El desafío independentista
Mas tramita la ley para su consulta independentista con el PSC
El Parlament rechaza las enmiendas a la totalidad del PP y Ciutadans
Cinco meses después de revalidar el Gobierno de la Generalitat, Artur Mas no tendrá presupuestos, pero ha cumplido con la hoja de ruta soberanista que trazó en el pacto de legislatura junto a ERC. Tal y como había prometido, ha aprobado una declaración soberanista, ha creado el Consejo de la Transición Nacional, al que ya ha encargado el diseño del Estado catalán, y ayer el Parlament dio luz verde a la tramitación de la ley de consultas populares no refrendarias, una herramienta que Mas podrá utilizar para preguntar a los catalanes si quieren la independencia.
La proposición de la ley de consultas, en la que han trabajado y seguirán trabajando CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP, empezará a tramitarse después de que el Parlament rechazara, con 26 votos a favor y 103 en contra, las enmiendas a la totalidad de PP y Ciutadans, que ven en la futura ley la «coartada» perfecta para poder convocar un referéndum de autodeterminación. También lo ve el PSC, que durante el debate parlamentario avisó de que la futura ley de consultas no puede ser un «plan B» para conseguir la independencia. Pero a diferencia del PP y Ciutadans, los socialistas dieron un voto de confianza a Mas, con el argumento de que la ley es una «buena» herramienta de participación ciudadana y de profundización democrática.
Para defender su difícil posición, el PSC, obligado a hacer funambulismos desde que Mas dio un giro de timón hacia Ítaca –la independencia en el imaginario catalán–, eligió a un diputado desconocido, Ferran Pedret.
A Pedret le tocó la papeleta de argumentar que su voto a favor de la ley de consultas no debe interpretarse como un «sí» al proyecto soberanista de Mas. El diputado socialista avisó a diestra y siniestra de que la normativa no ha comenzado con buen pie y podría «nacer muerta» porque se está utilizando como arma arrojadiza entre partidarios y detractores de la independencia. Con estos argumentos trató de defenderse de quienes acusan a los socialistas de ser «los tontos útiles» de Mas. PP y Ciutadans recordaron al PSC que ésta «no es una proposición para escuchar a los ciudadanos, sino que persigue la independencia». «¡No van a preguntar por la prórroga de los peajes o el cuarto cinturón!», ironizó el presidente de Ciutadans, Albert Rivera.
El PP, que hace dos semanas optó por abandonar el debate del que salió la comisión del derecho a decidir, participará en la ponencia parlamentaria para controlar que la ley de consultas cumpla con el Estatut y se ajuste a las competencias catalanas. «Vamos a intentar evitar que la cerillas caigan en manos de los pirómanos». El mismo Mas lamentó que el PP vea la Cámara autonómica como «un parlamento de juguete» que no debe dar respuesta al anhelo de la mayoría de los catalanes de ejercer el derecho a decidir.
La propuesta de ley regula el régimen jurídico, el procedimiento y la convocatoria de consultas populares no vinculantes.
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