Memoria histórica
Los Franco envían una carta a Roma para evitar la exhumación
Esperan impedir un traslado sobre el que la Santa Sede no tiene previsto pronunciarse
Esperan impedir un traslado sobre el que la Santa Sede no tiene previsto pronunciarse.
Los siete nietos de Francisco Franco no van a poner la carreta antes que las mulas. Eso quiere decir que no van a pensar dónde trasladar los restos de su abuelo, si el Gobierno del PSOE con el apoyo de Podemos, consigue cambiar las leyes para poder exhumar los restos del anterior Jefe del Estado del altar mayor de la Basílica del Valle de los Caídos y dárselos a la familia para que los entierre o incinere, según considere oportuno.
Los siete hermanos Martínez-Bordiú Franco han establecido seguir un escrupuloso pacto de silencio y no piensan pronunciarse al respecto aunque, según ha sabido LA RAZÓN, han enviado una carta al prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, en la que le piden que haga saber a la Santa Sede que su deseo es que los restos de su abuelo no salgan del recinto situado en Cuelgamuros.
Ello pese a que la autoridad del Vaticano es sobre el conjunto monumental, y no afecta a cualquiera de los restos de los difuntos allí enterrados, además de que la Santa Sede no tiene intención alguna de entrar en el debate. La competencia en este asunto es de la Archidiócesis de Madrid, y el cardenal y arzobispo de la capital de España, Carlos Osoro, se ha pronunciado en más de una ocasión en favor del trabajo por la «reconciliación».
Según fuentes del Arzobispado de Madrid, «no hay compromiso concreto a nada», aunque como publicó este periódico ayer, el cardenal y arzobispo no tiene «ningún interés» en oponerse a la remoción del cuerpo del general Franco, es más, está abierto a colaborar y dispuesto a poner todos los medios para alcanzar una solución de consenso. En opinión del prelado, «la comunidad está allí para orar, no para ser un agente político».
Desde el Arzobispado añaden que el cardenal Osoro «reza por la unidad de los españoles», al igual que lo hace la comunidad benedictina que vive en el Valle de los Caídos.
Respecto a los Franco, todos tienen intención, y en eso son muy tajantes, de respetar el deseo de la hija del general Franco: que los restos de su padre no se muevan de donde fueron depositados a su muerte. Así se lo hizo saber Carmen Franco Polo a sus siete hijos. Hace aproximadamente dos años, a instancias socialistas, se llevó una propuesta al Congreso para exhumar el cadáver de Francisco Franco, apelando a la Ley de Memoria Histórica, que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero había gestado. El problema con el que se encuentran es que, tal y como está el ordenamiento jurídico actualmente, no se podría llevar a cabo, excepto que cambien las leyes vigentes. Se da la circunstancia de que el Valle de los Caídos es inviolable. Según el acuerdo jurídico del 3 de enero de 1979 entre la Iglesia y el Estado Español, que fue de los primeros acuerdos que firmó Juan Pablo II en presencia de Marcelino Oreja, los lugares de culto son inviolables y el Valle de los Caídos es una basílica pontificia. Habría que cambiar los acuerdos Iglesia/Estado.
También, según el artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica, el Valle de los Caídos se rige por la legislación aplicable a los lugares de culto y cementerios públicos. Y como el Estado tiene transferidas a las comunidades el reglamento de sanidad mortuoria, no tiene competencias porque las tiene delegadas y lo que rige en Madrid sobre exhumaciones se recoge en el artículo 26 del reglamento de sanidad mortuoria, donde consta claramente que la exhumación la tiene que solicitar un familiar o allegado del difunto y ninguno de los siete nietos del dictador está dispuesto a solicitarlo.
Por lo tanto, si quieren sacar los restos del difunto, en estos momentos no lo pueden hacer con la ley en la mano. Otra cosa sería que cambien las leyes y eso el PSOE y sus compañeros de estrategia lo saben porque la familia Franco, que son los únicos que podrían hacerlo, no van a solicitar voluntariamente bajo ningún concepto la exhumación de los restos de su abuelo, que se encuentran en un lugar de culto inviolable y amparados por la ley de sanidad mortuoria que rige en la Comunidad madrileña. De momento la familia calla y aguarda.
Los nietos del general Franco saben que su madre y única hija, Carmen Franco, siempre se negó a exhumar a su padre, ninguno en unanimidad dará su consentimiento y tan sólo les queda esperar, de ahí que tampoco se hayan planteado si depositarían los restos en el panteón familiar de El Pardo, donde está enterrada Carmen Polo y su bisnieto Luis de Borbón o en la cripta del panteón familiar del cementerio de La Almudena, donde está Carmen Franco Polo junto a su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú.
También es verdad que no se conocía un deseo expreso de Francisco Franco por ser enterrado en un lugar concreto. Según el general Juan Chicharro, presidente de la Fundación Francisco Franco, «se sabe que 15 días antes del fallecimiento de Franco se hizo corriendo a toda prisa la tumba en el Valle de los Caídos. Ni su propia hija, Carmen, sabía dónde quería ser enterrado Franco, porque nunca lo había manifestado. Ahora yo creo que los nietos ni se han planteado dónde podrían depositar los restos de su abuelo».
Sobre la otra tumba que también se encuentra en el Altar Mayor, la de José Antonio Primo de Rivera, según ha podido saber LA RAZÓN por un portavoz familiar, no hay ninguna reclamación. «Nadie ha contactado con nosotros, por lo que ahora no tenemos nada que hacer».
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