Tribunales

Mouliaá, ante el juez: "La Policía no me preguntó si estaba ebria"

LA RAZÓN accede a las imágenes de Mouliaá en que, entre lágrimas, dijo que "aún no entiende" como tras los tocamientos se fue con Errejón "a su casa"

Elisa Mouliaá declaró ante el juez Adolfo Carretero durante una hora y empezó explicando que conoció a Íñigo Errejón, al que acusa de haberle agredido sexualmente en 2021, solo un año antes, en 2020, cuando le empieza a hablar por Instagram.

Fueron varios los momentos en que no pudo contener las lágrimas durante el interrogatorio y llegó a decir del que fuera portavoz parlamentario de Sumar que "nunca vi una persona más fría". Y que Errejón, al final de las horas que estuvieron juntos, después de que la actriz le reprendiese por haberle -según ella- realizado tocamientos "sin que hubieran hablado casi", se lo agradeció con un "muchas gracias esto me sirve para futuros encuentros".

El instructor le recordó que en su denuncia no menciona en ningún momento que estuviese ebria, cuando en sede judicial no paró de aludir a su estado de embriaguez para rechazar que pudiese haber consentimiento. "La Policía me preguntó por los hechos y no me preguntó eso (si había bebido)". El juez le corrigió al menos en dos ocasiones pidiéndole que se dirigiese a él "de usted".

En otro punto, el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid le trasladó las dificultades que tiene para entender "que una mujer acostumbrada al trato social, no se entiende que continuase con él (Errejón), después de que le hiciese tocamientos a la fuerza, que no hiciese ningún gesto y se fuese con él". Ella, entre lágrimas, coincidió "en que aún ahora no entiendo cómo pude subirse" al taxi en el que tras la fiesta se marcharon a casa del expolítico.

Pero volviendo al principio, la denunciante negó en un primer momento al instructor que "hubiese tonteo", aunque después sí que reconoció cierto "flirteo" entre ambos, que por parte de ella se debía únicamente a "las ganas que tenía de conocerlo".

Se vieron, dijo, en una "cafetería" ese día en que Errejón presentó su libro. No recuerda qué ingirió él, explicó que ella solamente ingirió una cerveza y destacó que no sintió ningún tipo de "conexión" con su interlocutor.

De las tres normas que el hombre al que denunció le habría impuesto para que cumpliese en la fiesta a la que acudieron juntos. Subrayó Mouliaá que, al oírlas, "no supo reaccionar" y, a partir de ahí, pasó a sentirse "violentada" por el exdiputado el resto de aquella noche.

Mouliaá recuerda, según concretó, que, en el ascensor del edificio en que se celebró la fiesta, Errejón le "metió la lengua hasta la campanilla" y ella se apartó reprendiéndole por ir "muy rápido".

La denunciante recuerda tener "lagunas" y estar "muy" ebria, hasta el punto de que "le daba vueltas todo".

Aseguró, de igual forma, que en la habitación de la casa de la fiesta a la que Errejón le llevó "agarrándola fuerte", el presunto agresor empezó a "tocarla por encima de la ropa, contra la pared", y fue entonces cuando ella le dijo que era "incómodo". Lejos de parar, explicó Mouliaá, "la tiró en la cama y le quito el sujetador". Se sacó el miembro viril, pero no le quito las bragas, concretó ella.

La actriz negó que ella le tocase en la habitación, donde apuntó a que "no llego a desnudarla". Se sintió "humillada" pero no era consciente de que todo lo ocurrido podría ser un delito, pese a que afirmó que "forcejearon" en la cama y se fue de esta estancia de la vivienda de la fiesta "azuzada".

Cotinuó con su relato y Mouliaá narró que se fueron juntos, en un vehículo sobre el se mostró incapaz de afirmar con seguridad que fuera un taxi en lo que en que abandonaron el lugar. Sí que tiene, en cambio, recuerdos de que su padre le llamo cuando estaba en ese vehículo para informarle de que su hija tenia 40 de fiebre. Cuando llegaron al portal de la casa del exdiputado, dice que subió porque Errejón se lo pidió para que pudiese firmarle el libro que presentó dado que no había podido hacerlo.

Sobre los chats que compartieron entre ellos por Instragram, la denunciante aseguró que los conserva y que al mes de los hechos le seguía escribiendo, per por Telegram. Ella le contestó a un wasap, aseveró, en que Errejón le decía "qué pasa no te funciona lo otro", en alusión a Telegram. Ella, en respuesta, le contesto riéndose "como diciendo que cabeza tengo". Siguió con la interacción, explicó, para solamente para que el no negara que la conocía y que quedara constancia.

Siguieron hablando, dijeron los dos al juez, pero el contacto terminó en 2022, un año antes de cuando dice él que cortaron la comunicación. Confirma ella que le preguntó, como dijo Errejón, si conocía algún abogado para divorciarse. Y en 2022 el denunciado le felicitó el cumpleaños y no fue hasta 4 días después que ella le dijo "gracias" y hasta ahí llegó su contacto.

No le denunció antes, defendió, por el "mucho miedo" que tenía a Errejón y, especialmente, por su hija.