El desafío independentista
Puigdemont considera «una victoria» el adiós de Rajoy
Su entorno cree que la llegada de Sánchez al Gobierno «allana el camino»
Su entorno cree que la llegada de Sánchez al Gobierno «allana el camino».
La moción de censura que ha apeado a Mariano Rajoy de la presidencia del Gobierno se consumó el mismo día que la Fiscalía alemana oficializaba su petición de entrega a España de Carles Puigdemont por rebelión y malversación. Pero eso no empañó en absoluto la satisfacción del ex presidente de la Generalitat, que lleva ya más de seis meses huido de la Justicia española, por el inesperado adiós del jefe del Ejecutivo contra el que ha tenido que bregar en los últimos meses en su empeño por culminar su desafío soberanista. Fuentes próximas a Puigdemont aseguran a este periódico que el ex president considera «sin duda una victoria» la salida de Moncloa de Rajoy. Una buena noticia para el líder independentista, que según esas mismas fuentes considera que su sustitución por el socialista Pedro Sánchez «allana el camino a la resolución del problema catalán».
Y eso que Puigdemont se mostró reacio a que el PDeCAT avalase con su voto la moción de censura. La encendida defensa de Sánchez de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y sus contundentes críticas a su sucesor al frente de la Generalitat, Quim Torra, por sus comentarios «racistas» predisponían el ex president absolutamente en contra de respaldar con los votos independentistas la investidura del líder socialista. Pero, finalmente, sopesando los pros y los contras Puigdemont cedió siguiendo los consejos de su entorno. «Hay que posicionarse en el lado ganador», escuchó insistirle a sus colaboradores.
Incluso espera que el éxito de la moción de censura contra Rajoy beneficie a sus situación judicial en Alemania, donde se encuentra a la espera de que el Tribunal de Schleswig-Holstein decida sobre su extradición a España, y en su caso por qué delitos. «Es un mensaje superpotente para Alemania», apuntan fuentes cercanas al ex president, que hacen hincapié en que la salida de Rajoy es un altavoz a sus quejas sobre la falta de diálogo del Gobierno a la hora de abordar la cuestión catalana.
Diálogo es, precisamente, lo que ya ha prometido el presidente Sánchez con los independentistas. Pero una cosa es que el líder soberanista celebre, puro pragmatismo, el cambio en la presidencia del Gobierno –«va a ser más fácil con Sánchez», admiten– y otra muy distinta que confíen en el sucesor de Rajoy. Los hechos, como siempre, marcarán el camino. Y Puigdemont tiene claro que, insisten desde su entorno más próximo, «la solución debe ser primero jurídica para despejar así el problema político».
Con un procesamiento en el Tribunal Supremo por rebelión y malversación de los principales responsables del «procés», incluido el ex president, cuyo juicio se anuncia para el próximo otoño (que se unirá al que se celebrará contra el ex mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero por sedición en la Audiencia Nacional), el mensaje está claro. Sólo un cambio de criterio de la Fiscalía –pendiente de la designación de un nuevo fiscal general tras la designación de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno– respecto a los delitos imputados desbloqueará, para el independentismo catalán, el conflicto político.
«Si tiene que estar todo el rato pendiente de cuándo le van a detener Puigdemont no puede centrarse en su labor política», se quejan.
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