La Constitución, garantía de libertad

Ayer miles de catalanes salimos a la calle para reivindicar nuestra Constitución, la garantía de la libertad y de los derechos de todos los españoles. Una jornada histórica que demostró que Cataluña no es monolítica, a pesar de lo que algunos pretenden hacer creer, y que somos muchos los catalanes los que creemos que Cataluña ha sido, es y será una parte fundamental en la construcción de un futuro español de convivencia y prosperidad.

Como también somos muchos los que nos negamos a que nos hagan elegir entre Cataluña y España, porque lo queremos todo: queremos seguir siendo catalanes, españoles y europeos y nadie nos puede obligar a renunciar a ninguno de estos sentimientos.

La amenaza separatista de formaciones políticas como CiU y ERC, ayudada por la ambigüedad acomplejada de los socialistas catalanes, hará que el 2014 sea un año difícil para aquellos que nos sentimos catalanes y españoles.

Pero la nuestra es una democracia sólida y nuestra Constitución es el mejor instrumento para frenar, con toda la fuerza de la legalidad, a aquellos que pretenden dividir a la sociedad catalana, establecer fronteras y aislarnos del mundo.

Los problemas nunca se han solucionado levantando muros, provocando el caos ni dividiendo la democracia; los problemas se solucionan hablando con lealtad y cumpliendo la ley que a todos nos protege. Un país sólo avanza cambiando aquello que no funciona, pero manteniendo aquello que nos une y que es positivo y, en este sentido, nuestra Constitución tiene más futuro que pasado.

Los españoles, entre ellos los catalanes, hicimos una transición ejemplar juntos y entramos en la Unión Europea juntos. Y todo lo que tengamos que decidir lo decidiremos juntos, porque no somos sólo diecisiete comunidades autónomas, sino un gran país con un gran proyecto de futuro.