Algeciras

La Junta ignora desde hace una década las peticiones de protección de la cantera

La Junta ignora desde hace una década las peticiones de protección de la cantera
La Junta ignora desde hace una década las peticiones de protección de la canteralarazon

La cantera de áridos ubicada en el Karst de la Utrera, en Casares y cerca de Manilva (Málaga), ha sido explotada durante años «sin informe de impacto ambiental ni plan de restauración alguno», denuncian a LA RAZÓN fuentes de Ecologistas en Acción. Se trata de un espacio que ha saltado a la actualidad informativa tras la denuncia del espeleólogo Jorge Luis Romo a este periódico de que se vendió material procedente de ese punto, «de gran valor arqueológico y paisajístico», para que Gibraltar «robe espacio a nuestras aguas» con sus rellenos.

Ahora, fuentes de la organización «verde» apuntan que, en concreto desde 1967, la explotación acumula un extenso rosario de protestas vecinales, ecologistas, de agricultores e incluso de partidos políticos y desvelan que, primero el Ayuntamiento de Manilva en los 80 y después el de Casares, con el Grupo Independiente Liberal (GIL) al frente, «concedió los permisos» para vaciar el Karst sin esos requisitos.

De hecho, en el informe «Sierra de la Utrera. Memoria técnica sobre su ecología, evaluación de su valor y propuestas para su protección, conservación, uso y gestión», rubricado por el biólogo Felipe Román Requena, al que ha tenido acceso este diario, se asevera que «existe en el sector Sur de este espacio una actividad minera extractiva, carente del trámite de evaluación de impacto ambiental, lo que la deja al margen de la legislación».

Si bien, otras fuentes matizan que «no fue hasta la década de los 90 cuando se comenzó a poner freno por ley al hecho de que la actividad minera se lleve a cabo de espaldas a los impactos ambientales, por lo que no sería ilegal que entonces no se le exigieran determinados informes».

En cualquier caso, como sostiene Román Requena, parece «obvio» que «la explotación de la cantera, su expansión y eliminación de ecosistemas, es incompatible con la conservación de la sierra de la Utrera, por lo que las administraciones públicas deberán optar por una u otra realidad». Y matiza: «Tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Casares han expresado su voluntad de conservar la sierra de la Utrera, pero esto no será posible si la cantera sigue su actividad».

Ésta ha continuado, para atender entre otras peticiones, según Romo, las de un cliente: el Peñón. Y la elección del Gobierno andaluz parece clara. Ecologistas en Acción presentó en 2000 ante la Consejería de Medio Ambiente una propuesta de inclusión del enclave, con 14 yacimientos arqueológicos y 52 cavidades, como Lugar de Interés Comunitario dentro de la Red Natura 2000. Propuesta que no llegó a ningún sitio. Con posterioridad, en 2005, la organización conservacionista planteó al Ejecutivo autonómico la inclusión del Karts en el catálogo regional de parajes naturales, según recuerda a LA RAZÓN Rafael Yus. ¿El resultado? De nuevo, el silencio. Con todo, este año ha partido de la propia Consejería la posibilidad de calificar la sierra de la Utrera como paisaje protegido. En relación a ese paso, Yus lo tiene claro: «Una cuestión así se aprueba por decreto, así es que la nueva presidenta puede hacerlo rápido si quiere», lanza en alusión a Susana Díaz, que sustituirá a José Antonio Griñán al frente del Gobierno andaluz en un par de semanas. El miembro de Ecologistas en Acción pide a la Junta que dé un paso al frente «y proteja la sierra de una vez». Es más, como nada escapa a la memoria, avisa de que «sólo se está explotando una parte de aquélla, pese a que tenían la concesión para avanzar hacia el norte». «Ésta ha caducado –añade– y si quisieran hacerlo, ahora sí tendrían que presentar el informe de impacto ambiental», desliza. Este periódico se puso ayer en contacto con distintos departamentos del Gobierno andaluz para preguntar si la empresa que explota la cantera tenía las autorizaciones de Minas y si contaba o no con el mencionado estudio de impacto ambiental pero, al cierre de esta edición, nadie había proporcionado ningún dato. Quien sí volvió a mostrar su «indignación» por «el destrozo» en el Karst para que la Roca «nos robe espacio» fue Romo.