Javier Fernández

Rajoy dirige su diplomacia a ocupar el hueco que deja Italia en Europa

En La Moncloa aseguran que «se hará valer y hará valer el ejemplo español como muro frente a los populismos». El presidente arrancará el nuevo curso con el Consejo de Seguridad Nacional que preside Felipe VI.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Matteo Renzi, François Hollande, Barack Obama, David Cameron, Angela Merkel, Herman Van Rompuy y Jean Claude Juncker en el G-20 de 2014, en Australia
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Matteo Renzi, François Hollande, Barack Obama, David Cameron, Angela Merkel, Herman Van Rompuy y Jean Claude Juncker en el G-20 de 2014, en Australialarazon

En La Moncloa aseguran que «se hará valer y hará valer el ejemplo español como muro frente a los populismos». El presidente arrancará el nuevo curso con el Consejo de Seguridad Nacional que preside Felipe VI.

La política internacional va a tener mucho espacio en la agenda de Mariano Rajoy en esta legislatura. La minoría parlamentaria le obliga a multiplicar sus esfuerzos en clave nacional para poder gobernar, pero Rajoy ha repartido juego entre sus «peones» de máxima confianza, con la vicepresidenta, ministra de la Presidencia y para las Administraciones territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, como satélite principal de la política del diálogo en la que Rajoy está obligado a sostener su acción legislativa. El presidente tiene una línea de contacto directo con Ciudadanos, con el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, y con el lendakari, Iñigo Urkullu. Y está pendiente de reunirse con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Pero la negociación desgasta y Rajoy medirá hasta dónde se implica y para qué, ganando además tiempo para tener un agenda «más versátil» que en la anterior legislatura, en la que la crisis económica le comió todo su discurso y el grueso de su acción legislativa. En ésta, las dificultades internas, y su estrecho margen para legislar, lo compensará aprovechando el espacio que le deja la inestabilidad europea para potenciar su agenda exterior. Francia, Alemania, Italia y Austria están pendientes, por ejemplo, de complicados procesos legislativos y de las consecuencias de la presión de la extrema derecha en los mismos. Y ante este escenario, desde La Moncloa proclaman que «Rajoy se hará valer y hará valer el ejemplo español».

«El vacío no existe en política europea e internacional y ahora España vuelve con fuerza a cubrir espacios que otros también abandonan. La interinidad en Italia otorga a España un papel más fuerte en Europa», añaden. Ésta es una de las bazas que va a intentar jugar el presidente español, la de intentar sacar ventaja de la crisis de gobernabilidad que ha provocado el fallido referéndum de reforma constitucional de Matteo Renzi, a quien su empeño en sacar adelante esa modificación sin consenso político y social le ha costado su puesto de primer ministro. Ese fracaso del referéndum y sus consecuencias se han convertido en argumento del Gobierno de Rajoy para tratar de ahuyentar la tentación de abrir la reforma de la Carta Magna en España, pero también lo ven como una oportunidad para la diplomacia española.

En su agenda internacional está marcada en rojo como fecha importante la del 20 de diciembre, cuando se aprobará la gran resolución del Consejo de Seguridad sobre trata de personas en conflictos. Con motivo de este viaje, el Gobierno ha previsto un acto en el Instituto Cervantes de Nueva York. El día 14, Rajoy recibirá al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con la justificación de la concesión del premio Nobel de la Paz.

Pero su estrategia internacional va a centrarse, sobre todo, en buscar una gran implicación en la Unión Europea (UE) en unos momentos «de cambio y redefinición». Con la tarjeta de presentación de que es «un muro frente a los populismos y una garantía de estabilidad». «Rajoy es referente en estos tiempos junto con la canciller Angela Merkel», afirman sus colaboradores. Su relación con Merkel es de «absoluta confianza», pero también mantiene una estrecha relación con el candidato de Los Republicanos franceses, François Fillon, «que viene de lejos». Tan buena que Fillon ha participado incluso en convenciones del PP sobre inmigración invitado por el presidente español. Es el principal favorito para conseguir la Presidencia de la República en las elecciones de mayo.

El jefe del Ejecutivo cuenta en estos momentos en la UE con el aval de haber impulsado el diseño de la política de inmigración con África siguiendo la estela de la experiencia española, según destacan en su entorno. Y esta política incluye la apuesta por la cooperación con los países en tránsito y origen, con la activación del fondo de 1.500 millones de euros para África a tal efecto. Rajoy también ha implicado a España en la acción conjunta con Francia y Alemania sobre Níger como gran centro de tráfico ilegal de personas.

El principal tablero de juego de Rajoy va a estar en la UE, donde quiere hacer valer su posición de estabilidad al frente de un Gobierno que no depende de la presión de populistas de derecha o de izquierda. Creen que ésta es una de sus fortalezas, «junto con perseverar en las reformas», para mantener rebajada la presión de Bruselas sobre nuestra economía. Pero también va a redoblar su acción en Latinoamérica. En La Moncloa trabajan ya en la preparación de la previsible visita de Estado que realizará en marzo el presidente argentino, Mauricio Macri, coincidiendo con la invitación de Argentina a la feria de Arco. Tras años complicados, la relación con Buenos Aires vuelve a estrecharse.

Otro punto de referencia será Marruecos. «Sigue siendo fundamental», subrayan en Moncloa, y por eso Rajoy escogió Marrakech como destino de su primer viaje en esta segunda legislatura. La pasada semana también optó por ese destino para su primer viaje oficial el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. Además, en los planes inmediatos de La Moncloa está retomar todas las cumbres bilaterales que quedaron interrumpidas por culpa de la situación de interinidad por la falta de gobierno.

El presidente del Gobierno tiene previsto arrancar el nuevo curso, en enero, convocando la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de esta nueva etapa con los nuevos ministerios. Todo un gesto de la importancia que sigue concediendo al concepto de «seguridad nacional» que alumbró en su primer mandato. En la legislatura de la mayoría absoluta el PP aprobó una Ley de Seguridad Nacional y también hay una comisión mixta en el Congreso, que ahora preside el ex ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. Ante ella tiene que comparecer el director del Gabinete del presidente, Jorge Moragas, en su condición de secretario del CSN, para presentar el informe anual que exige la Ley.

La mayoría absoluta no impidió que esta nueva Ley de Seguridad Nacional fuese pactada con el PSOE. En una negociación en la que participaron Moragas y Alfonso de Senillosa por parte del Gobierno y José Enrique Serrano, por el lado socialista. El Consejo de Seguridad Nacional lo preside el Rey Felipe VI, y tiene como misión prevenir y gestionar riesgos y crisis que afecten a los intereses nacionales. Don Juan Carlos presidió en 2013 la constitución de este máximo órgano colegiado del Gobierno que asume la defensa y la seguridad. En julio de 2015, el nuevo Monarca estuvo al frente de la última reunión del Consejo de Seguridad Nacional. Y lo previsible es que también lo esté en la primera convocatoria de esta legislatura.