El desafío independentista
Los Mossos alertan: el Consejo en la Llotja es una «ratonera»
Tensión policial en Barcelona a una semana de la reunión de ministros ya que la sede elegida presenta problemas de seguridad en pleno centro de la ciudad
Tensión policial en Barcelona a una semana de la reunión de ministros ya que la sede elegida presenta problemas de seguridad en pleno centro de la ciudad
Faltan siete días para que se celebre el primer Consejo de Ministros en Barcelona desde 1976 y la cita va camino de convertirse en un peligro de orden público. Así lo creen los Mossos d'Esquadra y aís lo denuncian. El sitio escogido no les gusta. No por el edificio, sino por su ubicación. Se trata de la Llotja de Mar, la histórica sede de la Cámara de Comercio de Barcelona, ente que mostró su buena predisposición para acoger un encuentro que se prevé importante, tanto para Sánchez como para el Gobierno. Muy diferente es la opinión de los Mossos, teniendo en cuenta la actual situación. Para la Policía, teniendo en cuenta las ya evidentes amenazas de los radicales denominados Comités de Defensa de la República (CDR) para provocar algún tipo de altercado.
El problema del edificio de la Llotja de Mar es su ubicación. Muy céntrico, en el barrio Gótico barcelonés. Muchas pequeñas calles llevan hasta el sitio, Está muy, muy cerca de vías de comunicación tan importantes en la ciudad como la ronda Litoral –básica para la circulación– y la Via Laietana –en la que transcurren en los últimos años la mayoría de manifestaciones y protestas–. La Llotja está muy cerca del mar y a escasos metros de la sede de Correos.
Además, tampoco está muy lejos del Palau de la Generalitat y del Parlamento catalán. Los Mossos consideran que es una ubicación demasiado céntrica, y seguramente preferirían el Palau d'Albèniz, en Montjuïc. Desde la policía autonómica se apela también al riesgo dada la fecha tan próxima a la Navidad, en la que las calles del centro se llenan de personas que aprovechan para hacer sus últimas compras.
La alerta de los Mossos fue confirmada ayer por la portavoz del Gobierno catalán, Elsa Artadi. Apuntó a que puede provocar problemas en la movilidad y en la normalidad cuotidiana. «Son criterios técnicos y policiales», comentó, respecto al aviso de la Policía Autonómica. Pero además de la cuestión de la seguridad, Artadi añadió otro elemento, éste de carácter político. El día 21 se cumple un año de la celebración de las últimas elecciones autonómicas y la portavoz del Govern ve en ello «una provocación».
Decenas de plataformas ya confirmaron, antes de que se conociera la ubicación de la reunión, movilizaciones por toda Cataluña ese día, y por supuesto los CDR también. Los Mossos cuentan con un total aproximado de 400 antidsturbios, que recibirán ayuda por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Los Mossos tienen más que asumido que se tratará de una prueba de fuego, después de estar en numerosas ocasiones en el ojo del huracán, casi siempre por motivos políticos vinculados al proceso independentista.
Los tres cuerpos ya se han reunido, pero el lunes habrá otro encuentro. Participarán la mayoría de las unidades de los Mossos, y, sobre todo, los antidsturbios. Con la ayuda que se recibirá, más la de los efectivos policiales que siguen operando en Cataluña al margen de los Mossos, el objetivo será blindar las calles adyacentes, pese a la dificultad que ello representa. El número de antidisturbios puede ser insuficiente en el caso de que haya graves altercados, teniendo en cuenta que Barcelona no será el único foco de las protestas. Se estará muy atento a otras infraestructuras, como el aeropuerto.
Encierro de los agentes contra el conseller Buch
Centenares de agentes de los Mossos d'Esquadra volvieron a protestar contra sus responsables, la Consejería de Interior de la Generalitat. El motivo fue, de nuevo, pedir mejores condiciones laborales, como por ejemplo la equiparación de sus salarios con los Bomberos, pero hay un trasfondo muy político. Cortaron durante horas las calles adyacentes, e incluso se encerraron dentro del departamento después de que fracasara la reunión negociadora, que habrá de repetirse. En el trasfondo están las declaraciones del consejero Miquel Buch, que tildó de «policía no democrática» a los Mossos por sus cargas contra radicales antifascistas. Fue una contramanifestación a Vox el 6-D en Gerona. El cuerpo está muy «quemado» y ya han pedido en diversas ocasiones la dimisión de Buch.
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