, su vigencia, o no, estará en boca de todos mientras Ferraz mira por el rabillo del ojo lo que ocurre en Barcelona.

No obstante, el PSC sí que aprovechará el congreso para pedir al PSOE que profundice en una solución federal para España tal y como quedó plasmado en la declaración de Granada del partido. El PSC además quiere buscar una alianza con las izquierdas de Cataluña para desbancar de la Generalitat a la antigua CDC. En este sentido, la recuperación de la formación como un agente vecinal, social y asociativo se antoja imprescindible para la supervivencia del partido.