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La madre de Desireé: «Le ha salido muy barato matar a tres niñas»

La inevitabe decisión de la Audiencia de Valencia de excarcelar a Miguel Ricart, en virtud de la sentencia europea de un tribunal que lleva por apellidos «de los Derechos Humanos», no hizo sino arrojar sal en las heridas nunca cerradas que el brutal crimen de Alcàsser dejó en las familias de las tres niñas. La decisión de la excarcelación era esperada, y de hecho los representantes legales de las familias, junto a la Abogacía del Estado y la Asociación Clara Campoamor habían presentado alegaciones a la salida del reo. En cualquier caso, como expresó Rosa Folch, madre de Desireé, nunca pensó que fuera a salir de verdad de prisión.

«Es una vergüenza que salga», afirmó abatida Rosa Folch. «Tenía que estar hasta el año 2023 y ahora, todos a la calle, como si no hubieran hecho nada». La madre de Desireé señaló a LA RAZÓN que «yo hubiera querido que hubiera estado allí toda la vida, porque le ha salido muy barato matar a las tres niñas».

Rosa hizo hincapié en que «tenía confianza en que esto finalmente no ocurriría, pero al final van a salir todos». La madre se mofó del nombre de Tribunal: «De los Derechos Humanos, esos son los derechos humanos de los que no tienen hijos», y aseguró que el magistrado español que integra dicho órgano, concretamente Luis López Guerra, «seguro que no tiene hijos».

A Rosa, que ayer recibió el cariño de muchos vecinos y amigos de la localidad de Alcàsser, le pareció todo «una gran vergüenza».

Horas más tarde, su abogado, Juan Segura, reconocía a este periódico, que «es posible que no haya mucho camino para evitar lo inevitable», refiriéndose a la posibilidad de recurrir. «Rosa está muy mal. La liquidación de la condena de Ricart es abundantísima. Él ya pidió la liquidación de la condena en el año 2010 y en mayo o junio de 2011 estuvo a punto de salir, y ahora esto».

El asombro de Rosa es trasladable al resto de padres. «Hablé ayer y anteayer con las familias para informarles de la posibilidad de que saliera. Estaban alucinados», afirmó a este periódico Blanca Estrella, de la Asociación Clara Campoamor.

«Les dije –prosigue– lo que primero que tuve que decirme a mí misma. Ricart ya estuvo a punto de salir de la cárcel en 2003 y gracias a la asociación y al trabajo humano realizado hemos logrado que estuviera 10 años más en prisión. La decisión de liberarlo es responsabilidad de la Fiscalía y que en su conciencia quede, y si algo pasa, será su culpa, porque el abogado del Estado coincide con la asociación y también lo hace el ministro de Justicia».

Por su parte, el psicólogo municipal de Alcàsser, que ya ejecía este cargo cuando ocurrió el triste suceso, dijo que la salida de Ricart de prisión «es un golpe para los padres que reabre una herida que nunca cicatrizó».

En términos similares se expresaba el padre de Toñi, Fernando Gómez, que consideró esta decisión como «detestable». Explicó que «estoy toda la tarde recibiendo llamadas y ando un poco mareaducho», pero sí alcanzó a expresar que «confiábamos en que no iba a salir y al final ha salido». Durante la conversación con LA RAZÓN sonaba de fondo el teléfono móvil de Fernando, que no dejaba de recibir llamadas, así como el sonido de una radio con un programa musical, que no informativo. Fernando recibió por boca de LA RAZÓN la noticia de que Miguel Ricart ya estaba libre: "¿en serio?, me había llamado la abogada y me había dicho que no había salido todavía".

Tras la noticia, un silencio, y la confusión de un hombre azotado por la tragedia. "Que no venga por aquí, no creo que venga por aquí".

Fernando Gómez confirmó que la Guardia Civil de Picassent ya había ido a su casa y le había comunicado que el asesino de su hija iba a salir. "Han estado esta mañana y me han comentado que iban a soltarle, pero no me han hablado de ninguna medida de seguridad ni de protección. Ellos no creen que vaya a venir a Alcàsser".

Por su parte, el psicólogo municipal de Alcàsser, que ya ejecía este cargo cuando ocurrió el triste suceso, dijo que la salida de Ricart de prisión "es un golpe para los padres que reabre una herida que nunca cerró". José Gil dijo que este hecho "ahondaba en el dolor".

Buen conocedor de los padres de las tres niñas, Gil explicó que "lo que los padres quisieran es que Ricart se pudriera en la cárcel por lo que su salida ha sido algo muy doloroso que los sume en la impotencia". Explicó que "los nietos han sido muy importantes"para reflotar la vida de los padres de las niñas "pero las heridas nunca se cerraron porque el protagonista del crimen nunca apareció, se cree que está muerto, pero su cuerpo no apareció; y por el papel de los medios de comunicación que dieron detalles escabrosos, hicieron juicios paralelos y alimentaron teoría absurdas, y ahora para rematarlo todo, pasa esto".

El psicólogo municipal también explicó que el dolor era muy intenso en las familias, pero que Alcàsser "no es un pueblo estigmatizado. El crimen no ha marcado la conducta de la gente. A los seis meses, los chicos ya estaba haciendo autostop para ir a las discotescas". Explicó que "en aquel momento sí que hubo niños con más fobias y personas victimizadas que revivieron sus dramas. También hubo que ayudar a las compañeras de clase a que superaran el curso, pero al año ya no quedaba nada, tan solo los medios de comunicación que lo seguían recordando en cada aniversario".

Y concluyó explicando que la decisión es muy triste, "pero esta noche la gente saldrá a cenar a los bares de la localidad y la vida seguirá normalmente".