Ministerio del Interior

Interior refuerza la seguridad en las cabalgatas por la alerta yihadista

Al igual que durante las pasadas campanadas, las Fuerzas de Seguridad vigilarán con especial atención las celebraciones

Agentes de la Policía Municipal en labores de vigilancia en la campaña de Navidad
Agentes de la Policía Municipal en labores de vigilancia en la campaña de Navidadlarazon

La víspera de la festividad de los Reyes Magos, en la que España entera se convierte en una cabalgata que reúne a millones de personas, en su mayoría niños, será objeto de especial atención de las Fuerzas de Seguridad, que dentro del nivel 4 de alerta antiterrorista, se dedican a evitar ataques yihadistas. El último ejemplo de este tipo fue la celebración de las campanadas en la Puerta del Sol. Según han informado a LA RAZÓN expertos en la materia, las distintas situaciones de prevención que se han vivido en los últimos días en Europa han estado motivadas, entre otras razones, por el afán de Daesh, Estado Islámico, de cometer atentados durante las fiestas navideñas por su significación religiosa cristiana.

Para los islamistas radicales, la única religión es la musulmana, en versión más rigorista con la aplicación de la «Sharía», y las demás no deberían existir. Sus seguidores son infieles a los que se les concede una oportunidad para hacerse conversos del islam y, en algunos casos, pagar un alto impuesto a cambio de no ser pasados por las armas. En el caso de Estado Islámico, las grandes aglomeraciones de «cruzados» son un objetivo preferente, porque pueden asesinar a numerosas personas en uno o varios atentados simultáneos.

Las cabalgatas de Reyes reúnen, en la tarde del día 5 de enero, a millones de españoles, la mayoría de ellos niños, y, por lo tanto, pueden ser objetivo del fanatismo yihadista que ha demostrado, a lo largo de su corta pero siniestra historia, que es capaz de matar a

cualquiera, incluso menores de edad, como ocurrió recientemente con decenas de niños sirios.

Este dato, según las citadas fuentes, ha sido tenido en cuenta por los responsables de las Fuerzas de Seguridad que reforzarán las medidas de prevención en dichas fechas. No hay duda, agregan, que los terroristas lo han intentado durante estas Navidades en otros países europeos sin conseguirlo.

Una de las obsesiones de Daesh es el Vaticano, en la ciudad de Roma, y el Papa, como jefe de la religión católica. «Hay que luchar para que la bandera del Califato ondee encima del Vaticano. Pedimos a Alá que apoye a los muyaidines (soldados musulmanes)», anunciaba el Estado Islámico a finales del año pasado.

De hecho, Estados Unidos anunció en su día haber neutralizado una «amenaza» contra el Papa Francisco durante su visita a aquel país. Funcionarios de seguridad revelaron que estaban al tanto de la amenaza desactivada durante una reunión con los miembros del Servicio Secreto de Estados Unidos, una agencia encargada de proteger a los dirigentes estadounidenses y algunas personalidades que visitan el país. En febrero del año pasado, 21 egipcios de la minoría cristiana copta secuestrados entre diciembre y enero en la ciudad de Sirte, al oeste de Libia, fueron decapitados.

En un vídeo difundido por los terrorista, amenazaban «al pueblo de la cruz, los seguidores de la hostil Iglesia egipcia». Uno de los verdugos pronunciaba unas palabras en inglés, subtitulado en árabe, en las que decía: «Cruzados, vuestra seguridad es algo sólo al alcance de vuestros sueños, especialmente cuando lucháis juntos contra nosotros», agregaba poco antes de que los rehenes fueran arrojados a la arena de una playa, ya decapitados.

En definitiva, el odio a los cristianos por parte de los yihadistas es una de sus marcas de actuación, ya que la consideran como la religión principal competidora por el número de fieles y por haber propiciado la sociedad libre en la que vive Occidente.