Congreso Extraordinario del PSOE
Sánchez prepara su vuelta como el héroe de las bases
Esta semana ha estado en permanente contacto con sus afines para boicotear a la gestora, recoger firmas y prepararse para las primarias
Recluido en la urbanización madrileña de Pozuelo donde vive y en contacto permanente con sus fieles a través del teléfono móvil. Así ha pasado Pedro Sánchez la semana más negra de su vida política tras dimitir como Secretario General del PSOE. «Me voy de puente con las niñas», les dijo hace unos días a algunos diputados de confianza en su decisión de poner tierra de por medio. Pero antes del viaje a Los Ángeles con su familia, el defenestrado líder socialista ha seguido muy activo. Concitar una plataforma de apoyo en las redes sociales y recoger firmas reclamando primarias previas a un Congreso extraordinario ha sido su estrategia. Según varios «sanchistas» que han hablado con él tiene ya encajado el golpe y un firme deseo de volver. Su grupo de leales le defienden frente a quienes consideran «traidores de salón» y lo tienen claro: «Pedro quiere volver y puede ganar», aseguran estos diputados y dirigentes regionales que ven a su líder como una víctima traicionada: «Lo que le han hecho no tiene nombre».
En medio de la tormenta y profunda división del PSOE, Sánchez no ha parado de calentar el móvil y su «tablet» con quienes todavía le respaldan. Agitar a las agrupaciones y recabar firmas para unas primarias, en las que se presentaría de nuevo como candidato, son sus objetivos. En su entorno no tienen dudas: «Pedro volverá y ganará, las bases están con él». Critican con dureza la actitud de muchos diputados en la última reunión del grupo parlamentario, antes fieles al ex secretario general. «Se les debería caer la cara de vergüenza», afirman airados ante el cambio de postura de muchos de ellos. «Les importa un bledo el partido, solo quieren conservar su escaño», opinan con furor. El mayor blanco de ataques lo concita Antonio Hernando, el portavoz que fue mano derecha de Sánchez y ahora ocupa su sillón en el Congreso. «Ha pasado de ser un siervo de Pedro al más defensor de la abstención», advierten.
Las aguas han estado muy revueltas esta semana. Los «sanchistas» insisten en que tienen bloqueados sus correos electrónicos en el Congreso con mensajes de apoyo a Pedro Sánchez. «Le han convertido en un héroe y eso a la gente le gusta», explican. Critican sin piedad a quienes ahora le han dado la espalda: «Si de verdad les importara España o el partido irían a unas elecciones sin miedo a perder su escaño». Este sector aboga por el Congreso extraordinario y unas primarias, tal como mandan los Estatutos del PSOE, y no tienen una sola duda de que Sánchez se presentará. Advierten de que si hay otros candidatos que se atrevan a dar el paso y reiteran que el «no» a Mariano Rajoy está en el ADN de la militancia socialista y muchos de sus votantes. Incluso van más allá: «Todo eso del gobierno con los separatistas es mentira, se lo han inventado para echarle».
La rabia les sube por momentos y tampoco les preocupa la ruptura de disciplina de voto en el grupo parlamentario. ¿Acaso no la rompió en el PP Celia Villalobos con el tema del aborto?, recuerdan los «sanchistas» ante lo que ellos reclaman, un voto en conciencia. La bronca interna es latente y lo que más preocupa en estos momentos al presidente de la Gestora, el asturiano Javier Fernández. Mientras algunos fieles como César Luena han expresado su opinión en los pasillos del Congreso, otros han llegado al encontronazo público. Es el caso de la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, quien debe su carrera política al presidente aragonés Javier Lambán y no ha dudado en retarle en las propias Cortes de Aragón durante el debate de la Comunidad. «Ni aunque lo diga el Comité Federal», amenazó esta política baturra de Ejea de los Caballeros en su apasionada defensa del líder caído y contraria a la abstención del PSOE a pesar de la ruptura del grupo socialista.
Entre los dirigentes regionales que estos días han hablado con Sánchez figuran el catalán Miguel Iceta y otros de las Federaciones de Baleares o Castilla y León donde Sánchez aglutina a la mayoría de sus adeptos. Todos ellos abogan por el «no» a Rajoy y la vuelta de Pedro Sánchez en unas primarias. En el caso de Iceta, fuentes de la Gestora del partido lo atribuyen en clave interna, dado que el primer secretario del PSC concurre a revalidar su cargo el próximo día 15 octubre y su figura está muy contestada. Fuentes de los socialistas catalanes niegan su mediación para un posible gobierno con los separatistas. «Una cosa es hablar y otra pactar» aseguran, lo que es radicalmente desmentido por los oficialistas. «El pacto estaba hecho con Podemos y los independentistas», aseguran los partidarios de «cortarle las alas» al ya dimitido secretario general.
Ello refleja la feroz lucha y sangrante herida que atenaza al PSOE. «Estamos abiertos en canal», reconocen en la Gestora, donde Javier Fernández intenta calmar las aguas, restañar el daño y recuperar la moderación. Frente a los agitados «sanchistas», denuncian que Pedro ha maniobrado en la sombra para recabar apoyos. «Debería retirarse con dignidad y ser leal al partido», dicen los oficialistas. «Hay que saber perder», añaden con el temor de siga con la idea de revolver a la militancia y promover de nuevo su candidatura. Aunque finalmente la abstención técnica salga adelante, nadie duda que la imagen del partido está destrozada y que varios diputados pueden romper la disciplina de voto. Culpan de ello al propio Sánchez y sus fieles que han llevado su rechazo a Rajoy demasiado lejos. «Grabaron el no a fuego y ahora hay que poner el extintor», dice un miembro de la Gestora.
La decisión final la tendrá el Comité Federal, pero todos coinciden en que Sánchez no ha dicho su última palabra. De momento, coge fuerzas al otro lado del Atlántico.
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