El desafío independentista
Los juzgados catalanes, última opción para los nuevos jueces
Los cuatro últimos destinos fueron órganos jurisdiccionales ubicados en esa comunidad
Juez de apoyo a los juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Amurrio, (Álava), de Santa Coloma de Farners (Girona) y de Berga (Barcelona), y al juzgado de lo Social número 1 de Granollers (Barcelona). Estos son los últimos cinco últimos destinos de las 231 plazas a las que se incorporarán los nuevos jueces que el miércoles juraron sus cargos. Años atrás, los destinos del País Vasco eran los destinos menos «apetecibles», pero, últimamente, Cataluña parece haberle sustituído en ese especial «ranking».
Algo similar ocurre con las plazas de fiscales, ya que, de acuerdo con el último informe sobre «indicadores sociológicos de la carrera fiscal», elaborado por la Fiscalía General del Estado, Cataluña es también una las comunidades autónomas en las que quienes integran el Ministerio Público tienen menos edad y antigüedad en la carrera, junto a las islas Canarias y Baleares.
No parece que todo ello obedezca a un sólo factor, sino que son distintas variables las que vienen a condicionar que, finalmente, las vacantes de Cataluña sean los destinos que ocupen quienes han obtenido peores resultados en los cursos de formación en la Escuela Judicial, que radica, precisamente, en Barcelona; quienes, en definitiva, se vean «obligados» a ir a esos destinos.
Sobre esta cuestión, el vocal delegado para Cataluña del Consejo General del Poder Judicial, Miguel Collado, señaló a LA RAZÓN que, pese a esos datos, existe una «mejor tendencia que hace años. En su opinión, hay dos factores que pueden incidir en que los juzgados de Cataluña no vayan a gozar de las preferencias de quienes se incorporan a la carrera fiscal. En primer lugar, el origen de los opositores, que marca mucho la elección posterior», y Cataluña no es, precisamente, de las comunidades en la que más se presenten más candidatos a ingresar en ese Cuerpo, «aunque va creciendo el número». Y, en segundo lugar, el «importante nivel de trabajo» existente en los juzgados, «donde las cifras de entradas –de asuntos ingresados– son crudas».
Por su parte, Lidia Ureña, magistrada-decana de Hospitalet, señaló que está muy extendida la sensación de que se prefiere optar por la empresa privada a opositar, «y por eso hay menos jueces catalanes». Además, entiende que el tener que aprender el catalán puede incidir igualmente. «El idioma a los que vienen de fuera les puede condicionar, eso creo, aunque no tengo datos concretos».
Antonio Roma, portavoz de la Asociación de Fiscales, también aludió a la «situación de tradicional de pocos opositores en Cataluña» y que los nuevos jueces «tiran hacia sus orígenes».
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