País Vasco

Líder de Sortu desde la cárcel

Rufino Echeverría, que ayer visitó a su «compañero» en ETA, ha evitado que surjan otros candidatos en la izquierda abertzale, pero sólo ha logrado aumentar las disidencias internas

La Razón
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Arnaldo Otegi, que mañana abandonará la cárcel de Logroño tras cumplir condena por tratar de reorganizar Batasuna, se ha asegurado desde prisión que no le salía ningún competidor de peso dentro de la izquierda abertzale. Para ello, según medios antiterroristas, se ha valido de su compañero inseparable dentro del entramado proetarra, Rufino Echeverría, auténtico factótum en Sortu, que ayer mismo le visitó en el centro penitenciario.

Confían ambos –y, con ellos, los otros dirigentes de Sortu– en que podrán poner a flote la semihundida izquierda abertzale, pero la empresa se torna complicada.

Existe una vieja máxima en ETA y las organizaciones de su entramado, que recuerdan los citados medios: el que ha pasado por el «mako» (cárcel) está, a efectos operativos o políticos, totalmente amortizado. Mal muy mal debe andar la izquierda abertzale cuando confían su recuperación, tanto en unidad interna (que hace aguas por varios sitios) como de apoyo electoral, a Otegi. Sortu le quiere convertir en una especie de Nelson Mandela vasco, el gran adalid de la paz, y pretende que los electores olviden el historial del líder independentista; y algunas cosas que no han trascendido de su estancia en la cárcel, pero que sí conocen los otros presos y, sobre todo, lo que puede ser más preocupante, la dirección del «colectivo» de reclusos, el EPPK, que es tanto como decir ETA.

Es el asunto penitenciario el que ha provocado, junto con el avance electoral de Podemos en el País Vasco a costa de la izquierda abertzale, los dos problemas con los que se tendrá que enfrentar Otegi si quiere que las aguas vuelvan a estar tranquilas en la izquierda abertzale, que las corrientes disidentes (cobran cada día más fuerza) vuelvan al redil, y se ofrezca un mensaje atractivo e innovador que les devuelva los votos que les han arrebatado el partido de Pablo Iglesias

Sin embargo, la falta de solidaridad con sus compañeros reclusos y desobedecer las órdenes de ETA y EPPK, el colectivo de presos de la banda terrorista, es un baldón difícil de olvidar para los que se quedan dentro del «mako» y todo el mundo que se mueve en torno a ellos.

Fuentes conocedoras de lo que ha ocurrido aseguran que Otegi ha desobedecido en varias ocasiones las órdenes que provenían de la «dirección» en asuntos como huelgas de hambre y «chapeos» (encierros en las celdas).

Este tipo de actitudes no se perdonan en un mundo como el de ETA y las organizaciones de su entramado, pero a Otegi, quizás porque se ha convertido en la «gran esperanza» para una izquierda abertzale que ve cómo cada día Podemos le resta más votos, sí se le ha tolerado.

De hecho, figura en la última lista oficial de Etxerat (si hubiera sido expulsado le habrían borrado), como un penado en la cárcel de Logroño, junto con Santiaago Aragón Iroz; y Eneko Etxaburu Markuerkiaga.

El asunto de las desobediencias toleradas a Otegi no es baladí y es un hito más en el malestar que el sector más ortodoxo del EPPK mantiene con la izquierda abertzale y que se expresó de forma contundente en el último comunicado del «colectivo».

«Desde lo profundo de la celda hemos visto con sorpresa (...) el triste recorrido de algunos de nuestros ex compañeros. Nos piden que nos arrepintamos, sabiendo que no nos arrepentiremos, nos piden que denunciemos a compañeros».

Máximo nivel de represión penal según las leyes

Por lo que respecta a su vida en la prisión de Logroño, Arnaldo Otegi no ha dado problemas y, según las mismas fuentes, ha tenido un comportamiento normal, tanto con los otros reclusos como con los funcionarios. No ha disfrutado de permisos penitenciarios ordinarios. Tampoco se le han aplicado reducciones de pena y la «dosis de represión penal que se le ha aplicado ha sido la más intensa que prevé la ley». Ha procurado, dentro de su estrategia política y utilizando las visitas que recibía, entrevistas en prensa y otros sistemas, lanzar mensajes a la izquierda abertzale.