Rueda de prensa sin preguntas o malentendido

Los periodistas de Nueva York estuvieron a punto de plantar a la ministra de Sanidad Ana Mato en su visita a la ONU en el marco del del Día Internacional de la Mujer.

A la ministra de Sanidad Ana Mato, quizá le hubiese gustada escapar de la polémica y escándalos de España durante su visita a Nueva York a la ONU. Allí se ha reunido, entre otros, con la jefa de ONU mujeres Michelle Bachelet dentro de su visita a la ciudad en el marco del Día Internacional de la Mujer. En cambio, los titulares de su viaje tuvieron como protagonista "el plantón"de los corresponsales que en un principio acordaron los reporteros destacados en Nueva York, el cual, al final no se hizo.

Primero, el encuentro con la prensa estaba previsto a las tres de la tarde (nueve de la noche en España), después se llamó por teléfono para notificar que la cita "iba a ser off the record", es decir, no se podía publicar ninguna declaración de la ministra y no se podían hacer preguntas que no estuviesen relacionadas con la ONU. Y entonces saltó la primera cuestión ¿Otra rueda de prensa sin preguntas?

De esta forma, la mañana se desarrolló con un cruce de e-mails de todos los periodistas que trabajan para medios españoles en Nueva York. Primera pregunta: ¿Vamos o no? Reflexión: ¿Para qué ir si no vamos a poder publicar nada, sobre todo aquéllos que trabajan a la pieza, es decir, cobran 40 euros –como mucho-, porque sí, las cosas están así en España, sólo cuando publican?

Tras varios e-mails decidimos no ir. Y, entonces, se comunicó lo ocurrido a la Asociación de la Prensa de Madrid. Después vimos que la agencia Servimedia había publicado, citando a fuentes del entorno de la ministra, que lo habíamos entendido mal todo. Y no es que no quisiese dar una rueda de prensa. Tampoco que hubiese rehuido de los reporteros.

Más tarde se modificó el encuentro a la una y cuarto de la tarde (siete y cuarto en España). ¿Qué hacer? Y, después, cuando dijimos que no íbamos -unos por principios, otros porque no era interesante, otros porque no les daba tiempo-, se trasladó el encuentro a las tres y cuarto (nueve y cuarto), como estaba previsto en un principio.

Después de que la ministra nos diese cuenta de sus reuniones en ONU Mujeres y otros encuentros, empezaron las preguntas. Y ahí fue cuando presentamos al "elefante rosa de la habitación"(expresión traducida directamente del inglés que sirve para hablar de algo obvio que es incómodo). "Creo que es una buena práctica contestar a las preguntas. Todos los políticos estamos disponibles para los periodistas a lo largo de toda la semana", indicó la ministra de Sanidad Ana Mato ante un cometario de un reportero de lo ocurrido.

Y luego vino el "gran elefante rosa". "¿Va a dimitir por el caso Gürtel?", le preguntó uno de los compañeros. Ante lo mismo, la ministra contestó de forma clara y sencilla con una sonrisa: "Bueno no es la primera vez que lo respondo. Y lo cierto es que ni me compete a mí. Ni es tema de mi área ministerial. Tengo la confianza del presidente del gobierno y creo que estoy haciendo una buena labor al frente del ministerio. Y mientras tenga ilusión, ganas, fuerzas y buenas ideas y mejorar la vida de los ciudadanos, seguiré al frente del ministerio siempre que lo que quiera el presidente del gobierno", indicó la ministra que departió con los periodistas durante casi una hora.

Sólo Ana Mato sabe si fue ella la que dijo que quería una rueda de prensa "off the record". O si fue idea de su equipo. O si fue que los periodistas entendimos mal. Pero, quizá, sea bueno hacer una reflexión de por qué ha ocurrido esto. También, es cierto que su trato con nosotros fue impecable. Fue amable y cercana. Pero, todavía así, quizá, todo esto no importe mucho.

Mientras nosotros estábamos con Ana Mato, se informó de la muerte de Hugo Chávez, que acaparó el mundo virtual de Twitter y Facebook, y sin duda copará los medios de comunicación durante lo que queda de semana. Y así la pequeña odisea con Ana Mato será víctima del ciclo 24 horas todo noticias sin parar, del que a veces se queja el presidente Barack Obama. Y probablemente todo se olvidará.