Caso Gürtel
La trama Gürtel pagó a Bárcenas un viaje a África a todo lujo en 1998
La agencia de viajes de la trama Gürtel organizó un viaje de lujo al extesorero del PP Luis Bárcenas y su mujer a África en 1998 que incluyó seis vuelos internos en ocho días, algunos privados, así como un safari, estancias en hoteles de lujo y excursiones en barco privado y en helicóptero.
Este recorrido, investigado en el sumario de Gürtel y cuyos documentos ha facilitado hoy el juez de la Audiencia Pablo Ruz a las partes, se desarrolló del 2 al 10 de julio y lo organizó Pasadena, la agencia de viajes de la trama que lideraba Francisco Correa.
El viaje comenzó con un vuelo de Madrid a Johannesburgo (Sudáfrica), desde donde el matrimonio voló a las Cataratas Victoria (Zimbabue), según los documentos internos de la agencia.
En Zimbabue, Bárcenas y su mujer, Rosalía Iglesias, se alojaron en la "royal suite"de un hotel y realizaron una excursión en crucero privado por el río Zambeze para ver el atardecer en las cataratas, y luego fueron a un tour a un pueblo tradicional, disfrutaron de un viaje en helicóptero privado y acudieron al espectáculo "Africa Spectacular Show".
Desde allí se trasladaron en avión de vuelta a Johannesburgo, donde durmieron en una "deluxe suite"de un hotel y cogieron un tren en camarote también "deluxe"a Ciudad del Cabo, en la que se alojaron en otra suite de un hotel de cinco estrellas. Durante su estancia en Ciudad del Cabo, disfrutaron de una visita a unos viñedos.
Desde esa ciudad sudafricana cogieron un avión chárter privado hasta el Parque Nacional Kruger, situado en el mismo país y en el que se alojaron en un campamento que organizó un safari.
Según el presupuesto de Pasadena, los hoteles, las excursiones, el traslado entre aeropuertos y los alojamientos, algunas comidas y el tren, en ocasiones atendidos por un guía español, costaron entonces unos 6.000 euros, a los que habría que sumar los seis vuelos internos y el avión de España a Sudáfrica.
En uno de los documentos remitidos a las partes, la empleada de la agencia que organizó el viaje reconoce a uno de sus contactos en Sudáfrica que el viaje es "un poco lío"porque el cliente es "muy exigente"y "quiere hacer muchas cosas en poco tiempo".
Prueba de ello es que incluso llega a pedir que no se le reserve un sitio en un compartimento que esté junto a las ruedas del tren porque el ruido podría molestarle.
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