Presidencia del Gobierno

Malos tiempos para reinar

La inestabilidad del país ha puesto la agenda de Felipe VI en la «cuerda floja»: según fuentes cercanas al Rey, asume, «con sentido común», que es momento de la política

Desde las elecciones del 20 de diciembre, la agenda de Don Felipe se ha visto reducida un 60 por ciento sin contar las audiencias, y ha tenido que suspender tres viajes: uno oficial a Arabia Saudí, y dos de Estado a Reino Unido y a Japón
Desde las elecciones del 20 de diciembre, la agenda de Don Felipe se ha visto reducida un 60 por ciento sin contar las audiencias, y ha tenido que suspender tres viajes: uno oficial a Arabia Saudí, y dos de Estado a Reino Unido y a Japónlarazon

La inestabilidad del país ha puesto la agenda de Felipe VI en la «cuerda floja»: según fuentes cercanas al Rey, asume, «con sentido común», que es momento de la política

No son tiempos para fastos regios. No alcanzan los dos años cuando el 2 de junio Don Juan Carlos se dirigió a los españoles para anunciar la decisión de abdicar, basándola en una «nueva etapa de esperanza», encarnada en su hijo Don Felipe, «en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación».

Este impulso que está dando Felipe VI está dirigido a la actual situación del país, en la que no hay espacio para que la Corona desempeñe su papel. Desde el 20–D, tal y como publicó este periódico, la agenda del Monarca se ha reducido un 60 por ciento y ha tenido que suspender dos viajes de Estado a Reino Unido y a Japón, y una visita oficial a Arabia Saudí.

Según explican fuentes cercanas al Jefe de Estado, Don Felipe es plenamente consciente de que sus movimientos están actualmente supeditados al calendario político, y lo asume «con sentido común» y de acuerdo a lo que establezca el Gobierno en funciones. Una situación que apenas le ha permitido la semana pasada desplazarse al país vecino de Portugal para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa. Zarzuela envió el pasado viernes la agenda del Don Felipe para la próxima semana: sólo un día, el martes, los Reyes estarán fuera de España para asistir al Congreso Internacional de la lengua en Puerto Rico, promoción internacional del español que durará desde el 15 hasta el 18 de marzo. El jueves, se reunirá en el Palacio Real con el presidente de Portugal, y, junto con la Reina, ofrecerán una posterior cena en su honor. A partir de ahí, con la Semana Santa de por medio, la agenda de Don Felipe dependerá de un revuelto momento político de negociaciones entre los partidos para intentar formar gobierno antes de que el 2 de mayo venza el plazo para que el Rey disuelva las Cortes y convoque nuevas elecciones.

La visita de Estado a Japón y Corea, estaba programada para mediados de abril, por lo que coincidiría con ese periodo. Por eso, según explicó Zarzuela, se tomó esa decisión con el Gobierno en funciones por la «inconveniencia de las fechas». El mismo motivo que alegó el Ministerio de Asuntos Exteriores cuando se canceló la visita de Estado a Reino Unido en febrero: «debido al proceso de formación de un nuevo gobierno actualmente en curso en España».

Desde la Casa del Rey se asegura que ambas naciones son conscientes de la coyuntura política que vive nuestro país, y se acepta la situación. Pero lo cierto es que el viaje al país nipón llevaba planificándose desde hace más de un mes, y toda la logística organizativa desplegada cae en saco roto, lo que tampoco beneficia para la imagen de España la cancelación de estos viajes en tan poco tiempo. Además, ambos países únicamente organizan dos viajes de Estado al año. Paralelamente, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, anunció esta semana su decisión de abrir una investigación judicial por la filtración de los mensajes que intercambiaron en 2014 los Reyes con el empresario procesado por las «tarjetas black», Javier López Madrid.

En las dos veces que ha tenido que proponer candidato, tanto al presidente en funciones, Mariano Rajoy, como al líder socialista, Pedro Sánchez, desde diferentes frentes políticos se ha intentado utilizar la postura del Jefe de Estado, hasta el punto de que la Casa, en conversación con este periódico, aseguró que «El Rey ni busca ni decide quién es el presidente, sino el Congreso», y durante todo el proceso ha insistido en el concepto de que el Rey se ha ceñido a «cumplir la Constitución».

Así las cosas, el Monarca enfoca su responsabilidad institucional dentro de nuestras fronteras, en un claro segundo plano público, ya que, desde el mensaje de Navidad, apenas ha pronunciado dos discursos. Fuentes del entorno de Don Felipe aseguran que está preocupado por la situación que está viviendo el país, ya que los futuros pactos marcarán no sólo el devenir del país, sino también el de la propia Corona.

En el caso de que alguno de los candidatos aspirantes a llegar a La Moncloa consiga formar gobierno antes del mes de mayo, Felipe VI lo nombrará presidente y su agenda volverá a su curso normal, pero si la dirección de los acuerdos políticos se mantiene hasta la fecha límite, volverá a abrirse el proceso electoral y la agenda del Jefe de Estado volverá a quedar condicionada a la coyuntura política, si el Gobierno en funciones y la Casa del Rey no encuentran una fórmula alternativa a la actual.