Restringido

La Junta apoya un curso para reavivar la expropiación de la Mezquita

El principal ponente, el iraní Ramin Jahanbegloo, declara que la Catedral «no debe ser de uso exclusivo cristiano»

La Mezquita-Catedral de Córdoba es visitada por millones de turistas anualmente, muchos de ellos musulmanes
La Mezquita-Catedral de Córdoba es visitada por millones de turistas anualmente, muchos de ellos musulmaneslarazon

El principal ponente, el iraní Ramin Jahanbegloo, declara que la Catedral «no debe ser de uso exclusivo cristiano»

La Plataforma Mezquita-Catedral ha vuelto ha recibir un balón de oxígeno de la Junta de Andalucía para avivar el debate en torno a la titularidad pública de la Catedral de Córdoba como paso previo a instaurar el culto compartido en un templo en el que viene celebrándose el culto católico desde hace casi ocho siglos. Se trata de un curso organizado por la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba. Este ciclo de conferencias, bajo el título «La convivencia y el paradigma de Córdoba» ha suscitado que, en medios de comunicación locales, vuelvan a oírse las voces de los que, con una retórica más o menos buenista, quieren arrebatar a la Iglesia este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.

«El patrimonio cultural no sólo es del creyente sino de toda la humanidad». Estas significativas palabras fueron prununciadas por el ponente estrella del curso de la Universidad de Córdoba, el profesor iraní Ramin Jahanbegloo, en otro de los cursos organizados por esta universidad, esta vez bajo el título «No violencia y resistencia civil». Jahanbegloo responde al perfil clásico de intelectual de izquierdas y laicista formado en la Sorbona y la Universidad de Harvard. Es un reconocido admirador de Mandela y Gandhi y sus posturas favorables a la resistencia civil le valieron la iras del régimen de Ahmadineyad, que le encarceló durante 4 meses. Este profesor iraní es un gran divulgador del «Paradigma de Córdoba» con el que se pintan con colores brillantes la coexistencia pacífica de las tres principales religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) en la córdoba Omeya, una teoría puesta en duda por buena parte de la historiografía moderna (sobre todo en lo que respecta a los cristianos sometidos de la Al Andalus desde el siglo IX hasta la reconquista de la ciudad). Como no podía ser de otra manera, Jahanbegloo se ha declarado decidido partidario del culto compartido para la Mezquita-Catedral: «El título de la Unesco hace que la Mezquita no deba ser de uso exclusivo para ninguna religión, ya que no es herencia de ninguna sino que pertenece a toda la humanidad», dijo recientemente. Otros participantes en el curso que se clausurará hoy en la Universidad de Córdoba son Manuel Torres Aguilar (perdedor en las últimas elecciones al rectorado de la universidad), Juan José Tamayo (teólogo cercano a la Teología de la Liberación y uno de los principales críticos que tiene la Iglesia en España) y Amelia Sanchís.

Este curso de la Universidad de Córdoba no ha podido llegar en mejor momento para los partidarios de la expropiación, que han sufrido en las últimas semanas dos serios reveses para su causa. En primer lugar, la firme postura del Gobierno en defensa de la constitucionalidad de la inmatriculación que del monumento hizo la Iglesia católica en 2006. El propio ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, participó en un acto conmemorativo del 775 aniversario de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba en Madrid y argumentó en este sentido dejando claro que no hay ninguna base jurídica para dudar de la titularidad eclasiástica. El segundo «revolcón» sufrido por la Plataforma Mezquita-Catedral fue quizá más doloroso por lo imprevisto. Uno de los argumentos principales de los partidarios de la titularidad pública del monumento era que peligraba su estatus de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. En este sentido hubo incluso declaraciones de Federico Mayor Zaragoza, ex director de esta insitución de Naciones Unidas. Pues bien, la Unesco, en su reunión celebrada en Doha (Qatar) en junio pasado, lejos de revocar el estatus de la Mezquita-Catedral, elevó el monumento a Patrimonio de la Humanidad de Valor Universal Excepcional.