Polémica

Izquierda Española reclama una rectificación ante la cesión de inmigración a "fuerzas supremacistas"

Recuerda los postulados de Junts con posiciones abiertamente "racistas"

Guillermo del Valle, líder del nuevo partido Izquierda Española
Guillermo del Valle, líder del nuevo partido Izquierda Española. David JarDavid JarFotógrafos

Tras la aprobación de los decretos que el Gobierno sacó adelante "in extremis" donde se llevaron a cabo negociaciones con Junts inesperadas, desde Izquierda Española, el partido formado por históricos miembros de izquierdas apuntan que las balanzas fiscales "son un pretexto ficticio para no redistribuir". Aseguran que los impuestos los pagan las personas y no los territorios. "Los nacionalistas catalanes consideran que no se debe redistribuir con los de "fuera" porque su proyecto es convertir en extranjeros a millones de personas, especialmente de las regiones más pobres y desfavorecidas de España. El confederalismo y los privilegios fiscales conducen a la degradación del Estado Social y a mayores niveles de desigualdad", denuncian.

Ante la cesión de inmigración que había reclamado Junts al Gobierno -siendo ERC quien gobierna en Cataluña- Izquierda Española recuerda que "importantes líderes del nacionalismo catalán han mantenido posiciones abiertamente racistas y xenófobas". Subrayan que "Junts ha mantenido una actitud complaciente con grupos ultras extremadamente racistas, como Aliança Catalana que gobierna en Ripoll, lo cual acentúa el peligro de la cesión competencial en materia de inmigración, no solo por el supremacismo inherente a todo nacionalismo, también por la cercanía a posiciones ultras".

Desde Izquierda Española exigen a los partidos de la coalición gubernamental que "defiendan la igualdad y la redistribución" y se acabe con el "delirante confederalismo fiscal que lleva a que las regiones ricas no redistribuyan, destrozando así el Estado Social".

Además, les reclaman una rectificación ante la cesión de la política migratoria "a fuerzas supremacistas", además de parar la irracionalidad que supone que una materia tan sensible en cuestiones de derechos humanos entre también en la dinámica de la centrifugación competencial.