El desafío independentista
Merkel y Rajoy se verán en mayo en plena tensión del «caso Puigdemont»
España calibrará en la próxima cumbre de los Veintiocho el apoyo de sus socios al desafío soberanista
España calibrará en la próxima cumbre de los Veintiocho el apoyo de sus socios al desafío soberanista.
Los próximos 16 y 17 de mayo todas las miradas estarán puestas en Sofía (Bulgaria) en el encuentro entre Mariano Rajoy y Angela Merkel. Las relaciones entre ambos países atraviesan un momento difícil después de que el tribunal regional superior de Schleswig-Holstein haya dictaminado que no existe un equivalente claro entre el ordenamiento jurídico alemán y el español en el delito de rebelión que el Tribunal Supremo imputa a Carles Puigdemont. Aunque es una decisión judicial, la interpretación que el independentismo le ha dado amenaza con sembrar de incertidumbre las relaciones diplomáticas entre Berlín y Madrid, al igual que ya sucedió con el Ejecutivo belga del Charles Michel, aunque en esos momentos (y también ahora) Bruselas y Madrid intentaron calmar las aguas.
En esa fecha, además, estarán a punto de cumplirse los dos meses de plazo máximo de los que dispone la Justicia alemana para decidir sobre la entrega del ex president. De manera que, se haya notificado o no esa resolución, será inevitable que el encuentro entre los máximos mandatarios de España y Berlín venga marcado por esa OEDE. De conocerse ya el fallo limitado únicamente al delito de malversación (una vez descartado por el tribunal alemán el de rebelión), podría incluso darse la circunstancia de que la entrega estuviese suspendida si, como pretende el juez Pablo Llarena, la Justicia española plantea una cuestión prejudicial ante el Tribunal Europeo de Luxemburgo.
En cualquier caso, lo cierto es que la cumbre viene precedida por un clima enrarecido, anterior al desembarco del ex president en Alemania. Se trata de un encuentro informal organizado por Bulgaria, que este semestre ostenta la presidencia rotatoria del club comunitario, y que ha sido bautizado como la «Cumbre de los países de los Balcanes Occidentales», ya que el propósito es que los Veintiocho estrechen sus vínculos con estos países que quieren incorporarse a la UE.
Han sido invitados los representantes de Albania, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Kosovo. Este último es el que ocasiona más de un quebradero de cabeza a la diplomacia española, que no ha reconocido como Estado a la provincia serbia de Kosovo, que declaró de manera unilateral su independencia en 2008. Entre los Veintiocho, tan sólo cinco países incluyendo a España han optado por este no reconocimiento. El formato de la cumbre está en el aire. Existe la esperanza de que la presidencia búlgara decida que Kosovo forme parte de una comisión de la UNMIK, la misión de la ONU en Kosovo y que, por tanto, el tratamiento dado no pueda considerarse el de un Estado independiente. Si esto no sucede, España participará en la cumbre a Veintiocho del día 16 y Rajoy se ausentará de la sesión con los Balcanes del día siguiente (se elegirá a un representante menor). El Ejecutivo es consciente de que una imagen con el primer ministro de Kosovo –Hashim Thaci, ex guerrillero del ejercito de liberación de Kosovo– dinamitaría el no reconocimiento de territorios que proclaman unilateralmente su independencia.
Fuentes diplomáticas españolas aseguran que otros países también han mostrado su malestar con el formato elegido y consideran que independientemente de la presencia de Kosovo, «la Comisión Europea se está equivocando con el tema de fondo» al dar esperanzas a estos países.
Pero aunque la cumbre parece estar perdiendo relevancia, las tensiones territoriales, con España como epicentro, estarán en el centro de la reunión y el encuentro entre Rajoy y Merkel servirá para calibrar hasta qué punto Madrid sigue contando con el apoyo de sus socios europeos ante el desafío soberanista.
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