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Los yihadistas detenidos querían secuestrar a una persona y degollarla

Pretendían también raptar a una directora de banco para «financiar» sus atentados

Agentes de los Mossos d'Esquadra trasladan a uno de los detenidos
Agentes de los Mossos d'Esquadra trasladan a uno de los detenidoslarazon

Los presuntos «yihadistas» detenidos el miércoles en Barcelona planeaban realizar un secuestro en España para grabar un degollamiento a una persona a la que iban a vestir con un mono naranja, al modo de las acciones terroristas realizadas por el Estado Islámico.

A imagen y semejanza de las barbaries cometidas por los terroristas del Estado Islámico: secuestrar a cualquiera que se considere «enemigo» del islam, mantenerlo en esa situación el tiempo que deseen, vestirle con un mono naranja y finalmente degollarle delante de una cámara de vídeo para posteriormente divulgar esa imagen al mundo entero a través de las redes sociales. Eso mismo es lo que, al parecer, pretendía realizar la célula yihadista desarticulada esta semana en Barcelona, aunque a sus miembros les faltaba la indumentaria, el mono naranja, según señalaron fuentes jurídicas. El objetivo era demostrar que ese tipo de acciones, de yihad, también se podían llevar a cabo en nuestro país, y de mostrar al resto de estados cómo combaten a los «infieles».

Pero también tenían entre sus objetivos secuestrar a una directora de banco de un municipio de Barcelona para pedir un rescate con el que «financiar» los actos terroristas que planeaban cometer. De hecho, uno de los detenidos, Said Touay –uno de los miembros más destacados de la célula–, se encontraba ya «a punto de atentar contra una librería judía de Barcelona; mientras que otro, el español converso Antonio Sáez Martínez, a quien se le considera el creador de la célula, «se encontraría ya en fase de preparación de un atentado, intentando determinar un objetivo y un modo de llevarlos a cabo».

Este aspecto se recoge en el auto de prisión dictado ayer por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz contra siete de los once detenidos en la denominada «operación Caronte»; mientras que otros tres quedaron en libertad provisional –deberán presentarse semanalmente en el juzgado más cercano a sus domicilios, se les retiran los pasaportes y no podrán salir de España–. El menor de edad arrestado fue internado en régimen cerrado en un centro de reforma por un período inicial de seis meses, acusado por el juez de menores de integración en organización terrorista.

Este mismo delito imputa Pedraz a los detenidos, al considerar que forman parte de la célula terrorista Fraternidad Islámica, Grupo para la Predicación de la Yihad, y afín al Estado Islámico, excepto a uno de ellos, al que acusa de colaboración con esa organización terrorista y tenencia ilícita de armas y explosivos. En la comparecencia judicial, sólo declararon cinco de los detenidos –dos de ellos sólo a sus abogados–, y todos ellos negaron los hechos que se les imputan.

En su resolución, el magistrado especifica que fue el español converso Antonio Sáez Martínez, «Aalí», quien propuso cometer un atentado «en territorio nacional» y el que, precisamente, manifestó a Said Touay que estuvo «a punto de atentar contra una librería judía en Barcelona junto a un conocido suyo y cliente de la peluquería», Diego Frías, sobre quien los Mossos d’Esquadra consideran que tiene una ideología neonazi, aunque él negó tal extremo en su declaración ante el juez .

Antonio Sáez pidió a Frías, otro de los conversos españoles, que le proporcionara explosivos y armas para «poder atentar en territorio nacional». Precisamente, en el domicilio de Frías se incautaron seis cajas de munición, una granada de mano, un cargador de arma CETME para 20 cartuchos, 13 cuchillos con hojas de diferentes medidas, unas esposas, una pistola, tres escopetas, dos machetes y un puntero láser y accesorios para utilizar en armas.

Además, en las reuniones que mantenían los miembros de la célula, Antonio Sáez habría propuesto atentar contra diferentes objetivos, como sinagogas o locales regentados por judíos, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o el Parlament de Catalunya, «indicando que lo podrían hacer usando una furgoneta en la que fueran camuflados ellos con armas largas y granadas de mano para llevar a cabo su acción», señala al respecto el magistrado.

Otro de los españoles conversos detenidos en esta operación antiterrorista, Jacob Orellana Casado, también se mostró favorable a trasladarse a Siria para luchar junto al Estado Islámico, según declaraciones de testigos protegidos, los cuales manifestaron que en diversas reuniones «mostró su apoyo a cualquier atentado terrorista, y sugirió atacar a los “peces gordos”, refiriéndose al asesinato de políticos y ataques a estamentos oficiales, tales como el Parlament de Cataluña». En su domicilio se encontró material susceptible de ser utilizado como elemento necesario para confeccionar artefactos explosivos.

Otros de los detenidos, Lahcem Zamzami y Rida Hazem tenían como cometido esencial dentro de la célula la captación de jóvenes para «la causa yihadista, adoctrinarlos con la finalidad de imbuirles las ideas necesarias para que vayan a zonas en conflicto, como Siria e Irak, para luchar en organizaciones terroristas adheridas al Estado Islámico. Estos dos, junto con Antonio Sáez, serían los líderes ideológicos, intelectuales y religiosos de la célula.

Dos «captadores» seguirán presos

Por otro lado, la sección segunda de la Audiencia Nacional ha rechazado la puesta en libertad de Mustafa Al Lal Mohamed y Rachid Abdel Bahet, quienes fueron detenidos a finales de mayo del pasado año en una operación contra el yihadista desarrollada en Melilla contra una red que, presuntamente, envió a veintiséis yihadistas, veinticuatro marroquíes y dos españoles, a los grupos terroristas de Al Qaeda en el Sahel. En los autos de la Sala a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, los magistrados señalan que los datos existentes en la causa avalan, indiciariamente en estos momentos, que ejercían el «rol de captación de nuevos voluntarios yihadistas», adoctrinamiento, e incluso Abdel Nahet también en el envío de dos de ellos a Mali para integrarse en una organización vinculada a los terroristas de Al Qaeda.

Palabra de converso

«La yihad es una necesidad para la supervivencia y la gloria de la Umma» (pueblos islámicos)

«Morir en nombre de Alá no duele, es como un pellizquito o una picadura de abeja»

«Ser musulmán en un mundo cristiano dominado por infieles e impíos. Habrá que hacer algo»

«En un momento dado me pondré al servicio de la yihad mundial, pero tengo que introducirme más»