Gobierno de España
Sánchez vira y presentará en enero los Presupuestos
El Gobierno busca presionar con el auge de Vox a los partidos soberanistas para que le sostengan en La Moncloa y alejen un posible adelanto electoral que no descarta si fracasa
El Gobierno busca presionar con el auge de Vox a los partidos soberanistas para que le sostengan en La Moncloa y alejen un posible adelanto electoral que no descarta si fracasa.
El Gobierno presentará en enero los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para su aprobación en el Congreso. Así lo ha anunciado el presidente Pedro Sánchez en una entrevista ayer en Telecinco, donde apuntó que el «Poder Ejecutivo va a hacer su trabajo», en alusión a que un Consejo de Ministros dará luz verde al proyecto presupuestario a principios de año, dejando en manos del Legislativo si decide o no «bloquear» estas cuentas sociales. En tal caso, Sánchez no ha querido descartar –con un tibio «no especulo»– la posibilidad de disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas si no salen adelante.
La decisión que sustenta este nuevo giro de guión busca dar una sensación de continuidad después de la debacle electoral registrada en Andalucía el pasado domingo, que ha comprometido el liderazgo de Sánchez, diluyendo de un plumazo el «efecto Moncloa» que –se presuponía–impulsaría las opciones socialistas en la primera convocatoria a la que concurría el partido desde que el PSOE llegó al Gobierno. La derrota andaluza ha supuesto un auténtico terremoto también en Moncloa que se ha visto obligada a cambiar su estrategia, ya que el pasado viernes la vicepresidenta se emplazó a tener la nueva senda de estabilidad (del 1,8%) aprobada para promover un nuevo intento de someter las cuentas al Parlamento.
No obstante, la hecatombe electoral ha supuesto también una oportunidad para Sánchez, ya que le ha dotado de una coartada para volver a intentar aprobar los Presupuestos mucho antes de lo esperado. Tal como avanzó ayer LA RAZÓN, el Gobierno intentará un frente común con los partidos de la moción de censura contra la extrema derecha, invocando su permanencia en el Ejecutivo como el cortafuegos para evitar en el corto plazo el auge de los partidos de este corte ideológico en la esfera nacional. «Tendemos manos y puentes», ofreció ayer el presidente hacia los soberanistas. Con la presentación de las cuentas, Sánchez obliga a ERC y al PDeCAT a retratarse y elegir entre bloquear sus presupuestos y abocar a una convocatoria electoral anticipada –en la que PP, Ciudadanos y Vox pudieran ampliar su base social– o sustentar con sus votos la continuidad de un gobierno socialista en La Moncloa para seguir acometiendo la «agenda del cambio». «Ellos serán los que tendrán que explicar por qué se oponen», dijo Sánchez trasladándoles la responsabilidad de frustrar la «agenda del cambio».
Si nos atenemos a las declaraciones previas de Sánchez podría entenderse que ya cuenta con los votos necesarios para sacar las cuentas adelante, ya que reconoció que «para no marear a los españoles» no llevaría los Presupuestos al Congreso hasta no contar con los apoyos suficientes para sacarlos adelante. No obstante, si fracasa en esta empresa, el Gobierno «tendrá que replantearse muchas cosas», pero retomará el plan que operaba hasta ahora: prorrogar las cuentas de Rajoy y aprobar a través de reales decretos medidas como la subida del Salario Mínimo, la prestación para desempleados mayores de 52 años, la revalorización de las pensiones conforme al IPC o medidas contra la violencia de género o por la dependencia. En el Consejo de Ministros del próximo viernes, el Ejecutivo aprobará –por ejemplo– un plan de empleo juvenil dotado con 2.200 millones de euros. En el tintero también queda –antes de convocar elecciones– la exhumación de Franco, que el Ejecutivo aspira a llevar a cabo también en 2019.
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