España

Rajoy: «La limitación de mandatos es propia de sistemas presidencialistas, no del nuestro»

«No me siento maniatado por la situación de minoría. Es un mandato al diálogo». A tres meses de la investidura, el presidente afronta la negociación de los Presupuestos cada vez más cómodo. Entre líneas queda claro que no está preparándose para irse

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno
Mariano Rajoy, presidente del Gobiernolarazon

A tres meses de la investidura, el presidente del Gobierno afronta la negociación de los Presupuestos cada vez más cómodo. Entre líneas queda claro que no está preparándose para irse. «Trabajo para agotar la legislatura. España necesita estabilidad».

Mariano Rajoy da la impresión de que empieza a sentirse cómodo con el traje de presidente de Gobierno en minoría. Ha marcado el diálogo como consigna, y la sensación que traslada es que está tranquilo con cómo van las cosas cuando se cumplen tres meses desde su llegada a La Moncloa tras una investidura fallida y un año ocupando el cargo en funciones. Habla con mucha gente y dice que confía en que habrá acuerdo sobre los Presupuestos, aunque ésta sea la negociación más difícil a la que se enfrenta su Gobierno. Aunque parezca contradictorio, hoy sabe que tiene mucho más controlada la situación que con mayoría absoluta, pero bajo el vendaval de la crisis económica que marco su anterior mandato.

Mide cada palabra cuando habla de Ciudadanos y del PSOE, pero también queda subrayado en su discurso que, aunque entiende que el mandato de los ciudadanos es que los grupos cedan y busquen entendimientos, no va a participar en cambiar aquello que funciona, y apunta, por ejemplo, a la reforma laboral. Por cierto, entre líneas queda claro que no está preparándose para irse. Y el Congreso de febrero del PP será el marco en el que moverá cada pieza para que ninguna dé lugar a interpretar que empieza a despejar el camino sucesorio.

–¿Qué balance hace de los tres meses transcurridos desde su investidura como presidente del Gobierno?

–Estoy razonablemente satisfecho. Hemos empezado a transitar por un camino hasta ahora desconocido en la política española, el camino de los grandes acuerdos de Estado. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que esta legislatura sea larga y estable, y nosotros, desde el Gobierno, estamos poniendo toda nuestra dedicación para ello. Creo que los primeros pasos son esperanzadores, hemos alcanzado acuerdos en cuestiones importantes y así se refleja en los índices de confianza en el país y en la imagen que España está ganando en el extranjero. Espero que ese espíritu de cooperación también se plasme en la próxima Conferencia de Presidentes Autonómicos. Me parece que muy pocos hubieran apostado por este escenario hace unos meses.

–¿Se siente maniatado por la situación de minoría parlamentaria?

–La situación parlamentaria es el reflejo de la voluntad de los ciudadanos, por eso no me puedo sentir maniatado por ella. Yo la interpreto como un mandato para el diálogo y el entendimiento, un mandato al Gobierno, pero también al resto de grupos que comparten con nosotros una vocación institucional y de responsabilidad. Evidentemente obliga a hacer las cosas de otra manera y en ello estamos. Nunca hasta ahora había habido en España un Gobierno con un apoyo parlamentario tan limitado sobre el papel; lo que toca es adaptarse a la situación, analizar qué acuerdos son posibles y actuar de manera que se puedan llevar a buen término.

–Pero le producirá frustración no poder aplicar su programa electoral.

–Alguien dijo que el arte de la política es aplicar aquella parte de tu ideal que las circunstancias te permiten. Y yo sé desde diciembre del año pasado que los españoles nos han exigido a todos pactos y cesiones. Dicho esto, creo que no debemos equivocar las prioridades. La prioridad es mantener la recuperación económica y seguir creando empleo al ritmo de medio millón de puestos de trabajo cada año; eso es lo prioritario para mí. Ésa es mi única línea roja.

–¿Por qué parece que avanza tan lenta la negociación de los Presupuestos?¿Hay margen en estos momentos para el acuerdo?

–Como acabo de decirles, la situación parlamentaria es la que es y obliga a hacer las cosas con calma, hablar mucho, escuchar mucho, y, en el caso de los Presupuestos, atender a muchísimas circunstancias. Les recuerdo que tenemos unos acuerdos con Ciudadanos que se plasmarán en esos Presupuestos. Yo creo que hay margen para el entendimiento, porque ya hemos conseguido un acuerdo previo de extraordinaria importancia como fue el del techo de gasto. Sabemos que, probablemente, sea la negociación más difícil de todas, pero es muy conveniente contar con unos nuevos Presupuestos.

–¿Está usted negociando personalmente con el PNV?

–Yo estoy en contacto con mucha gente, pero no llevo la negociación presupuestaria. Pero, créanme, hablo con mucha gente, aunque no lo cuento, porque creo que es la mejor manera de conseguir que esas conversaciones fructifiquen luego en acuerdos políticos, que al fin y a la postre es lo que interesa a los españoles.

–¿Entiende que el PSOE se mantenga firme en su decisión de presentar una enmienda a la totalidad contra el proyecto?

–No vamos a adelantar acontecimientos. Lo que no entiendo es que se anuncie la enmienda sin ni siquiera conocer el texto. Hablaremos con ellos y con el resto de grupos, escucharemos sus argumentos y explicaremos los nuestros.

–¿Hasta dónde está dispuesto a ceder para conseguir que salgan adelante las cuentas del próximo ejercicio?

–Insisto, no vamos a adelantar acontecimientos. Hemos demostrado en estos tres meses nuestra disposición a llegar a acuerdos; ahí están el bono social, el acuerdo sobre el calendario de la Ley de Educación o el acuerdo del techo de gasto. Ese acuerdo nos compromete a todos y es una buena base para empezar la negociación y marcar los límites de la misma.

–¿Se entiende tan bien como parece con el presidente de la gestora socialista?

–Intento llevarme bien con todo el mundo. Y con Javier Fernández, también. De hecho, ya me llevaba bien antes de que fuera elegido presidente de la gestora, cuando sólo era presidente de Asturias. Coincidimos en algunos actos y siempre hemos tenido una relación correcta y cordial.

–¿Cree que si Susana Díaz es la nueva líder del PSOE será más fácil el diálogo con el principal partido de la oposición y llegar a acuerdos?

–Creo que no tiene sentido que yo me inmiscuya en un debate del Partido Socialista. Mi obligación es llegar a acuerdos con quien sea elegido líder del partido.

–¿Y con Albert Rivera se entiende tan poco como parece?

–No soy capaz de calibrar las apariencias ni las impresiones, me tengo que referir a los hechos. Y el hecho cierto es que Albert Rivera y yo nos hemos entendido hasta el punto de que hemos firmado un acuerdo de 150 medidas para esta legislatura. Ciudadanos es nuestro socio preferente y espero que lo sea en toda la legislatura.

–¿Qué porcentaje del pacto con Ciudadanos cree que podrá estar en marcha en el primer año de la misma?

–Es algo muy difícil de señalar porque no estamos solos ni tenemos mayoría en el Parlamento. Si así fuera, el cumplimiento de los acuerdos sería automático, pero ahora tenemos que negociar las cosas con el PSOE o con otros grupos. En cualquier caso, lo que sí está claro es la voluntad de cumplir el pacto y a los hechos me remito: la ley de autónomos, el techo de gasto, el pacto de educación, las subcomisiones parlamentarias, etc.

–¿Usted se siente obligado por la limitación de mandatos?

–Angela Merkel va a optar este año a un cuarto mandato y nadie cuestiona su carácter democrático o el funcionamiento de las instituciones en Alemania. Blair gobernó 10 años. Y Helmult Kohl, 18. Creo que la limitación de mandatos es propia de sistemas presidencialistas y no de los representativos, como es el nuestro. En cualquier caso, hemos firmado un pacto con Ciudadanos y cumpliremos lo acordado.

–¿Pero usted se ve presentándose a unas nuevas elecciones?

–Vengo de un periodo de campaña electoral constante que ha durado más de un año. Les recuerdo, las autonómicas y locales, las generales de diciembre, las generales de junio y las gallegas y vascas de septiembre. En lo último que estoy pensando es en unas nuevas elecciones. Ni yo, ni ningún español en sus cabales. Es hora de sosegarnos y hacer lo que los españoles nos han encargado. Lo único que me ocupa es hacer lo posible para que ésta sea una legislatura larga y fructífera.

–¿La exigencia de Ciudadanos de activar ya la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP está dispuesto a ejecutarla en este arranque del nuevo curso parlamentario?

–Mire, los asuntos penales se sustancian en los tribunales, y los políticos se sustancian en las urnas. Ese punto figura en los acuerdos con Ciudadanos y por tanto se cumplirá, como todos los demás.

–Por cierto, la oposición sigue decidida a forzar la derogación de la reforma laboral. ¿Hasta dónde está dispuesto a ceder en los cambios?

–El año pasado se afiliaron a la Seguridad Social 540.000 personas. El año anterior fueron 530.000. Ésa es la medida del éxito de la reforma laboral. ¿Alguien quiere en serio poner en riesgo estos datos? Todo se puede mejorar en esta vida, pero se mejora lo que no funciona, lo que funciona no se cambia.

–Después de estos primeros meses de legislatura, ¿ve más lejos la posibilidad de un anticipo electoral por problemas de gobernabilidad?

–Creo que cada pacto que alcanzamos facilita el siguiente. Mi objetivo es agotar la Legislatura porque lo que España necesita, después de un año de bloqueo político, es estabilidad y certidumbre. Ése es mi horizonte y ése es el objetivo para el que trabajo.

–¿Qué es lo que más le preocupa en la marcha de la economía?

–Que se mantenga como hasta ahora. Que no se frene la recuperación, que podamos lograr el objetivo de crear otro medio millón de empleos, que avancemos en el control del déficit público y que cada vez más personas puedan percibir en sus vidas cotidianas esa recuperación. Lo único que me preocupa de la economía es poner en riesgo el progreso actual.

–Aznar ha criticado las subidas de impuestos y que se descuide el control del déficit y se abuse de la deuda para sostener el Estado de Bienestar. ¿Se siente aludido por sus palabras?

–En absoluto. Ése es el programa del Partido Popular. Es el ideario que todos compartimos y el objetivo que todos tenemos. Al final de la pasada legislatura pudimos bajar los impuestos, y estoy convencido de que en ésta podremos volver a bajarlos si hacemos las cosas bien.

–También ha presentado un ideario político. ¿Entiende que aspire a ser en estos momentos un referente del centro-derecha?

–Me parece que todo lo que contribuya al debate de ideas es bueno y es útil para el Partido Popular, que es el gran instrumento político del centro-derecha español y uno de los partidos más importantes y sólidos de toda Europa.

–¿Usted asume el informe del Consejo de Estado sobre el Yak-42 y cree que debe pedirse perdón a las víctimas?

–La ministra de Defensa ha dejado meridianamente claro que el Gobierno asume el informe del Consejo de Estado, aunque no tuviera ninguna obligación de hacerlo. Y si eso conforta a los familiares de las víctimas y supone para ellos una reparación moral, bienvenido sea. En cualquier caso, quiero subrayarle que yo siempre estaré con los familiares de las víctimas.

–En Cataluña, ustedes ofrecen diálogo, pero la respuesta de la Generalitat es referéndum. ¿A dónde lleva esto?

–Yo espero que lleve a una etapa donde prime el diálogo, porque el referéndum no se va a celebrar. Eso lo sabe todo el mundo, incluidos aquellos que han hecho de ello su único discurso político. Por eso yo pediría que no se dieran más pasos en la mala dirección y pudiéramos avanzar en otros asuntos que interesan, y mucho, a los ciudadanos de Cataluña.

–¿Qué consecuencias tiene que ni Puigdemont ni Urkullu participen en la Conferencia de Presidentes?

–Yo lamento que no asistan porque su ausencia supone, en la práctica, que renuncian a explicar sus posiciones ante el resto de presidentes autonómicos, que renuncian a escuchar los argumentos y las razones del resto de comunidades, que renuncian incluso a encontrar aliados para alguna de sus reclamaciones... Que renuncian a participar en el diseño de políticas que son de enorme interés para los ciudadanos. Hablo del bono social, de la tarjeta social, de medidas contra el envejecimiento y tantos otros asuntos. Estoy convencido de que la Conferencia de Presidentes va a ser útil y rica, con mucho contenido real, y lamento que no quieran participar de ese espíritu de cooperación.

–Ya sobre el PP, ¿qué le ha parecido la propuesta de primarias de Cifuentes?

–No es a mí a quien le debe gustar, sino a los militantes del PP y a los compromisarios del próximo congreso. Es algo que se ha planteado en otras ocasiones y no fue asumido por el partido. Pero me parece muy saludable que en vísperas de un congreso se planteen todos los debates posibles y éste es uno de ellos.

–¿Comparte la demanda, que se sustanciará en enmiendas en el Congreso, contra la acumulación de cargos?

–Insisto, eso lo decidirá el Congreso, no yo. Y como yo no lo voy a decidir, lo mejor que puedo hacer es mantener un escrupuloso respeto sobre esta enmienda, y sobre todas las demás.

–En esta coyuntura política, ¿a su partido no le hace falta un secretario general con dedicación absoluta?

–Entiendo que haya opiniones para todos los gustos, pero creo que hasta ahora no nos ha ido tan mal. Dolores de Cospedal ha hecho un trabajo extraordinario en unas circunstancias que han sido cualquier cosa menos fáciles.

–¿Qué espera del Congreso que celebrará su partido en febrero?

–Un Congreso siempre es un revulsivo para el partido, se renuevan estructuras, se fijan nuevos objetivos y, en definitiva, se hace un esfuerzo para ver qué es lo que está pasando en España y en el mundo, para saber cuáles son los retos y las soluciones que proponemos. Afortunadamente el partido no tiene problemas internos y los que tiene los intentamos solucionar de la manera más inteligente e integradora posible.

–¿Cuál siente que es su principal reto inmediato?

–Mi gran prioridad, casi diría que la única, es que no se echen por la borda todos los esfuerzos que los españoles han hecho estos años y que están dando unos frutos magníficos. Tenemos que mantener la recuperación y eso supone garantizar la estabilidad. No podemos permitirnos otro año en barbecho.

–Después del Brexit, del referéndum de Italia y de otros hechos sorprendentes que hemos vivido durante 2016, desde el exterior ahora se valora a España como un referente frente a los populismos. ¿Diría que estamos a salvo del populismo?

–De momento, los españoles han sabido mostrar hasta ahora bastante responsabilidad y han seguido apostando mayoritariamente por partidos institucionales, no sólo en el Gobierno de la nación, también en las elecciones autonómicas que se han celebrado el año pasado. Son los españoles quienes han apostado por la responsabilidad y quienes han dado la espalda a los extremistas o los radicales; eso es un gran valor de nuestro país frente a la situación en que se encuentran otros. Si algún mérito me cabe a mí y a mi Gobierno, es el de la prudencia. Al populismo no se lo combate con más populismo ni con frivolidades: se le combate con sensatez, con cercanía, con responsabilidad y con una buena gestión.

–¿Teme a la nueva Administración Trump en Estados Unidos?

–Las relaciones entre nuestros países son estratégicas, y están muy por encima de los cambios de gobierno en nuestros respectivos países. Formamos parte de una misma comunidad transatlántica y ese hecho da permanencia y continuidad a nuestras relaciones con Estados Unidos. Además, en los últimos años hemos podido intensificar las relaciones bilaterales en todos los ámbitos. Lo primero que debemos hacer es esperar a que el señor Trump tome posesión y adopte sus primeras decisiones. Nuestro objetivo debe ser mantener el mejor nivel de relaciones posibles en interés de nuestro país.