
Interior
El problema de convivencia que preocupa a las familias que viven en un cuartel de la Guardia Civil
Los representantes de los guardias civiles se han reunido con sus superiores en Barcelona para transmitirles los problemas que preocupan al colectivo

Las asociaciones que representan a los agentes de la Guardia Civil mantuvieron esta semana una reunión con el jefe de la Comandancia de Barcelona. Un encuentro que sirvió para que estos funcionarios trasladaran sus propuestas y sus quejas al superior en la cadena de mando para que intente solucionarlas. Uno de estos problemas los sufren a diario las familias de los agentes que viven en el acuartelamiento.
Los temas que se trataron en esta cita fueron diversos. Según explica JUCIL uno de ellos fueron los problemas con el sistema de climatización en la oficina del laboratorio. El aire acondicionado lleva casi dos años sin funcionar y la calefacción ha sido intermitente. La jefatura explicó que se han solicitado presupuestos y, en caso de no resolverse a tiempo para el verano, se baraja la opción de instalar equipos portátiles tipo "pingüinos".
El problema de convivencia
De la misma forma, también se puso sobre la mesa la seguridad en la garita del aeropuerto. Esta asociación solicitó la mejora de la vigilancia mediante la instalación de una nueva cámara y un foco adicional. Sin embargo, el mando afirmó que algunas de estas mejoras dependen directamente de AENA.
Uno de los asuntos que se trataron que más preocupación generaba en este colectivo fue la presencia de perros sueltos en las zonas comunes del acuartelamiento. Una situación que ha generado malestar entre los residentes, especialmente familias con niños.

El Jefe de la Comandancia informó de la próxima reunión de la comunidad de usuarios el 27 de mayo y solicitó la colaboración de Jucil para identificar a los adjudicatarios que incumplen las normas de régimen interior. Y es que tales comportamientos pueden acarrear apercibimientos.
De la misma forma, otro de los asuntos fue el desbroce de las zonas ajardinadas en las instalaciones, donde esta asociación denunció la acumulación de restos vegetales que obstruyen los desagües tras las tareas de desbroce. Desde la jefatura se reconoció la limitación de personal dedicado a estas tareas, aunque se comprometieron a mejorar la limpieza de cara al próximo verano.
Humedades en los pabellones
En materia de habitabilidad, se volvió a incidir en las deficiencias de los pabellones tras su adjudicación, como humedades o mal estado general. Se solicitó un mayor control en el cumplimiento de la normativa que regula su uso. Sobre este asunto, el jefe destacó la importancia de documentar el estado de los pabellones con fotografías al producirse los ceses y nuevas adjudicaciones, una práctica que ya se aplica en las dependencias del aeropuerto y que se pretende extender al resto.
Por otro lado, la asociación planteó la necesidad de regular el acceso a la residencia de Manresa, con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades entre los solicitantes. Esta cuestión ha sido elevada a la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC), aunque aún no se ha obtenido respuesta.
Respecto al vestuario femenino, la asociación trasladó la falta de tallas disponibles para la prueba de uniformidad, lo que complica la correcta solicitud del equipamiento. Por su parte, el mando se comprometió a contactar con el responsable de vestuario para subsanar esta carencia, reconociendo también los retrasos en la entrega de uniformes y chalecos de tallas pequeñas.
En otro orden de cosas, desde Jucil se propuso la organización de cursos de primeros auxilios, tanto físicos como en salud mental, directamente en la Comandancia. Un complemento para los cursos periódicos que ya están implantados y las sesiones orientadas a la prevención del suicidio que se estudia organizar.
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