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Rajoy: «La soberanía no se va a romper, podéis estar tranquilos»

Rajoy apuesta por la estricta defensa de la Constitución frente al desafío catalán. Reitera su rechazo a la reforma constitucional ante la falta de consenso

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), saluda a los presidentes del Senado, Pío García Escudero (d), y del Congreso, Jesús Posada (2d).
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), saluda a los presidentes del Senado, Pío García Escudero (d), y del Congreso, Jesús Posada (2d).larazon

El presidente reitera su rechazo a un cambio constitucional, mientras que Rubalcaba afirma que la reforma se abre paso y que habla con Rajoy del asunto. Ley del aborto: el jefe del Ejecutivo anuncia que la norma se aprobará antes de fin de año, así como las cuestiones pendientes del partido

Cataluña fue uno de los temas que abordó ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una conversación informal con los periodistas durante la recepción en el Congreso de los Diputados con motivo del Día de la Constitución. El presidente evitó la confrontación, el cuerpo a cuerpo, con el Gobierno catalán, pero sin salirse de su tono moderado fue al mismo tiempo muy contundente en la respuesta al desafío soberanista que lidera Artur Mas. «La soberanía no se va a romper. En eso podéis estar tranquilos», zanjó, ante las insistentes preguntas sobre su relación con Mas, sus previsiones sobre si al final el presidente de la Generalitat se atreverá a seguir adelante con una consulta ilegal o acerca de los planes de este último para crear unos servicios de inteligencia catalanes. Rajoy explicó, sin entrar en detalle, que mantiene contactos con la Generalitat y que él habla «con todo el mundo», aunque también dio a entender que últimamente no lo hace con Artur Mas. Explicó, asimismo, que, pese a esa disposición al diálogo, su Gobierno sabe de los planes de Mas por lo que éste anuncia a través de los medios de comunicación, por lo que evitó hacer conjeturas sobre en qué quedará la amenaza de CiU y ERC de convocar un referéndum ilegal o de seguir dando pasos hacia la independencia. En lo que a él afecta, su hoja de ruta se ajustará a la estricta defensa de la Constitución, especialmente en lo que se refiere a sus artículos 1 y 2, que son los que defienden que la soberanía nacional reside en el pueblo español y la «indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles».

En ese sentido, el presidente resaltó que aquellas cuestiones que afectan a la soberanía nacional tienen que ser decididas por la soberanía nacional, y que para que esto se haga efectivo está la ley. Estos días el socialista Alfonso Guerra abogó en una entrevista en «El País» porque se aplicase el artículo 155 de la Constitución en el caso de que los nacionalistas ejecutaran sus planes de convocar una consulta ilegal. El artículo 155 dice que «si una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general». También se le preguntó ayer al presidente del Gobierno si él llegaría a hacer uso de este artículo, es decir, a suspender la autonomía catalana, en el caso de que Mas continuara adelante, como parece, con su desafío independentista. Rajoy dejó la respuesta en el aire con la justificación de que prefiere esperar a ver por dónde tiran los nacionalistas antes de anticipar acontecimientos, dentro de un contexto en el que, a cada decisión ilegal, el Gobierno responderá con la Ley. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aclaró en otro corrillo con la Prensa que el Gobierno no puede adelantar la respuesta a hipotéticos escenarios, porque será distinta en función del camino que elija Mas. Por otra parte, Rajoy insistió en defender la vigencia de la Constitución y en rechazar su reforma en el contexto actual porque no hay el mínimo consenso necesario para emprender esa modificación con posibilidades de éxito. «La Constitución se puede reformar, como cualquier obra humana, y ya se ha hecho en dos ocasiones. Pero se necesita, como ocurrió en el 78, tener los objetivos claros y que sea una posibilidad de unir a los españoles alrededor de la Constitución y evitar que sirva para generar división», argumentó el jefe del Ejecutivo. Además, reivindicó la Ley Fundamental como garante de las libertades, de los derechos de los españoles y de la convivencia en estos 35 años. «España ha prosperado como nunca en su historia», sentenció.

Posada demanda pedagogía para explicar los cambios

«Cualquier intento de reforma precisa de una ardua labor pedagógica que transmita con claridad los objetivos que persigue y demuestre que son eficaces para dar solución al problema por el que se plantea la reforma». Así hablaba ayer el presidente del Congreso, Jesús Posada, en el 35 aniversario de la Constitución, un texto que, en su opinión, aún no está agotado y que encierra «todavía muchas posibilidades de cambio». Aún así, aclara que él no se opone a reformarla, pero con condiciones: diálogo, objetivos claros y máximo consenso.