Valencia

Rajoy confía en que la Economía frene el desgaste por la corrupción

El PP no teme por las consecuencias penales, pero sí por el daño electoral.

Rajoy confía en que la Economía frene el desgaste por la corrupción
Rajoy confía en que la Economía frene el desgaste por la corrupciónlarazon

El PP no teme por las consecuencias penales, pero sí por el daño electoral.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se presentará hoy en Valencia con el «caso Gürtel» de nuevo convertido en una olla a presión contra su partido. Rajoy tira de su agenda institucional para contestar al nerviosismo que este caso de corrupción vuelve a remover dentro de sus filas después de que los principales imputados en la trama valenciana hayan cambiado de estrategia de defensa y apunten a la dirección política regional. Rajoy llegará a Castellón en AVE, acompañado del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para presentar en sociedad el nuevo servicio de alta velocidad. Es una jornada complicada porque la agenda mediática está condicionada por las revelaciones escuchadas en el juicio por la presunta financiación ilegal del PP valenciano.

La estrategia de Rajoy para hacer frente a estos «fantasmas del pasado», como dicen en Génova, pero que siguen afectando en el presente a la imagen de su partido, pasa por mantener su agenda y en la medida de lo posible no entrar en el debate. A su «libro», y con el argumentario de que se están juzgando hechos del pasado como discurso principal. En la dirección popular preocupa la estrategia de defensa de la «trama Gürtel» no por sus consecuencias penales para otros dirigentes no imputados, ya que los hechos al no estar inmersos en el proceso estarían prescritos, pero sí por su deriva política.

Si la corrupción vuelve al centro del debate son nuevos puntos de ventaja para Cs en un momento en el que la estrategia del PP intenta pivotar sobre el objetivo de cambiar el paso del calendario político e introducir otros temas que jueguen más a su favor. Pero pasar de la crisis catalana a la corrupción cortocircuita esta estrategia y les vuelve a poner a remar con el viento en contra. La tesis de que la corrupción está ya amortizada para el partido se ha quedado además vieja a nivel territorial. En las sedes regionales y provinciales sostienen que el problema puede no ser penal, pero sí sigue siendo político ya que el ruido sobre Gürtel y demás casos que han afectado al partido penaliza la marca del PP y no les permite recuperar terreno frente a Cs.

En Génova son oficialmente mucho más optimistas, quizás para contrarrestar el pánico que lo que está ocurriendo en el juicio por la financiación ilegal del PP valenciano ha hecho estallar dentro de la organización. Cíclicamente tienen que afrontar crisis parecidas y hasta ahora Rajoy siempre ha apagado el fuego con los mismos recursos. Él sigue con su agenda y mantiene el control del partido para que no haya fisuras públicas ni voces que cuestionen su estrategia. En la cúpula popular son conscientes de que la corrupción hace que de puertas adentro se reflexione, con mucha discreción, sobre el desgaste de la actual dirección y hasta sobre hacia dónde debería orientarse la candidatura de las siguientes generales. Si la renovación sumaría o restaría. Pero Rajoy es de los que piensan que no hay que anticipar decisiones ni escenarios porque queda demasiado tiempo para las siguientes generales como para saber cuál será la situación del partido y la suya personal entonces. Igual que en la anterior Legislatura sigue confiando en que la economía pueda más que la corrupción o que las campañas de Rivera contra su partido.

Su reto inmediato es el Debate del Estado de la Nación, y conseguir imponerse a un «todos contra el PP» en el que la corrupción, como ocurre desde hace años, seguirá siendo el elemento que les una en su oposición. «No tienen otro tema, ya han seguido ese camino otras veces y han perdido. Volverán a intentarlo, eso y Cataluña, pero Rajoy ya está preparando sus armas», comenta un alto cargo del PP. Que no son otras que sus datos económicos y las debilidades de sus adversarios.