Iglesias rechaza el «corta y pega» que ofrece el PSOE

Cree que el documento con el que Sánchez quería salvar su investidura «no es serio». Las confluencias e IU también se oponen

Podemos piensa ya en el día después de la segunda votación de investidura: tanto el secretario general del partido como los portavoces de las dos confluencias regionales mostraron ayer su rechazo al documento publicado por los socialistas para intentar acercar posturas con la extrema izquierda 24 horas antes de que comenzara un debate de investidura en el que Pedro Sánchez cada vez tiene menos posibilidades. Iglesias y Errejón tuvieron ayer palabras duras para describir el documento elaborado por los negociadores del PSOE, al que calificaron de «corta y pega» del documento firmado con Ciudadanos y, por lo tanto, incompatible con las tesis de Podemos.

La primera reacción llegó, en forma de tuit de la mano del propio Pablo Iglesias, que resumió en los acostumbrados 140 caracteres su opinión sobre la oferta de última hora de los de Sánchez: «El PSOE nos envía varios documentos que son un corta y pega de su pacto con C’s, escondiendo las medidas más vergonzosas. Esto no es serio». Si el mensaje de Iglesias encierra sucintamente la postura de su partido, la rápida respuesta de Sánchez es igualmente explícita en cuanto a la estrategia de comunicación con la que los socialistas se enfrentarán durante esta semana a la negativa de Podemos: «De vosotros depende que estas medidas arranquen el Gobierno del cambio. No es serio que siga Rajoy».

El secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, elaboró más sus explicaciones pero el tenor de las mismas coincidió al milímetro con las de Iglesias. «Hemos leído el documento con una sensación de “déjà vu”», afirmó irónicamente durante una rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados después de la junta de portavoces. Errejón considera que el texto del PSOE «no dice nada sobre los elementos que habrían generado más distancias» y recordó que, según las afirmaciones del líder de Ciudadanos, el pacto firmado con el PSOE la semana pasada está a la espera de la abstención del PP. Errejón da por perdida la semana que empezó ayer y, al igual que el resto de su partido, tiene su mirada puesta en la que comenzará el lunes 7 de marzo, cuando el PSOE haya digerido una derrota que todos dan por descontado. «Lamentamos la decisión de Pedro Sánchez de mirar a Rivera pero creemos que hay vida más allá de esta semana», resumió la mano derecha de Iglesias poco antes de describir el documento del PSOE como «Jekill y Mr. Hyde según quién lo defienda: parece que dice una cosa y la contraria al mismo tiempo». Es por ello que Podemos, en palabras de nuevo de Errejón, «le pide al PSOE claridad».

En efecto, el papel publicado por los socialistas apenas recogemodificaciones, y éstes son sólo parcialesy referentes a sólo uno de los ocho puntos que Podemos señaló como incompatibles con su apoyo: la Ley de Seguridad Ciudadana (denominada por la retórica de Podemos «ley mordaza»). Cuestiones como la derogación de la reforma laboral, el artículo 135 de la Constitución, la subida del salario mínimo y otras medidas de índole económica quedan sin modificación.

Las declaraciones de los portavoces de las dos confluencias regionales de Podemos que continúan con buen estado de salud, la catalana y la gallega, fueron igual de contundentes y, si cabe, más hirientes. El portavoz de En Comú-Podem, Xavier Domenech, rozó el sarcasmo al afirmar: «Gran trabajo en el cambio de portada, pero sin apenas propuestas para Cataluña». El catalán dejó claro que la propuesta del PSOE es «prácticamente el mismo acuerdo que se firmó con Ciudadanos» y que las pequeñas modificaciones que se han introducido en la cuestión territorial son «una propina» cuando lo que En Comú-Podem hubiera preferido es que «paguen la cena». Alejandra Fernández, de En Marea, subrayó que «la ciudadanía sabe distinguir entre propuestas para Galicia y palabras vacías». Aunque quizá resumió su opinión sobre el intento del PSOE de desbloquear las relaciones entre ambos partidos cuando dijo: «Es más una cuestión de chantaje que una propuesta serie y respetuosa».

Por su parte, Joan Baldoví, a pesar de que Compromís se desmarcó de Podemos sumándose al grupo mixto, también se manifestó en la misma línea y recordó al PSOE que «tendrá que escoger a partir del 5 de marzo».