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Primer gran pacto de PP y C’s: Pastor presidirá el Congreso
Rivera renuncia a su preferencia por el pacto con los socialistas a cambio de dos puestos en la Mesa
Ana Pastor presidirá el Congreso a cambio de dos puestos para C’s en la Mesa. Iglesias propone a Sánchez un frente de izquierdas que frenan los nacionalistas. Sánchez mantiene la incertidumbre sobre si intentará formar gobierno
A la manera de Rajoy, la negociación para el reparto de puestos en la Mesa del Congreso y su presidencia se desbloqueó ayer con el primer gran pacto entre PP y Ciudadanos después de las elecciones del 26-J. La candidata de consenso es la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor. El acuerdo fue posible por la intervención directa del presidente del Gobierno en funciones, en una conversación con el líder de C’s y que sirvió para que la dirección de la formación naranja aparcase sus preferencias por la candidatura socialista de Patxi López. Hasta ayer mismo, en el entorno de Albert Rivera coincidían, de hecho, en apostar por esa candidatura socialista, como ya hicieron en la Legislatura fallida, e incluso sostenían que en el día de ayer se confirmaría que ellos «no iban de farol» en la decisión de abstenerse en la investidura de Rajoy y que no negociaban a cambio de cargos.
Rajoy propone a @AnaPastorJulian a la Presidencia de la Mesa del Congreso https://t.co/fGVbC5GCMR
Este bloqueo cambió después de que Rajoy y Rivera negociaran un acuerdo por el que los de C’s, sin representación en la Mesa por haber empeorado sus resultados en las elecciones, consiguen dos puestos que les cede el PP, uno de ellos una vicepresidencia. El presidente en funciones hubiera aceptado incluir en la negociación incluso la propia Presidencia del Congreso, siempre y cuando Rivera, a cambio, hubiese valorado comprometerse con un «sí» en la segunda votación de la investidura del candidato popular. La negociación llegó hasta donde en este momento se podía, pero deja la puerta abierta a que pueda seguir avanzando en el futuro. El escenario contrario, que C’s no hubiera apoyado hoy la candidatura del PP, hubiese dado lugar a la lectura contraria, la de que los puentes se habían roto y que no había lugar a mantener ninguna expectativa sobre la viabilidad de la investidura de Rajoy. Y casi más importante que eso, sobre su capacidad de gobernar con estabilidad aun formando Gobierno. Para ello en el PP admiten que necesitan el acuerdo con Rivera.
C’s insistió ayer en que no se mueve de la abstención en la investidura, pero, en cualquier caso, lo ocurrido ayer es un importante «avance» en la relación entre el PP y la formación naranja, viniendo de una campaña electoral en la que el lema principal de Rivera fue, precisamente, el de que ni por activa ni por pasiva apoyaría a Rajoy. El acuerdo sobre el Congreso lo pactó con el presidente en funciones, y da la vuelta al escenario de la Legislatura fallida, que comenzó con un acercamiento entre PSOE y C’s para que la Presidencia de la Cámara Baja fuera para los socialistas. Aquello fue el principio de un camino que concluyó en el acuerdo de gobierno en apoyo de Pedro Sánchez como candidato a la investidura, y que tumbó el Parlamento.
Este acercamiento entre PP y Ciudadanos se produce, además, bajo el interrogante de cómo se visualizará hoy en la sesión de constitución de las Cortes Generales el estado de las relaciones dentro del bloque de izquierdas.
Rajoy ha impuesto el hermetismo en la negociación de sus acuerdos postelectorales, una norma no escrita pero que está aplicando inexorablemente. Hasta que ayer por la tarde desveló ante la Junta Directiva Nacional del PP su candidatura a presidir el Congreso, ni siquiera muchos de sus colaboradores más cercanos estaban al tanto de su decisión. «Él cree que es la única manera de que esto pueda salir adelante. Y hasta el final ni Mariano sabe lo que va a hacer Rajoy», explican en Moncloa. Ayer escenificó este secretismo con el que lleva la negociación ante su cúpula, y reservó para el final y con una presentación misteriosa el anuncio de que no cambia nada en el Senado, y que se adapta a su acuerdo con Ciudadanos con la candidatura de Pastor y dejando para hoy, en la reunión del grupo parlamentario, la noticia de los otros dos nombres elegidos para sentarse en la Mesa del Congreso. Rajoy premia a una de sus colaboradoras más fieles desde que fue nombrado ministro en la etapa de José María Aznar. Amiga personal suya, discreta y muy trabajadora, y con un perfil, frente a otros nombres que han sonado, que facilita el apoyo de otros grupos. De hecho, la ex ministra ha estado incluso en las quinielas de los posibles sustitutos de Rajoy al frente del PP. Ayer el candidato popular confirmó que celebrará un Congreso Nacional del partido en cuanto termine el proceso de formación de un nuevo Gobierno. Si todo sale según sus previsiones y saca adelante la sesión de investidura aunque sea con un Ejecutivo en minoría, volverá a presentar su candidatura a la Presidencia del partido.
En cuanto al Congreso de los Diputados, en la actualidad el PP tiene tres nombres en la Mesa. Alicia Sánchez Camacho, Rosa Romero y la ex ministra Celia Villalobos. Rajoy tiene más compromiso con Villalobos y con Sánchez-Camacho. El pacto con Ciudadanos obliga a que salte uno de ellos. De acuerdo con la literalidad de lo que ayer dijo ante la Junta Directiva del PP, donde ratificó su apuesta por la continuidad, la lógica lleva a pensar que hoy, en la reunión del grupo, confirmará como portavoz a Rafael Hernando.
No tenía intención de mover las fichas del Senado y ayer lo dejó claro. Mariano Rajoy confirmó que, haciendo valer la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta, Pío García-Escudero continuará de presidente. Con arreglo a sus palabras, se espera que Javier Barreiro siga de portavoz y que Javier Arenas se mantenga como secretario general del grupo popular.
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