El desafío independentista

Mas sigue con su ofensiva exterior y traslada a su «embajador» de Nueva York a Washington

La Razón
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Aunque su política exterior apenas está ofreciendo resultados de cara a lograr aliados internacionales para la consulta soberanista, Artur Mas continúa moviendo piezas para intentarlo.

Aunque su política exterior apenas está ofreciendo resultados de cara a lograr aliados internacionales para la consulta soberanista, Artur Mas continúa moviendo piezas para intentarlo. Su última maniobra consiste en trasladar a Andrew Davis, el «embajador» de la Generalitat en Estados Unidos, de Nueva York a Washington. Con esta decisión el presidente de la Generalitat pretende ganar peso político en la capital de Estados Unidos y mejorar la interlocución con la administración norteamericana para explicar con todo detalle su proyecto de consulta. Es, por tanto, un movimiento en clave estrictamente política y no económica. «La idea es tener una relación fluida con las autoridades norteamericanas, en consonancia con el proceso», informaron al diario «Ara» fuentes gubernamentales.

El traslado se hará efectivo a lo largo del mes de enero y el reto es lograr que los Estados Unidos maticen su posición actual respecto al proceso independentista, que consiste en evitar ofrecer su apoyo a la consulta. La postura del gobierno de Barack Obama quedó clara hace pocos meses, después de que la Casablanca respondiera a una petición popular en su web que logró reunir 25.000 firmas (sólo así se da respuesta). En concreto, se reclamaba «apoyo al pueblo de Cataluña en su esfuerzo para decidir su futuro». La administración Obama respondió en la línea de la mayoría de países de todos el mundo. Consideró que se trata de «un asunto interno» de España, y reconoció «la singular cultura y tradiciones de la región catalana», según un comunicado firmado por Caitlin Hayden, una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

El traslado de Andrew Davis a Washington no significa en ningún caso el cierre de las instalaciones de la Generalitat en Nueva York, donde seguirá presente la oficina de Acciò, dedicada a la promoción económica. Cabe recordar que la Generalitat tiene otras «embajadas» en las principales capitales europeas, Londres, París, Bruselas y Berlín. Desde que el tripartito comenzó a extender este tipo de oficinas, la norma ha sido ocultar sus costes de forma detallada y enmascararlos dentro de la partida que se dedica a la acción exterior. En 2012, la partida dedicada a «embajadas» era de 1,1 millones, mientras que en 2014 su coste alcanzará los 2,2 millones. Uno de los pocos detalles que ha dado a conocer la Generalitat es que el alquiler de su céntrico espacio en Bruselas se eleva este año a 900.172 euros. De la misma forma que se ha multiplicado el presupuesto para las delegaciones de la Generalitat en el exterior, también se ha elevado el presupuesto del Diplocat –el aparato diplomático creado por Mas para proyectar a Cataluña en el mundo y para situar a la Generalitat en los organismos internacionales– que este año alcanza los 2,6 millones, cuando en 2012 su dotación era de 1,4 millones de euros. Es sencillo entender esta notable subida. Basta con fijarse en la memoria de programas que acompaña al proyecto de presupuestos para comprobar que la partida de «programas internacionales y visitas» se ha elevado este año a 50, cuando en 2012 el total previsto era de seis. Queda por ver si todo este esfuerzo económico servirá para que el Govern de CiU obtenga algún aliado para su causa soberanista. De momento, el gobierno de Mas tan sólo ha recibido advertencias acerca de la expulsión de Cataluña la Unión Europea, muchas de ellas procedentes de las propias autoridades que rigen el bloque comunitario. Probablemente, su suerte no sea distinta en EE UU.