Estrategia
Sumar, a la confrontación en Moncloa para marcar perfil: frentes con cuatro ministros
El partido de Díaz publicita sus discrepancias con los socialistas en Moncloa en medio de su reconstrucción interna
Sumar ha empezado el curso reorientando su actitud respecto al PSOE. Buscando marcar perfil propio dentro de Moncloa. Lejos de aceptar las decisiones de los ministerios socialistas, ahora, dan la batalla cuándo están desacuerdo, logren o no cambiar la postura socialista. Y precisamente ha ayudado al socio minoritario en el Gobierno cómo se está construyendo el nuevo curso político. Tras un inicio de la legislatura varado por las tensiones con Junts para aprobar la Ley de Amnistía, ahora hay otros temas que dan alas a los de Yolanda Díaz.
Casi todos los focos están puestos en asuntos que ocupan –y deciden- ministerios socialistas, eso sí. Y ahí es donde la formación magenta busca foco, en evidenciar la discrepancia con el PSOE. Son hasta cuatro ministros los que han sido señalados en estos días por los de Yolanda Díaz, tanto a nivel Gobierno como partido. Y de fondo, un objetivo, mostrar fortaleza en medio de la debilidad orgánica del partido y, de cara a la negociación de los Presupuestos Generales. Tras un primer año de Gobierno marcado por los batacazos electorales de Sumar, ahora buscan consolidar una imagen de fortaleza dentro del Gobierno de coalición. Explotar la pata institucional mientras se avanza en la construcción del espacio de izquierdas. “Somos el motor del Gobierno”, repiten como mantra en la formación fucsia. Esta nueva estrategia explorada por los de Díaz hace a Sumar ganar visibilidad y ellos mismos lo reconocen. A ello se le une, las medidas con las que el PP ha empezado el curso político, en clave social con vivienda y conciliación a la cabeza. "Estamos comodísimos", aseguran al girar el debate parlamentario y mediático sobre banderas históricas de la izquierda.
Sumar ha cerrado la semana rechazando el debate que quiere abrir la ministra de Inclusión Social, Elma Saiz, sobre la introducción de las “bajas flexibles”. Ello ha soliviantado a la vicepresidenta Yolanda Díaz, que rápidamente salió a negar esa posibilidad. “A los trabajadores les digo que pueden estar tranquilos, su salud está garantizada. Desde el Ministerio de Trabajo no vamos a consentir ninguna variación ni desvirtuación en la incapacidad temporal tal y como la tenemos concebida”, dijo una visiblemente molesta Yolanda Díaz esta semana, que no conocía de antemano –se enteró por los medios- la propuesta que iba a lanzar su compañera de Gobierno, según explican desde la vicepresidencia segunda. En la parte socialista del Gobierno inciden en que explorarán el debate de esta propuesta y “sorprende” lo inmediato e incendiado de la respuesta de Díaz. “Me sorprende que ni siquiera tengamos capacidad de poder, con tranquilidad, sin hacer exabruptos, discutir propuestas que llegarán o no llegarán a un acuerdo, pero hay que darle una oportunidad al diálogo”, enfatizó esta semana la vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
La vivienda es el asunto que más ocupa ahora tanto al PSOE como Sumar en el Gobierno, y al que se suma el PP con una propia iniciativa alternativa. Los de Díaz han puesto en la diana a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, a la que acusan de “inacción” frente a la subida de los precios del alquiler, y también señalan por sus polémicas declaraciones pidiendo a los propietarios que se hicieran “cargo” de la situación y bajaran sus alquileres motu proprio. El hecho de que Rodríguez haya decidido “premiar” a las comunidades que apliquen la Ley de Vivienda y no retirar fondos a las que no lo hagan –casi todas las gobernadas por el PP- ha vuelto a encender a sus socios. Ayer, el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, distribuyó una carta a su militancia en la que alentaba a acudir a las protestas que este fin de semana se sucederán contra el Gobierno a causa de la vivienda. Y es que, Sumar opina que, si hay algún asunto que puede “cargarse” al Ejecutivo, es este.
Tercer ministro en el punto de mira. El responsable del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Su decisión de deportar a 16 de los solicitantes de asilo saharauis, a pesar de las suplicas de la izquierda para que lo evitara, ha generado un choque frontal en Moncloa entre ambos partidos. Desde Sumar acusan al ministro de no querer “enfadar” a Marruecos y denuncian que el ministro ha actuado de manera “unilateral”.
Cuarto y último ministro señalado en público, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. La decisión de Sumar de desobedecer como partido al Gobierno en su plante a la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por no invitar al Rey Felipe VI es un asunto todavía espinoso. El ministro del ramo se encargó de recordar que es él junto al presidente del Gobierno quienes marcan la política exterior de España. Tampoco hay unidad en la actuación frente al conflicto en Oriente Medio. En Sumar exigen más contundencia al Gobierno y sanciones diplomáticas a Israel. En Exteriores, en este caso, aseguran que el Gobierno “está unido como una piña” para conseguir la paz en Oriente Medio.
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